ENTREVISTA: ANA MARÍA RESÉNDIZ/LALUPA.MX
FOTOS: ENRIQUE CONTLA/LALUPA.MX
De alma cinéfila, Mauricio Reyes Caracheo revela que le gustaría tener el poder de cambiar la vida de las personas de manera positiva y que preferiría, de morir de una enfermedad, que ésta le diera el tiempo para acomodar sus asuntos. En una conversación para “En el Confesionario” de lalupa.mx, el director de la Agencia Estatal de Energía señala que no le gusta la crítica destructiva y que quisiera ser más paciente y tranquilo. Considera, además, que la felicidad no es un ideal, sino un estilo de vida y admite que no soporta ver a la gente llorar.
¿Cómo comienza tu día
Levantándome, tomándome una taza de café para empezar a hacer ejercicio, posteriormente me baño, desayuno y nos vamos.
¿Si no fueras funcionario público, a qué te hubiera gustado dedicarte?
Toda mi vida he sido funcionario público, no tengo ninguna otra experiencia, pero me hubiera gustado ser jugador de futbol americano. Me gusta mucho ese deporte, alguna vez lo practiqué en la escuela. Fuera de la función no conozco otra tarea, en esto tengo casi 34 años. Estuve en el equipo de la universidad, nos iba bien, éramos medio agresivos los ingenieros. Estudié en la Facultad de Ingeniería en la Universidad de Guanajuato.
¿A qué actividad nunca te dedicarías?
A lo mejor no me dedicaría, aunque sí lo he hecho, por eso puedo decir que no me dedicaría, a ser amo de casa. En la pandemia nos pusieron a experimentar ese tipo de quehaceres y no me gustaría dedicarme a eso.
¿En qué red social te sientes más cómodo?
Trato de ser muy prudente y cuidadoso y me siento muy cómodo en Twitter, aunque yo no manifiesto o expongo nada, pero si me paso mucho tiempo viendo Twitter, sigo a mucha gente que para mí es interesante, pero en esa red, no me meto a otra más. Ahora estoy experimentando en LinkedIn, pero muy de vez en cuando y en Twitter sí es de diario.
¿A qué dedicas tu tiempo libre?
Tengo varias actividades. Me gusta hacer deporte, ver televisión, leer y, últimamente, me gusta mucho jugar sudoku. Normalmente varío el deporte. He corrido durante muchos años, hago un poco de calistenia, un poco de pesas, pero no dejo de hacer deporte, no soy un deportista de alto rendimiento pero sí soy consistente. Para mí es muy retador el sudoku, pues manejas el área espacial para ver donde acomodar, es muy entretenido y, sobre todo, me hace olvidar algunas situaciones y circunstancias que están pasando, que a veces no son tan agradables o preocupan.
¿Serie o película?
Depende. Cuando no había series era muy peliculero, yo era de ir al cine cada ocho días mínimo. Cuando empezaron los teatros en casa y el streaming dejé de ir al cine pero seguí viendo películas. Series también he visto muy buenas. Acabo de ver una que me dejó un muy buen sabor de boca, que se llama Peaky Blinders. Si me recomiendan una buena serie, sí me la aviento, igual si me recomiendan una buena película. Me gusta el buen cine, me gusta una buena historia, el suspenso. Cuando es de acción y de sangre, también me gusta mucho. No me gusta mucho ver películas de amor o de llorar. Tengo dos hijas adolescentes y les gusta ver esas películas que a mí no me divierten mucho, me dan sueño.
¿Cuáles son tus favoritas?
Gambito de dama y Breaking Bad. Otra que vi recientemente, más por mi hija que por mí mismo, se llama 13 Reasons Why. He visto series buenas que me dejan satisfecho.
Y películas, hay muchas que me gustan. Por ejemplo, una que es de llorar pero tiene mucho sentido: La vida es bella. Y tengo mis actores preferidos de acción como el británico Jason Statham, quien se hzo famoso en la de El transportador. Otra muy buena película que vi recientemente es Knives Out, pues te mantiene en suspenso.
