El pasado domingo 5 de junio se celebraron elecciones para renovar, entre otros cargos, las gubernaturas de los estados de Aguascalientes, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo y Tamaulipas.
De acuerdo con la información arrojada por los Conteos Rápidos y los Programas de Resultados Electorales Preliminares (PREP), las coaliciones integradas por Morena triunfan con cuatro gubernaturas, mientras que la coalición “Va por México” se lleva dos.
En un contexto que supuso grandes retos, las autoridades electorales mostraron nuevamente su competencia e idoneidad para organizar elecciones exitosas. Así lo exhiben las estadísticas de participaciónde estas seis elecciones, no únicamente en las urnas, pues es relevante destacar que, para garantizar el derecho al voto de 11.7 millones de personas, fue necesario que147 mil 329 ciudadanas y ciudadanos se sumaran activamente en la conformación de las mesas directivas de casilla, al tiempo que resultó de la mayor relevancia la participación de 4 mil 243 personas quienes fungieron como Capacitadoras Asistentes Electorales y 713 como Supervisoras Electorales.
Del mismo modo, se destaca que las elecciones se llevaron a cabo sin incidentes mayores. De hecho, el “Informe de Violencia Política en México” resaltó que, en estos procesos electorales no ocurrió el asesinato de ninguna persona que contendiera para algún cargo en disputa.
Así, la alternancia en cuatro de seis estados, la participación ciudadana y el orden generalizado que se mostró en el desarrollo de los comicios, nos vuelve a dar el resultado de la ecuación matemática cuyo resultado es que el Instituto Nacional Electoral (INE) y los Organismos Públicos Locales Electorales (OPLE), son indispensables para que la ciudadanía ejerza un derecho fundamental, como lo es el votar por quienes serán sus representantes, de manera libre e informada, pero además, el derecho a ser opción de voto.
Los árbitros electorales volvieron a estar a la altura de las circunstancias. De cara a las próximas elecciones de 2024, el sistema electoral actual se fortalece, y nos enseña que, la democracia prevalece.
A partir de ayer, los OPLE de cinco de los seis estados que celebraron elecciones, comenzaron a realizar los cómputos oficiales —en Durango arrancarán el próximo domingo— y entregarán las constancias de validez y mayoría respectivas. Con esto, se abre la posibilidad para que los partidos políticos estén en condiciones —de ser el caso— de impugnar los resultados de conformidad con la normatividad en la materia.
Algunos podrían buscar la nulidad de casillas, o quizá hasta nulidades de las elecciones.
Las impugnaciones pasarán por los tribunales electorales locales y la última decisión la tendrá la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Es normal. Es democráticamente saludable y provechoso.El sistema de medios de impugnación en nuestro país está diseñado para generar total certeza a quienes participan en las elecciones.
Se podrá poner sobre la mesa de debate diversas áreas de oportunidad en torno a la organización de las elecciones. Pero, si de elecciones hablamos, las autoridades administrativas electorales, el binomio INE-OPLE demostraron estar ahí, listas para asegurar de manera libre, auténtica y periódica, la renovación pacífica del poder.
