Primer tiempo: las manos de Putin
El viernes 19 de agosto, Vladimir Putin habló con Emmanuel Macron. Discutieron entre otros asuntos uno que tiene preocupada a la ONU: que Rusia corte el suministro eléctrico a millones de ucranianos. El invierno se acerca y sin luz, los últimos meses del año en el país europeo serían terribles. El jefe del Kremlin tiene la mano puesta sobre el interruptor de miles de hogares ucranianos y el presidente francés, respaldado por la ONU, quiere retirársela; mientras que Putin, con la otra mano sostiene la planta nuclear más grande de Europa.
Difícil imaginar cómo se negocia con un criminal, uno que preside un país y que ha cometido atrocidades en contra de la humanidad. Entre ellas está la de haber forzado a más de cinco millones de personas a dejar su casa y con ella, su vida. Santiago de Querétaro, por ejemplo, tiene un millón de habitantes, imagine que de un día a otro, la capital queretana, ante la amenaza de un bombardeo, se vaciara; esas casas abandonadas por miedo representarían un crimen en contra de la humanidad. No lo olvidemos: Putin, durante los últimos meses, ha deshecho la vida de más de cinco millones de personas.

El invierno se acerca y el conflicto Ucrania-Rusia continúa. Pero a partir de la próxima semana algo cambiará: el pueblo ucraniano podrá disfrutar, entre aliviados y emocionados, las jugadas y partidos de su liga de futbol.
Segundo tiempo: jugar, un deber
En Ucrania el 23 de agosto es el día de la Bandera. Y será también, este 2022, el día del futbol. Un día de paz. En acuerdo con el presidente Zelensky y la FIFA, se reanudará la Liga Premier de Ucrania.
Los partidos se jugarán sin aficionados y cerca de refugios antiaéreos. Si llegara a haber un bombardeo, una alarma sonaría y los jugadores, técnicos y cuerpo arbitral correrían del campo de futbol al refugio. Es difícil que pase. Sin embargo la imagen existe porque es posible.

Aún así, el técnico del Shakhtar, uno de los equipos más representativos de la liga, aseguró sobre su plantel: “Veo al grupo fuerte, no quieren hablar de la guerra, sus cabezas están centradas en que pueden jugar, mostrarle al mundo que no están muertos, que el país está vivo y una manera es con el futbol. Es una gran responsabilidad”. Jugar, por lo tanto, es un deber. Incluso en las circunstancias más adversas.
En el conflicto Ucrania-Rusia se alcanzó el balón antes que la paz, y eso sin duda es triste. Pero también es esperanzador: recuperar la alegría del juego para un pueblo que por culpa de un criminal, ha perdido mucho y a muchos de los suyos.
AQUÍ PUEDES LEER MÁS ENTREGAS DE “LITERATURA FC”, LA COLUMNA DE RODRIGO MONTERA PARA LALUPA.MX
https://lalupa.mx/category/las-plumas-de-la-lupa/rodrigo-montera-literatura-f-c/