¿Cómo se encuentra integrado tu playlist?
Me gusta toda la música excepto el reggaeton, pero como que tengo épocas, ahorita me ha dado mucho por escuchar a Andrea Bocelli. Un día me invitaron a verlo a Guadalajara y, desde ahí, no lo he dejado de escuchar, me gusta mucho.
¿Una canción entrañable?
“Amore mío”, de Andrea Bocelli me encanta, pero hay una canción que también me gusta mucho, no sé si es por la edad o las circunstancias de la vida, que se llama “Coincidir”, la canta Lupita Pineda.
¿Tu libro de cabecera, y por qué?
Tengo un libro de cabecera que se llama Médico de cuerpos y almas, de Taylor Caldwell. Tampoco lo agarro todos los días, pero hay días en que necesito volverme a ubicar, porque la historia de Lucas habla de que él tiene una inconformidad con Dios. Él estaba enamorado de una niña que se enferma y se muere. Entonces él reta a Dios y le dice: “te voy a quitar el poder de llevarte a la gente cuando tú quieras”, y estudia Medicina. Entonces en otra ocasión lo reta: “no te lo vas a llevar porque yo lo voy a curar”. Con ese reto empieza y trabaja de manera muy fuerte, muy ardua, pero se da cuenta que ante eso no puede, entonces se ubica y dice: “creo que ahí no puedo meterme, no debo de meterme y ni siquiera tengo el poder”. Ese libro a mí me ubica como lo terrenales que somos, lo defectuosos que somos. A veces creemos que podemos o tenemos, pero, en un abrir y cerrar de ojos, todo se acaba.
¿Cuál es tu equipo de futbol americano?
Los Acereros de Pittsburgh. Es un equipo que durante mi juventud fue ganador. Demostró una filosofía de juego muy distinta, en ese momento tenía un gran entrenador y esa filosofía de vida la llevó al juego y ganó varios campeonatos seguidos. Eso fue lo que me llamó la atención, porque cuando hay buenas filosofías, cuando hay creencias, cuando se juega bajo un sentido se puede ganar más que una sola copa.
¿Y de futbol soccer?
De eso ni hablemos. Sí me gustó, fui muy aficionado al futbol, pero tengo varios años que lo dejé, lo olvidé y ya no me ha interesado, pero antes sabía hasta los nombres de los jugadores, sus posiciones, el nombre de entrenadores y muchas cosas. Creo que no era sano para mí, me di cuenta de muchas cosas que no están tan padres para el aficionado. Tuve unos amigos que fueron propietarios de equipos y vi cómo manejan realmente el futbol. Vi que lo que menos les interesa es la afición, esa que da la vida por su futbol, por eso mejor dije: vamos a dedicarnos a ver otra cosa, otros deportes. Ahora me aficioné hasta por el hockey sobre hielo, un deporte donde se necesita valentía, fuerza, condición, como en el futbol americano, y también inteligencia y estrategia, muchas cosas que se pueden aprender.
¿Cuál es tu platillo favorito, ese que comerías toda tu vida sin cansarte?
Me da pena decirlo pero no me harto de dos cosas: de una sopa de verduras y de unas tortillas de papa. Mi madre las hacía muy sabrosas y he probado y probado y probado y no he podido encontrar unas igual, pero sigo probando y sigo probando y me siguen gustando mucho.
¿Tequila o vino?
Depende del momento, los dos me gustan mucho. Si lo ponemos en una balanza ¡hijo! Es que depende de lo que comas, del horario, del día, de con quién estés, son muchas variables, pero los dos me gustan mucho.
¿Tu personaje histórico favorito, y por qué?
Son cosas que a veces uno no piensa, no lo puedes contestar a la primera, se te vienen varios a la cabeza, pero hay dos personajes que me han llamado mucho la atención: Pablo De Tarso y Mandela.
Mandela ya sabemos lo que es: un líder que aguantó muchos años en la cárcel y salió a triunfar con inteligencia, persistencia, con mucha sabiduría, después de todo lo que le hicieron, él trabajó de manera muy sabia.
