CRÓNICA: JESÚS ARRIAGA/LALUPA.MX
FOTOS: RICARDO ARELLANO/LALUPA.MX
Mitzi Daniela Espinoza Reséndiz ríe cuando le dicen que su experiencia es increíble. Dio a luz en el baño de su domicilio y además, por si fuera poco, no sabía que estaba embarazada.
El pasado 29 de marzo fue un día normal para la joven de 19 años de edad. Se levantó, hizo su rutina normal, pero alrededor de las 13:00 horas comenzó a sentir ganas de ir al baño, pero no pudo evacuar.
Narra que salió enojada. Le comentó a su madre. Un rato después volvió al baño, con los mismos resultados. Pensó que estaba nuevamente estreñida.
Se fue con su hermano, a quien le dijo su malestar. Le recomendó que tomara agua, algo que ya había hecho sin resultados positivos. Yogurt de ciruela pasas y ciruelas (que no comió) tampoco le ayudaron a su malestar.
Regresó al baño, decidida a terminar con el “estreñimiento”. Estaba sentada en el retrete cuando sintió que salía algo extraño de su cuerpo. Se espantó. Le gritó a su hermano para que llamara a su madre, pues sentía que le colgaba algo. No quería ver qué era porque le daba miedo.
“Me senté en la taza del baño. Di el último pujido y sentí que salía algo de mi cuerpo y me espanté más. Empecé a gritarle a mi hermano para que le hablara a mi mamá. Me dijo que para qué. Le dije: Tú háblale. Estaba toda espantada, no sabía qué hacer, no me quería ni fijar porque me daba bastante miedo.
“Mi mamá entró rápidamente y nada más ví que sacó a un bebé. Yo todavía traía la placenta adentro. Mi mamá lo que hizo fue decirle a mi hermano que marcara al 9-1-1 para que vinieran a atenderme. Yo en el baño toda asustada, gritando y llorando. Mi mamá tranquilizándome, pero no me podía tranquilizar porque me acababa de aliviar en el baño”, narra.
Su madre mientras ya había limpiado la nariz y boca del bebé, le había dado palmaditas. Por teléfono le dieron indicaciones de qué hacer mientras llegaba la ayuda médica.
Los paramédicos de Protección Civil los sacaron del baño, pues es muy pequeño, para que estuvieran más cómodos y pudieran brindar una mejor atención a Mitzi y al recién nacido.
Mitzi no podía creer lo que acababa de suceder. Cuando vio a los paramédicos no sabía qué estaba pasando. Incluso, dice, se sorprendió cuando entraron al baño. Poco a poco se calmó, cuando vio que los elementos de Protección Civil le dieron un excelente trato, brindando una atención cálida y tratando con cuidado a su bebé.
El camino al hospital en la ambulancia se le hizo eterno. “Como tengo otro bebé, estaba preocupada, porque se había quedado con mis hermanos.
Llegamos al hospital y me dijeron que les diera al bebé para que lo checaran y a mi me dijeron que me pusiera mi bata. Me pasaron a sala de parto para sacarme la placenta que me había quedado adentro”, narra.
En el hospital le preguntaron qué método anticonceptivo usaba, a lo cual respondió que el DIU, que por eso se había confiado, pues nunca tuvo molestias y nunca desapareció su periodo.
“Yo pensé que tenía gastritis, y más porque me decían que se inflamaba el vientre, porque yo sentía que estaba gordita. Me dijeron que se movían los intestinos. Luego había días que amanecía con panza, otros sin panza. En el primer embarazo tampoco me di cuenta hasta los cinco meses, porque me hice la prueba, y ni como en el primer embarazo ni en éste tuve síntomas, menos me di cuenta. Siempre pensé que era gastritis, pero sorpresa, no era gastritis”, abunda.
En el hospital tampoco le creían que no sabía que estuviera embarazada. El personal médico se sorprendía de la forma en la cual dio a luz, en qué condiciones y desconociendo que estaba embarazada.
Mitzi fue dada de alta al día siguiente, pero su bebé se quedó en incubadora unos días más, para descartar infecciones. El viernes de la misma semana en la cual dio a luz (el bebé, al cual puso el nombre de Freddy Maximiliano, nació un martes) fue dado de alta, luego de descartar cualquier infección.
La madre de Mitzi, Cristina Reséndiz Reséndiz, dice que el nacimiento de su nieto fue sorpresivo, pues tampoco sabía que su hija estaba embarazada, sólo la veía un poco “gordita”.
Ese día ella trató de conservar la calma, pues Mitzi estaba llorando y muy asustada. “A mi lo que preocupaba cuando lo saqué del baño es que no se hubiera pegado en su cabecita, porque nacen con cierta fuerza, y se pudo haber pegado. También el cordón (umbilical) pero ya en el 9-1-1 me dijeron que mientras estuviera con la placenta no pasaba nada. Ya cuando llegaron los paramédicos, que llegaron muy rápido los de Protección Civil, ya me calmé”, abunda.
Héctor Bautista Segundo, analista de Emergencias de la Coordinación Municipal de Protección Civil, fue quien llegó a la casa de Mitzi para atender la emergencia. Ya sabía de qué se trataba la atención que brindaría. “Cuando nosotros llegamos ya venimos con cierta disponibilidad, ya venimos pensando qué es lo que nos corresponde hacer.
Primero se despacha al motorizado. Que es una persona que viaja en una motocicleta para que tenga un rápido arribo cuando las situaciones son muy críticas, y yo también me despacho como apoyo. Cuando llegamos nos encontramos que la señora (Mitzi) estaba dentro del baño y el bebé estaba en el suelo. Empezamos con la atención médica prehospitalaria, que son aspirar al bebé, limpiarlo, darle calor, revisar sus signos vitales, obviamente hacer una valoración, para ver en qué estado se encuentra y cuáles son las necesidades fisiológicas que pueda llegar a necesitar. De eso se hizo cargo mi compañero Bryan Márquez. A mi me tocó hacerme cargo de la señora, ver sus signos vitales, hidratarla vía intravenosa, hasta hacer el traslado con los compañeros del CRUM, en este caso al Hospital de Niño y la Mujer”, comenta.
Precisa que eventos como estos son extraordinarios, pues no es muy común que los niños nazcan en el baño y sobre todo que los niños se encuentren en buenas condiciones de salud.
A lo largo de 20 años en el área de atención de emergencias, ha atendido tres partos, dos en la Coordinación de Protección Civil. El más reciente, antes del de Mitzi, hace seis meses también en Villas de Santiago.
Héctor se dice sorprendido de la fortaleza del bebé y su estado de salud. La adrenalina, agrega, nunca se deja de sentir, como en todas las emergencias que les toca atender en Protección Civil. Agrega que como paramédicos les toca ver muchas desgracias, pero acudir a los primeros minutos de vida de una persona son pocos. El 29 de marzo fue un buen día para Héctor, Mitzi, Cristina y Maximiliano.
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