Por lo general, cuando suceden infecciones durante el embarazo, como el resfriado común o infecciones estomacales, no son causa de problemas graves; sin embargo, las infecciones que pueden provocar inflamación crónica, como infecciones del tracto urinario, pueden ser peligrosas para la madre, el bebé o ambos. Algunas pueden provocar parto prematuro o causar enfermedades graves, defectos congénitos y discapacidades, como la pérdida de audición o problemas de aprendizaje en el bebé.
En años recientes, investigaciones como la de Han y Patel (2021) de la Universidad de Sídney, han demostrado que las infecciones crónicas de la madre durante el embarazo se asocian con un mayor riesgo de que su descendencia desarrolle trastornos psiquiátricos como la depresión, el trastorno afectivo bipolar, la esquizofrenia y otras psicosis, además de trastornos del neurodesarrollo, como trastorno del espectro autista (TEA).
En el embarazo, la formación de la placenta permite la conexión vital entre el bebé y la madre. El desarrollo de este órgano temporal durante la gestación permite el transporte de los nutrientes que necesita el bebé para desarrollarse, y el intercambio de otras moléculas entre la madre y el embrión. Esto se conoce como transmisión vertical.
Si durante el embarazo ocurre una infección por algún virus o bacteria, el sistema de defensa de la madre, el sistema inmunológico, se encargará de eliminar al microorganismo. Para ello, células de este sistema de defensa responderán inmediatamente liberando moléculas inflamatorias llamadas citocinas, que participan deteniendo la propagación de la infección. Las citocinas atraen a células más especializadas que se mueven al área de la infección y son capaces de detectar y eliminar a los microorganismos o a las células infectadas.
Gracias a la transmisión vertical, las citocinas son capaces de atravesar la placenta, llegar al útero y tener contacto con el bebé. Si este ambiente inflamatorio uterino sucede de manera frecuente o sostenida, puede resultar dañino para la arquitectura cerebral del bebé en desarrollo, generando alteraciones que aumentan el riesgo de derivar en desórdenes neuropsiquiátricos.
El análisis histórico realizado por Minakova y Warner en 2018, describió que tras eventos pandémicos como la pandemia de rubéola de 1964, la incidencia de trastornos del neurodesarrollo como el TEA y la esquizofrenia, aumentaron entre el 13-20% en la población. Debido a las complicaciones de estudiar este efecto en los seres humanos, se han desarrollado modelos animales de Activación Inmune Materna (MIA por sus siglas en inglés) con roedores, que asemejan el proceso de infección crónica y permiten investigar las causas que provocan la susceptibilidad del bebé a este tipo de trastornos neuropsiquiátricos.
Estos trabajos nos ayudarán a entender cuáles son los elementos que participan en el desarrollo de los padecimientos e, importantemente, conocer si existe la posibilidad de impedir la afectación permanente del embrión, una vez que se ha llevado a cabo la infección.
Para muchas mujeres, el embarazo representa una de las etapas más importantes y emocionantes, en la que la salud de su hijo se convierte en el objeto de su principal preocupación. Es importante señalar que cualquiera de estas complicaciones se puede prevenir adoptando durante la gestación opciones saludables de alimentación, ejercicio y una adecuada higiene general, aunado a la asistencia periódica con el médico familiar o ginecólogo para vigilar el correcto desarrollo del bebé.
Estos hábitos son fundamentales en la prevención de infecciones que podrían perjudicar seriamente la salud de nuestros futuros hijos. Por ello es importante acudir oportunamente con los profesionales de la salud, cuando detectemos en las mujeres gestantes algún signo de infección, actuar con prontitud, seguir sus recomendaciones y así evitar cualquier tipo de complicación.
Los estudios citados son:
Han, V.X., Patel, S., et al. 2021. Maternal immune activation and neuroinflammation in human neurodevelopmental disorders. Nat Rev Neurol 17,564–579
Knuesel, I., Chicha, J. A., et al. 2014. Maternal immune activation and abnormal brain development across CNS disorders. Nat. Rev. Neurol. 10, 643–660