El mundo ha vivido en los primeros años de la segunda década del siglo veintiuno mayores cambios sociales, políticos, tecnológicos y económicos que los experimentados en otras décadas. Dichos cambios fueron desatados principalmente por la pandemia de Covid, que ha dejado a su paso muerte, enfermedad y cambios vertiginosos en el estilo de vida de la población debido al confinamiento, ocasionando una creciente demanda de bienes y servicios a domicilio y una gran oportunidad para las ventas en línea. Por otro parte, fuimos también testigos del cierre permanente de varios establecimientos comerciales, productivos y de servicios, con la consecuente pérdida de empleos, desabasto, problemas de logística internacional, encarecimiento en los precios y retroceso económico en la gran mayoría de los países.
Después de los meses de vacunación, empezamos a ver decrecimiento en los contagios y decesos, pero también la población llegó a su agotamiento por tan largo periodo de aislamiento, buscando recuperar los espacios de esparcimiento y fuentes de trabajo, lo cual permitió iniciar el paso de recuperación económica, según lo muestran los principales índices económicos de México durante el primer trimestre de este año.
Cuando parecía que todo esto llegaba a su fin, inicia un conflicto armado provocado por la invasión rusa a Ucrania. Este conflicto lleva cuatro meses acrecentando los problemas sociales de migración, abastecimiento y alteraciones en los precios internacionales de granos, gas, petróleo, fertilizantes, entre otros.
Hoy el mundo experimenta fuertes niveles de inflación, como consecuencia de esto los bancos centrales han instrumentado la política monetaria de alza en la tasa de interés y, peor aún, existe un temor creciente de una recesión económica en los Estados Unidos. Empresas del sector financiero como Citigroup subieron la probabilidad de una recesión global al 50 %, y otras firmas como Goldman Sachs también lo ven posible.
Dado lo anterior, gobiernos, empresas y familias experimentaremos los desafíos de la incertidumbre económica, una constante en todos los países en vías del desarrollo que, de acuerdo con los pronósticos, repercutirá en los años venideros.
Araceli Jiménez Medina, es profesora del Departamento de Contabilidad y Finanzas de la Escuela de Negocios del Tec de Monterrey Campus Querétaro
