REDACCIÓN/LALUPA.MX
México, 23 de mayo de 2022.- La migrante guatemalteca Juana Alonzo regresó este domingo a sus país, luego de estar siete años en prisión preventiva en Tamaulipas, donde la torturó la policía. Organizaciones de derechos humanos argumentan que la joven fue obligada a firmar un documento en español que la incriminaba por el delito de secuestro, pero ella no sabía leer.
Alonzo de 35 años, mujer maya chuj de la comunidad de San Mateo Ixtatán Huehuetenango, explicó que estuvo detenida por no hablar bien español cuando quería cruzar hacia Estados Unidos. Al recibir atención de los medios por llegar a su tierra de origen, aprovechó para abogar por sus compañeras de prisión, pues aseguró que muchas son inocentes como ella: “No somos piedras, no somos plásticos; nos vamos a quedar allí sin ver a la familia. Qué tristeza”, manifestó.
Pedro Alonzo, tío de Juana, contó que ella dejó su comunidad hace siete años para ayudar a su familia. “Ella quiso dar estudio a su familia, a un hermanito, pero ese sueño no se llevó a cabo. (…) Su delito fue no hablar español. ¿Quién va a pagar esa cicatriz?”, dijo.
Agregó que las condiciones de la comunidad sigue siendo las mismas que cuando Juana salió del lugar: “Juanita va a regresar a su misma choza, su misma pobreza, (a comer) hierbas y tortillas”, explicó. “Lo que queremos es justicia”.
Mario Búcaro, el canciller guatemalteco que acompañó a Juana, explicó que se le brindará apoyo en su retorno a su comunidad. Craig López, director jurídico de la Fiscalía de Tamaulipas, confirmó que Alonzo nunca fue condenada y que pasó siete años en prisión preventiva.
Netzaí Sandoval, titular del Instituto Federal de la Defensoría Pública de México, organismo que asumió la defensa de Alonzo en 2021, dijo que este es ‘un caso totalmente aberrante’: “Hay múltiples condiciones de vulnerabilidad por ser una mujer, indígena, migrante, pobre, que no habla el español”, agregó Sandoval, quien recalcó que Alonzo no tuvo una traducción adecuada de los cargos en su contra hasta 2022.
Según explicó en entrevista con The Associated Press, la mujer, quien aprendió a hablar español en la cárcel de Reynosa, fue detenida en un operativo de “rescate” de migrantes, pero en lugar de ser llevada a un centro de detención migratoria, la policía de Tamaulipas “la hacen firmar una autoinculpación con tortura”.
Con información de Sin Embargo