Autoría de 2:43 pm #Opinión, Jorge Díaz Ávila - Disonancias

¿Primero los pobres? – Jorge Díaz Ávila

Los números, las cifras que en materia económica y de combate a la pobreza ha enarbolado el gobierno de Andrés López durante los primeros tres años y medio de su gestión, hablan de logros y de apoyo a los más necesitados hacia los que –en el discurso– ha enfocado sus esfuerzos de gobierno.

            Los pobres –las víctimas de los gobiernos neoliberales antecedentes, según el propio presidente– son el grupo social hacia el cual se orienta el discurso gubernamental, aun cuando los datos duros indiquen lo contrario: sobre los apoyos y dádivas que el gobierno les otorga, hoy, en México, los pobres son más pobres que cuando inició el gobierno de Morena.

Servidor de la nación llevando apoyos públicos a ciudadano

            El periódico español El País publicó en su portal de internet los resultados de un estudio, el 7 de agosto de 2021, que concluyó básicamente lo siguiente:

El “primero los pobres”, lema favorito del presidente, pierde pie si se miran los datos. A pesar de que tres de cada diez mexicanos reciben transferencias de los programas federales, todo apunta a que estos están fallando. ONG y analistas independientes aseguran que, en comparación con el Gobierno anterior, el gasto social de López Obrador ayuda a menos personas en pobreza, beneficia a más hogares ricos y deja sin protección a quienes perdieron su empleo por la crisis del coronavirus (El País, 2021).

            El lema de “Primero los pobres” consigna, de manera implícita, un desprecio y desapego del opuesto: los ricos, la riqueza, pero refleja también un enfoque paternalista, trasnochado, trillado, que caracterizó a algunos gobiernos de México y el mundo de las últimas décadas del siglo pasado. Gobiernos que el mismo presidente desdeña pero que, en los hechos, son los autores de los programas (Progresa, Oportunidades, Prospera) y de algunas políticas, como el flamante paquete contra la inflación y la carestía, PACIC, que hoy presume en su discurso.

Rogelio Ramírez de la O, secretario de Hacienda, anunciando el PACIC

            De acuerdo con el análisis efectuado por el académico y politólogo Guillermo Cejudo Discurso y políticas públicas: Enfoque constructivista (2008), el discurso en torno a las políticas públicas tiene efectos no únicamente retóricos, sino que sirve de argumento para ‘fijar temas en la agenda pública y diseñar, implementar y evaluar determinadas políticas, así como para convencer a la población sobre su efectividad y resultados’.

            En los discursos cotidianos que el presidente emite, los pobres son un tema recurrente y pareciera que una prioridad de las políticas de su gestión. Sin embargo, los hechos demuestran otra cosa. Es decir, en la realidad, las palabras difieren de los hechos. No obstante, es más importante para el gobierno mantener el discurso, porque de acuerdo al propio Cejudo ‘…en todo este proceso hay una creación colectiva de significados, que determinan nuestras percepciones sobre nosotros mismos, los otros y sobre la sociedad’.

            En este sentido, si el gobierno dice que se atiende a los pobres desde todas las dependencias, y además lo expresa en televisión, genera significados compartidos –entre emisor y audiencia– que, acorde al mismo Cejudo, ‘al mantenerse en el tiempo (todos los días en “la mañanera”), se vuelven estructuras estables’.

            Esta estructura estable es el propio gobierno que, a través de ese discurso, marca una presunta diferencia con las anteriores administraciones –neoliberales– y refleja una serie de significados y valores sobre los cuales construye y ejerce el poder: los pobres, la atención a los pobres, y el rechazo a los ricos y la riqueza, aunque a veces esa retórica, manida e ilusoria, le juega malas pasadas al mismísimo emisor, expresando ideas confusas y contradictorias:

La justicia es atender a la gente humilde, a la gente pobre. Esa es la función del gobierno… hasta los animalitos, –que tienen sentimientos, ya está demostrado– ni modo que se le diga a una mascota: ‘A ver, vete a buscar tu alimento’. Se les tiene que dar su alimento, sí, pero en la concepción neoliberal todo eso es populismo, paternalismo. (Mañanera. 29 de marzo de 2019).

El presidente Andrés Manuel López Obrador en una conferencia matutina

            El presidente ha manifestado que él cuenta con otros datos, distintos y hasta opuestos a los que presentan analistas y estudiosos ajenos al gobierno, incluso propuso cambiar los índices de medición del crecimiento económico “porque no todo es dinero” y, a su gobierno, le interesa más “el bienestar y la felicidad de la gente” (El Universal, 2020) que los salarios o la inflación. Dicho de otro modo, en sus arengas, López Obrador niega que persista un problema de pobreza en el país –aunque los datos así lo evidencien– porque, según el mensaje oficial, desde el inicio de su administración ha combatido este lastre. Asimismo, descarga la tendencia negativa de su administración en el tema de la pobreza (y en casi todos: inseguridad, narcotráfico, inflación, salud, educación, etc.) a los efectos devastadores de los gobiernos neoliberales. Efectos que su gobierno no ha podido paliar, mucho menos resolver, en tres años y medio de gestión.

            Igualmente, extrapola y diluye lo que las cifras revelan, atribuyéndoles características negativas al vincularlas con valores sociales no atendidos (bienestar, felicidad, etc.).

            Una verdadera política pública de combate a la pobreza sería que, desde el gobierno, se fomentara la inversión privada para generar empresas, empleos y valor, no sólo económico, sino social y cultural. Que se impulsara el emprendimiento formal. Que se generaran las condiciones propicias para el florecimiento de iniciativas y proyectos productivos. Este gobierno, sin embargo, no lo hará, porque tiene enfocados sus recursos en seguir brindando becas a jóvenes (que ni estudian ni trabajan), continuar regalando dinero público a personas de la tercera edad (un amplio sector de las cuales reciben doble pensión y no se encuentran en situación de pobreza) y construir proyectos de relumbrón; es decir, su prioridad es seguir comprando votos con el único propósito de asegurar el triunfo de Morena en las elecciones federales de 2024.

AMLO entregando la pensión del bienestar a una adulta mayor beneficiaria

            Se le atribuye al filósofo chino Confucio la máxima de: “Regala un pescado a un hombre y le darás alimento para un día, enséñale a pescar y lo alimentarás para el resto de su vida”. Este breve silogismo, emitido hace más de 2,500 años, es contrario a la política de combate a la pobreza basada en “regalar” dinero de los contribuyentes en el marco de una gestión errónea, necia y mezquina, cuyo único fin es mantener en el poder al gobierno en turno.

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Last modified: 21 junio, 2022
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