Aprovecho para hacer un llamado a los radiodifusores, en especial los de la Ciudad de México, ¡están completamente ladeados! ¡Nada más están de un lado! No hay equilibrio, todas las estaciones de radio ¡en contra de nosotros! Los conductores de radio, hombres y mujeres, no hay quien pueda defender alguno de los planteamientos nuestros, hay un desequilibrio total. No hay objetividad, no hay profesionalismo, son completamente tendenciosos. A lo mejor los dueños no lo saben, sucede como cuando ordenan los represores a un policía dé un macanazo a uno y el policía le da tres, o a lo mejor están dando la orden que aprieten… y es aprieten pero no ahorquen… y estos están ya desatados. No hay ningún contrapeso, ¡todos en contra!”
Andrés Manuel López Obrador, conferencia mañanera del 1 abril de 2022.
Vivimos tiempos oscuros. A la vez que se recrudece la guerra en Ucrania –ocasionando una migración europea no vista desde la Segunda Guerra Mundial—, en México el narco sigue realizando matanzas en Michoacán, Guanajuato, Zacatecas y Jalisco, es decir, continúa su decidida apropiación del país.
Mas la guerra no es el único ni el peor problema. Se está gestando una catástrofe climática mundial e inconmensurable, en la cual los científicos son en buena medida ignorados e incluso denostados. El calentamiento global antropogénico continúa su avance silencioso y, mientras algunas naciones comienzan a despertar para tratar de mitigarlo, en otras es como si ello no existiese e incluso, como en la nuestra, se avanza en la dirección contraria. Y no me refiero solamente a la desaparición del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC), lo cual ya es un indicador terrible de la falta de visión. El México petrolero, con el cual sueña el presidente López Obrador, es totalmente opuesto a la lucha contra el cambio climático. Mientras en Noruega los jóvenes exigen a su gobierno dejar el petróleo en el subsuelo marino para ser congruentes en la lucha contra el cambio climático y en Holanda se condena a Shell por la devastación que su petrolera ha generado, en México no sólo se adquieren y renuevan refinerías, sino que ¡se incrementa el presupuesto para exploración y producción petrolera!
En el México de nuestros días, además, se está instaurando algo que podríamos denominar como “la sociedad de la venganza”.
Desde hace décadas que nuestros mejores pensadores han intentado definir la sociedad actual. En los años 80 del siglo pasado Ulrich Beck la definía como “la sociedad del riesgo”:
Las amenazas de la civilización hacen surgir un nuevo “reino de las sombras”. (…) Hoy ya no estamos en contacto con los “espíritus” que hay en las cosas, sino que estamos expuestos a “radiaciones”, tragamos “toxinas” y nos vemos perseguidos hasta en los sueños por el miedo a un “holocausto atómico”. En lugar de una interpretación antropomórfica de la naturaleza y del medio ambiente ha aparecido la conciencia moderna y civilizatoria del riesgo con su causalidad latente, no perceptible y sin embargo presente por doquier. Tras las inofensivas fachadas se esconden sustancias peligrosas, hostiles. (…) Quien utiliza y toma las cosas tal y como le aparecen, quien sólo respira y come sin preguntar por la realidad tóxica de trasfondo no sólo es ingenuo, sino que además ignora los peligros que lo amenazan y se expone a ellos sin protección (Beck, 1990: 103).
Años después, Zygmunt Bauman definirá a nuestra sociedad como “líquida” por carecer de la solidez que caracterizaba a la sociedad anterior, aquella en la cual los empleos eran duraderos, el matrimonio lo era para “toda la vida” y las personas tenían confianza en que, si seguían adecuadamente lo indicado por la norma social, se lograría un futuro luminoso. En el mundo de La modernidad líquida, indica Bauman, ya nadie cree en los aparatos ideológicos del Estado definidos por Althusser (iglesia, ejército, escuela, entre otros) y todo –personas incluidas– se convierte en objeto de consumo; un mundo donde todo se compra y deshecha con rapidez.
Acorde a lo anterior, Gilles Lipovetsky, en su ensayo La era del vacío, denunciará el hiperindividualismo, el narcisismo prevaleciente en nuestros días, el cual conduce a una sociedad hedonista donde todo es efímero y carente de sentido y lo único que importa es el estar “a la moda” y “en lo último”.
