Autoría de 4:29 pm Desde la UNAM

La transición a la economía circular: un camino para cuidar el medio ambiente y lograr la sustentabilidad – Jesús Manuel Dorador González

Uno de los grandes problemas que tiene que resolver la humanidad en el futuro inmediato es la forma en que se relaciona con el mundo natural. Desde la primaria nos enseñan que los recursos se dividen en renovables y no renovables, sin embargo, los recursos renovables están en grave riesgo, ya que la velocidad a la que los utilizamos es muy superior al tiempo que requieren para renovarse, lo cual pone en grave riesgo no sólo a la civilización humana, sino a todo el ecosistema.

Por varios años hemos sabido que el cambio climático es un hecho científicamente comprobado que representa un reto a nivel global; debemos reducir la huella de carbono y la emisión de gases de efecto invernadero, ya que de otra forma el promedio de la temperatura del planeta seguirá incrementándose, provocando graves problemas en el ecosistema. La generación de basura se ha seguido incrementando, con los consecuentes problemas que esto causa para todas las ciudades.

Es, por lo tanto, urgente promover un “desarrollo sostenible que nos permita satisfacer las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer las propias” (Definición de la ONU, Cumbre de Johannesburgo 2022).

En diciembre de 2021, la Ley para la Prevención, Gestión Integral y Economía Circular de los Residuos del Estado de Querétaro definió a la economía circular como “un modelo de producción, distribución y consumo de bienes y servicios orientado a su rediseño o reincorporación para mantener en la economía el valor y vida útil de los productos, los materiales y los recursos asociados a ellos el mayor tiempo posible, y que se minimice la generación de residuos, reincorporándolos nuevamente en procesos productivos cíclicos o biológicos, además de fomentar cambios de hábitos de producción y consumo”.

La economía lineal tradicional se basa en la extracción de recursos, su transformación, uso y desecho, mientras que la economía circular busca que, al final de la vida útil de un producto, los residuos no sean basura, sino que se puedan valorizar, reutilizar o reciclar, minimizando con esto la generación de desperdicios. Para lograr esta valorización es necesario que desde el diseño estos elementos estén pensados para reutilizarse o que sea factible su reciclaje directo, aprovechando el valor de estos.

Es claro que si se logra mantener valor en los productos que ya no se utilizan, o en sus componentes, todos los actores ganan: la empresa, porque no genera basura y sus residuos son valorizables; los usuarios, porque pueden recuperar valor de los productos al final de su vida útil; el sector gubernamental, porque se minimiza la necesidad de recolección y tratamiento de la “basura”; y el sector social, porque puede habitar en un mejor planeta.

Todo esto suena muy bien, pero, ¿quién tiene la responsabilidad de hacerlo una realidad?

La respuesta es muy clara: TODOS tenemos parte de esta responsabilidad y no debemos minimizar el impacto de las aparentemente pequeñas acciones que podemos realizar. Este gran reto debe enfrentarse desde un ejercicio de gobernanza sistémica, en el que todos los actores involucrados toman y aplican decisiones en función del interés común.

En Querétaro se conformó la organización QroCircular, que ha convocado a todos los sectores a impulsar la transición hacia la economía circular en el estado. A esta convocatoria han acudido representantes de los sectores gubernamental, empresarial, social y académico. Por muchos meses se ha estado trabajando entusiastamente para construir una hoja de ruta para la transición a la economía circular en el año 2030, el cual pudiera parecer lejano, pero el cambio de mentalidad que se requiere no se logra ni fácil ni rápidamente.

En este marco, tres grandes instituciones, la UNAM, el Tecnológico de Monterrey y la Universidad Autónoma de Querétaro, convocaron a más de 30 universidades e instituciones de educación superior de Querétaro a elaborar y firmar un manifiesto, es decir, un documento de compromisos novedosos, claros y firmes. Este es el Manifiesto Interuniversitaro para Afrontar los Retos del Cambio Climático, la Sostenibilidad y la Transición hacia una Economía Circular en el Estado de Querétaro.

El que este gran grupo de universidades, diferentes entre sí, públicas y privadas, se unan en un objetivo común es una gran noticia para todos los sectores, por lo que la firma de este manifiesto se realizará con testigos de honor de los más altos niveles, el sector gubernamental representado por el gobernador del estado de Querétaro, representantes del sector empresarial, encabezados por Coparmex, y del sector social, todos ellos refrendando la seriedad con la que el sector académico realiza sus actividades, y refrendando la confianza que toda la sociedad tiene en las universidades e instituciones de educación superior.

Entre los doce compromisos asumidos en el manifiesto, que se puede consultar en la página https://qrocircular.org, destacan algunos enfocados a lograr el cambio de mentalidad en la sociedad, coadyuvar con la industria en el rediseño de sus productos y procesos, y la colaboración interinstitucional e intersectorial a través de compartir mejores prácticas y coordinar acciones conjuntas y generar indicadores para dar seguimiento a las acciones de sustentabilidad, descarbonización y transición a la economía circular realizadas por los diversos sectores.

El doctor Jesús Manuel Dorador González es secretario general de la Escuela Nacional de Estudios Superiores Unidad Juriquilla de la Universidad Nacional Autónoma de México

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Last modified: 28 agosto, 2022
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