Por otra parte, la historia de Pablo es muy interesante, porque era contrario a los católicos. De repente un día se cae del caballo y se queda ciego un tiempo y, en esa ceguera, ve a Jesús y se transforma, después de esto se convierte en un radical católico, de hecho, lo matan por eso, pero esa historia está muy padre por el tema de que reaccionó a tiempo, de que tuvo oportunidad de empezar a hacer cosas buenas, después de que era un desgraciado. Son cosas que te van marcando el camino.
¿Qué le dirías si te lo llegaras a encontrar?
Les diría que me dejaran aprenderles mucho, que me dejaran vivir con ellos un tiempo para poder absorber toda esa sabiduría.
¿Un personaje de ficción?
Era muy aficionado al Santo, el Enmascarado de Plata, y más cuando luchó contra las momias de Guanajuato.
¿Qué es lo que más te entristece en la vida?
No me gusta que lloren delante de mí, pero no me gusta porque me dan ganas de llorar. Es que no me gusta ver que la gente sufra y más cuando a esa gente le tienes un aprecio.
¿Cuál es tu ideal de felicidad?
Desde mi perspectiva no lo veo como un ideal, yo la felicidad la veo como un estilo de vida. Hay que ser felices bajo cualquier circunstancia, claro que hay veces que no es tan fácil, a veces las condiciones no se dan como uno quisiera, pero hay que adaptarse… y ahí la llevamos.
¿Cuál es tu principal rasgo de carácter?
Soy muy apasionado en todo. Me gusta lo que hago y le meto mucha pasión, hasta lo que no sé hacer lo trato de hacer bien, pero con pasión.
¿Qué es lo que más detestas de los hábitos propios?
No sé si sea un hábito, pero algo que no me gusta, que yo quisiera cambiar es que soy impaciente y enojón, soy desesperado, y no nada más de que las cosas sucedan, a veces hasta que se digan. Me gustaría ser más paciente, más tranquilo.
¿Y de los ajenos?
¿Sabes qué no me gusta? No voy a decir que no participo o que no lo hago, pero no me gusta que la gente critique de manera destructiva. Todos lo hacemos como seres humanos pero es algo que no me gusta.
¿Qué don te gustaría poseer?
Me gustaría tener el don de cambiarle la vida para bien a mucha gente, no sé qué se necesita, porque a veces la gente no se deja o porque a veces no tienes todas las posibilidades o a veces no es tan fácil.
¿Cómo te gustaría morir?
Mis padres no murieron recientemente pero los vi morir a los dos y me gustaría morir así. Ellos murieron en su casa de manera muy tranquila, yo creo que murieron de cansados, porque ya no quisimos hacerles estudios ni nada de eso, pero tampoco tuvieron una enfermedad grave. Me gustaría morir de manera tranquila, pero déjame decir que si es de una enfermedad, que sea una enfermedad que me de tiempo de arreglar mis cosas, tanto las de adentro como las de afuera. No morir de un infarto o de un accidente en donde dejas muchas cosas pendientes y no sé si después regreses a quererlas arreglar. Si es de una enfermedad, que me de la oportunidad de estar lúcido para arreglar mis cosas.
¿Cómo te ves en un futuro?
Pues ya mi futuro no es mucho. Antes de venirme a trabajar ya me veía en un futuro jubilado, viajando, no voy a dejar de viajar mientras pueda. Entonces, mi futuro sería ese: jubilarme y estar viajando, conociendo cosas y lugares.
Defínete en tres palabras.
Apasionado, ingenioso y me califico —no sé si esté bien o mal— creo que soy generoso.
¿Cómo te gustaría ver a Querétaro en materia energética al final de esta administración?
Con mucha energía. Yo, que he estado toda mi vida en este tema, puedo decir que Querétaro tiene esa necesidad, por su dinámica, lo requiere en muy corto plazo. Me gustaría ayudar a Querétaro porque esta parte de la energía es el insumo principal para que funcione una economía… y lo estamos logrando.
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