Durante décadas, el Silicon Valley ha liderado las listas de los índices de innovación en el mundo. Esta zona californiana ha logrado conformar un ecosistema en el que la creatividad y el emprendedurismo encuentran todos los insumos necesarios para prosperar hasta convertir las pláticas de garaje en los soñados unicornios, como se les llama a esas compañías con desempeño extraordinario y tan inusuales, semejantes a estas míticas criaturas, y logran alcanzar valuaciones iguales o superiores al millón de millones de dólares estadounidenses (mdde).
Esa concentrada zona de la Bahía de San Francisco ha llegado a albergar a las marcas de mayor renombre en el mundo tecnológico. Facebook, Adobe Systems, Agilent, Altera, Advanced Micro Devices, Apple, Applied Materials, BEA Systems, Cadence Design Systems, Cisco Systems, Ebay, Electronic Arts, Google, Hewlett-Packard, Intel, Intuit, Juniper Networks, Nokia, Maxtor, Microchip Technology Inc., National Semiconductor, Network Appliance, Nimsoft, Oracle Corporation, y una larga lista, tienen sus oficinas centrales en ese Valle de Santa Clara.
Y aunque muchos otros sitios en el mundo han intentado emular el éxito de este clúster innovador, realmente muy pocos lo han conseguido. Otros países realizaron esfuerzos monumentales por atraer a algunas de estas prestigiadas firmas; sin embargo, tuvo que emerger la pandemia de Covid-19 para que el nutrido conglomerado industrial finalmente comenzara a dispersarse. Con los primeros cierres tras la llegada de la enfermedad a Norteamérica, los habituales pobladores de Silicon Valley salieron de San Francisco hacia sus ciudades o países de origen pensando en que pronto retornarían. Los servicios de videoconferencia permitieron que las empresas continuaran trabajando casi sin cambio, pero a la larga, los mismos mostraron que no era necesario mantenerse anclado a un sitio geográfico.
Ante las limitaciones impuestas a las reuniones físicas, los capitales de riesgo (venture capitals) han debido acostumbrarse a sostener sesiones virtuales con los emprendedores y han reflexionado que en muchas ocasiones no resulta imprescindible conocer del negocio o de las otras entidades fondeadoras. También han descubierto que el talento y la creatividad no es exclusiva del Silicon Valley, sino que igual puede florecer en una gran urbe cosmopolita como Londres, Nueva York o Tokio, que en los sitios más incomunicados del orbe, sólo que antes las brillantes y productivas ideas en los segundos no podían ser escuchadas por la imposibilidad para realizar el viaje desde sus alejados lugares hasta San Francisco.
Tras los varios meses de enseñanza dejados por el SARS-CoV-2, algunas compañías han comenzado a mudar sus oficinas centrales a otros sitios de la Unión Americana como la Gran Manzana u Austin, e incluso fuera de Estados Unidos. Oracle y Hewlett Packard recientemente migraron a Texas, por ejemplo. Otras firmas han abierto oficinas adicionales en otras ciudades del Europa y Asia; tal es el caso de Kleiner Perkins, que inauguró ya sus instalaciones en Londres.
Una estimación hecha por Brookings Institution reflejó que el porcentaje de empleos tecnológicos que ahora se ofrece en clústeres como Silicon Valley es de 31 %, cinco puntos porcentuales menor al 36 % anterior al inicio de la pandemia. Y aunque la vida ha comenzado a “normalizarse” en la península de San Francisco y muchas compañías urgen a sus empleados para que regresen a la bahía, otras han encontrado una forma más eficiente y productiva para seguir operando a distancia, mientras mantienen en sitio sólo a aquellos empleados que realmente lo requieren.
Aún es pronto para saber si el paso de la Covid-19 por el mundo habrá dado lugar al surgimiento del Silicon World, pero mientras un dato interesante es el que ha publicado hace poco CBInsights, el cual refiere a que las inversiones de riesgo en la costa del océano Atlántico han crecido de menos de 40 mil mdde en 2019 a más de 93 mil mdde en 2021. Esto deja claro que los emprendedores mexicanos tienen ahora una oportunidad extraordinaria para encontrar financiamiento para sus ideas.
Lo anterior, dicho sin aberraciones.