Un contacto delicioso con un desconocido parecería una liviandad; me refiero a un contacto fortuito, prolongado voluntariamente por ti contra las leyes de la inercia, y es que… si el chofer zigzaguea para adelantar camino y acerca al hombre que va sentado junto a ti lo suficiente para que los vellos de su brazo alcancen a mover los del tuyo, ¿qué de malo tendría?
Cierto es que podrías toser para alejarte un poco, o fingir que sacas un labial de tu bolso para sustraer tus vellos de los suyos, pero también podrías permanecer en el acercamiento, porque es muy probable que sólo tú estés considerando el vello-jugueteo como un contacto, y que el dueño del brazo ni lo haya notado, al menos no como tú, que casi puedes escuchar el tris, tris, tris de vellos que se traslapan una y otra vez, al ritmo-ronroneo del motor, lo que te provoca un placer parecido al de conversar con alguien interesante que además sabe escuchar.
Parecido.
Decides dejar de oponerte a la sutil caricia, ya sea que en realidad exista o sea sólo una creación tuya. Entrecierras los ojos y aspiras la cálida humedad que perla su lado izquierdo mientras asciende hasta tu boca y la saboreas en el vaivén.
Te cuestionas un poco: ¿es una ligereza sentir, interconectar terminales vivas durante un trayecto? Tienes que dejar de cavilar. No lo has mirado todavía, ¡hazlo, que ya deja su asiento! No puedes permitir que se vaya sin conocer sus ojos, el gesto de su estatura.
Te atreves con discreción, pero…
Te sonríe lasciva antes de bajar y avanza rítmica hacia donde termina la calle, tuerce hacia la izquierda mientras el colectivo continúa su marcha. La sigues con la mirada abriendo algo la boca.
Ella, irremediablemente, se va.
AQUÍ PUEDES LEER MÁS DE LA “NARRATIVA EN CORTO”, DE PATRICIA EUGENIA
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genial interconección, emociones eléctricas…, deja ver mi lógica primitiva para luego sacarla de ahí y hacerme sentir muy bien la sonrisa.
La idea a priori, luego de la sensación. La sensación sin juicio poniendo de cabeza al juicio a posteriori.
Me encantó!
Fue muy breve el encuentro de estos vellos. Esperemos que se vuelvan a encontrar.
¿Se encontraran de nuevo?
Es interesante ver como una simple caricia puede despertar en cada uno de nosotros miles de emociones distintas. Además de imaginar escenarios con personas a las que ni siquiera conocemos.
Me gustó mucho
Erotismo sutil a flor de piel.
Erotismo sutil, en su máxima expresión.
Me gustó!
Y pasa, y sientes, es real, imaginas y sonríes…. Vuelves a la rutina y algún otro día vuelve a pasar.
Excelente relato
El contacto, ese gran misterio que nos estremece, que me hace sentir viva! Deja ver la interconexión entre todos, entre un desconocido y el otro. Gracias por recordarnos que lo sutil, lo subjetivo, lo emocional tiene tanta fuerza como lo objetivo.
La imaginacion es sorprendente muy bien tratado.
El texto me hace preguntarme, cuando dejamos de vivir la expontaniedad que la vida nos da?, por el miedo que nos han inculcado al contacto humano, nos hemos desensibilizado por ver mal cualquier contacto o emoción real o imaginaria, y a veces olvidamos lo necesario que es para reconectarnos y recordar el poder de permitirnos sentir, sentir sin miedo.
El vello nos aísla del exterior, pero también es la puerta de entrada a diversas sensaciones. Mucho saludos
Me gustó toda reflexión pero lo mas es que era ella, y según la que escribe, también es ella. Me encantó.
Es sorprendente como con un contacto casual e inesperado, te puede provocar muchas y diversas emociones.
Felicidades, me gustó mucho.
Una especie de zoom narrativo a ese punto en que se trasciende el tono gris de la cotidianidad y se pueden disfrutar las incidencias de la vida. Me parece que, además, su forma trasciende la mera viñeta: tiene un planteamiento, un nudo y un desenlace que, en conjunto, retratan un punto de inflexión y se detienen a reflexionar sobre la naturaleza humana. Es decir: cumple con el canon de cuento corto.