HISTORIA: PATRICIA LÓPEZ NÚÑEZ/LALUPA.MX
Con más de 30 años dedicados a cubrir el tema migratorio y los desplazamientos forzados, los periodistas Juan de Dios García Davish y María de Jesús Peters, de la agencia Quadratín, alistan su salida de México rumbo a Estados Unidos, luego de que la embajada les concediera visas de manera inmediata por las amenazas que recibieron en Chiapas y que ponen en riesgo su vida.
En entrevista con lalupa.mx, Juan de Dios enfatiza que no es la primera vez que los amenazan, pero nunca antes las intimidaciones alcanzaron los niveles de violencia de esta ocasión, así que decidieron hacerlo público, principalmente porque “no existe seguridad para los periodistas en México”, ya que ninguna autoridad, estatal o federal, les dio respuesta.
“Estamos a merced del crimen organizado, de la delincuencia común, de cualquier ciudadano que se moleste, que venga, que te quiera agredir, no hay ninguna garantía, no hay nada”, dice García Davish, quien, con María, documentó y entregó diversas pruebas de las amenazas.
Sin lograr atención que les diera tranquilidad en las últimas semanas, Juan y María tomaron medidas distintas a las de pasado porque esto “los desestabilizó”. “Me infundieron miedo, me metieron miedo, inseguridad y eso es lo que fue diferente a las otras (amenazas)”, reconoce Juan de Dios, sin saber de dónde vienen las recientes intimidaciones.
“Hay varias cosas que pudiéramos pensar, por ejemplo, en 2012 en Motozintla en un proceso postelectoral nos agredieron, nos golpearon, despojaron del equipo a María de Jesús Peters, los identifiqué y los metieron a la cárcel como 6 o 7 años. Cualquiera puede ser el que nos esté, en estos momentos, amenazando de muerte. A Mary le han rajado la cabeza a pedradas, la gente del Instituto Nacional de Migración, a quienes hemos denunciado de estar involucrados en el tráfico de seres humanos, la han agredido y no hay nada, no hay una investigación”, agrega.
Ante la falta de atención por parte de las autoridades locales, los dos periodistas decidieron pedir ayuda a la embajada de Estados Unidos, que en tres horas atendió la situación al considerarlo un caso especial y entregó todo el papeleo para que puedan viajar a ese país de manera inmediata, así que ellos realizan los trabajos para poderse ir.
“Es un grito de desesperación, es un grito de ayuda. Eso nos dio mucha confianza, mucha esperanza, porque es triste ver que autoridades de otro gobierno, de otros países estén más preocupados por la situación de los periodistas que tu propio país, de tu propia gente, que se supone que es obligación brindarte esas garantías para que puedas estar libremente, sin problemas físicos ni agresiones”.
Aunque la pareja ya no se encuentra en Chiapas, los integrantes del Mecanismo de Protección a Defensores de Derechos Humanos y Periodistas activaron diversas medidas desde hace 12 días, aunque Juan de Dios no solicitó su incorporación por falta de confianza, debido a malas experiencias cuando en 2019 se le inscribió en la Comisión Ejecutiva de atención a Víctimas del Delitos (CEAV) de la Secretaría de Gobernación y “nunca se acercaron conmigo, tuve necesidad de hablarles en dos ocasiones y nunca me respondieron ni se comunicaron, así que mandé un documento donde declinaba mantenerme bajo la supuesta protección del mecanismo”.
A punto de dejar el país, Juan y María todavía realizan algunos trámites personales para dejar atrás toda una vida en Chiapas y pretenden entrar en una etapa de recuperación personal, tras el daño emocional de las últimas amenazas.
“Quedé profundamente atemorizado, paniqueado, muy sensible, necesito sanearme yo mismo. Yo tengo mi vida en Tapachula, mis amigos, mi familia, toda mi vida he estado viviendo en Tapachula, todo está ahí, mis sueños, mis fracasos. Mi vida es muy difícil en estos momentos”.
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Todo mi aprecio y respaldo amigo. Espero estén mejor.
Dios los proteja.
Con mi aprecio y cariño.
Miguel Ángel Ortiz Ochoa.