Finalmente, en La sociedad del cansancio, Byung-Chul Han describe a la nuestra como una sociedad enferma y cansada donde los individuos sufren de un “exceso de positividad” y rechazan la existencia de lo otro (lo “negativo”). La sociedad del cansancio sufre por el narcisismo y la hiperexigencia personal que termina deprimiendo y agotando a todos y cada uno.
Todo parece indicar que la humanidad conducida por sus ciegas corporaciones –y los gobiernos que sólo a ellas sirven– en la época definida por Jorge Riechmann como el “Capitaloceno”, que ocurre en El siglo de la gran prueba(Riechmann, 2013), está condenada a desaparecer; la humanidad se encamina al mismo colapso civilizatorio que acabó con las sociedades de la Isla de Pascua, los mayas o los vikingos de Groenlandia (Diamond, 2007), sólo que, en esta ocasión y por primera vez en la historia, la catástrofe será no sólo irremediable sino global. La sociedad mexicana actual, sin embargo, refleja peculiaridades no presentadas por tales autores.
La sociedad mexicana actual, si bien en algunos ámbitos refleja lo apreciado por Byung-Chul Han, en otros puede ser descrita como una “sociedad de la venganza”. En el México de nuestros días se ha instalado la venganza como estrategia de gobierno.
El gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) no sólo ha permitido, ha estimulado la venganza… es por ello patético que, tal y como se indica en el epígrafe a este artículo, todavía espere obtener apoyo de aquellos a los que persigue, es decir, de aquellos cuya tarea es encontrar los pequeños –o grandes– errores de los políticos: los periodistas.
En las conferencias “mañaneras” de AMLO se persigue de la peor manera a los periodistas independientes, se les exhibe en un circo denominado “Quién es quién en las mentiras” y se ataca a todos aquellos –ambientalistas, científicos, empresarios, directores de organismos independientes– que contravengan sus iniciativas. Por otro lado, AMLO exhorta a que pidan perdón a México países como España… ¡por eventos ocurridos hace siglos! Asimismo, su gobierno protege a criminales que en otras naciones o en otras épocas habrían sido expulsados del gobierno (como el primer fiscal del país –Alejandro Gertz Manero–, el cual utilizó todo su poder corruptor para encarcelar casi dos años a una mujer finalmente declarada inocente por la Suprema Corte de Justicia de la Nación).
Y esa estrategia vengativa se ha generalizado en el país. En el estado de Morelos, somos muchos los que hemos sufrido de una persecución absurda, sólo posible a causa del imperio de la corrupción (Morales, 2021).
Desgraciadamente, la historia ha mostrado ejemplos precisos de las persecuciones realizadas en las naciones totalitarias o en proceso de constituirse como tales. Aleksandr Solzhenitsyn en Archipiélago Gulag (1973) o Varlam Shalámov en sus Relatos de Kolima (1978) muestran cómo el pensamiento crítico es perseguido y anulado en las naciones totalitarias, en esas donde se ha establecido el pensamiento unidimensional (Marcuse), esas donde sólo lo que opina el líder es correcto y donde sus subordinados no deben “mover ni una coma” a sus decretos. Stalin, como bien sabemos, mató a más rusos que los mismos nazis cuando ocuparon su nación. Esos eventos no deben, no deberían, repetirse.
En el México de la venganza, la esperanza que anunció en su campaña presidencial AMLO no deja de desgastarse y, al final, sólo los más ciegos y “aplaudidores” se quedarán a su lado. Su pensamiento dictatorial “o estás conmigo o contra mí” sólo dará los peores frutos. Los que no compartimos sus premisas estamos condenados a sufrir de la persecución. Mientras el país se cae a pedazos.
Cuernavaca, Morelos, 8 de abril de 2022.
Bibliografía
- Bauman, Zygmunt (1999). Modernidad líquida, México: FCE.
- Beck, Ulrich (1998). La sociedad del riesgo, Alianza, Madrid.
- Diamond, Jared (2007), Colapso, México: Random House Mondadori.
- Han, Byung-Chul (2012). La sociedad del cansancio, Barcelona: Herder.
- Lipovetsky, Gilles (1983). La era del vacío, Barcelona: Anagrama.
- Morales, Gregorio (2021). El terror de la persecución. En defensa de Luis Tamayo. Diario Plaza de Armas, 1 de diciembre de 2021: https://plazadearmas.com.mx/el-terror-de-la-persecucion-en-defensa-de-luis-tamayo/
- Riechmann, Jorge (2013). El siglo de la gran prueba. Tenerife: Baile del sol ediciones.