Durante los casi 12 meses que acumula como titular del Poder Ejecutivo queretano, una y otra vez el gobernador ha dicho que su prioridad y toda su actividad están enfocadas a honrar el encargo que la mayoría de la ciudadanía de la entidad le confirió: gobernar el estado.
Este dicho, una vez transformado en hechos, se convierte en un ejemplo a seguir, sobre todo –se supone– de un gobernante que presume no ser militante de partido político alguno y, por ende, es un servidor público ciudadano sin necesidad de atender la “línea” que dicte la dirigencia partidista.
La tentación partidista
Sin embargo, en este poco tiempo que ha ejercido la función de mandatario, no ha podido resistirse a la tentación de incursionar en la política partidista (aunque no sé si fueron sus asesores los que lo incitaron a involucrarse), contradiciendo sus dichos como gobernador ciudadano.
Primero, aceptó entrar al juego que impuso el presidente del Partido Acción Nacional (PAN), ese de los “destapes”, en el que media docena de políticos fueron señalados como parte de un grupo del cual habrá de surgir el candidato o la candidata del blanquiazul a la presidencia de la república.
Como parte de este “selecto” grupo fue mencionado el gobernador de Querétaro, sin que este se deslindara o abiertamente declinara su mención. Es decir, aceptó jugar al “tapado”.
La segunda señal que mandó el gobernador, de sentirse cómodo y hasta motivado en este ambiente de la política partidista, fue en el transcurso de la semana pasada cuando decidió (o decidieron sus asesores) que sería bueno que se pronunciara en torno a la “suspensión” de la alianza Va por México decretada por el PAN y el Partido de la Revolución Democrática (PRD).
No sólo se pronunció contra la continuación del acuerdo PAN-PRD-PRI y a favor de la participación electoral del PAN sin aliados en los comicios de 2023 y 2024, sino que incluso convocó a los priistas “lastimados” por el comportamiento de su dirigente nacional a sumarse a las filas del blanquiazul.
Dijo que el PAN tenía posibilidad de ganar elecciones participando solo. Eso dijo. Le dio tal importancia a su incursión en estas lides partidistas que hasta pidió le grabaran un video en torno al tema y que se difundiera por redes sociales.
Días después de este pronunciamiento partidista y de ese video, hizo entrega al Poder Legislativo de su primer informe de gobierno, en el cual el mensaje inicial del gobernador asegura que “elevar a Querétaro al siguiente nivel es el propósito que rige todas nuestras decisiones”.
Evidentemente que se refiere a su responsabilidad como titular del Poder Ejecutivo, no a su participación partidista.
Este domingo, el periódico Reforma le dio una lectura política a la presencia de la secretaria de Economía del gobierno federal en la entrega del informe del primer año del gobernador queretano.
Interpreta que la asistencia de una expanista al acto constitucional de un no-panista pudiera entenderse como un guiño presidencial (tender puentes) hacia el gobernador “después de que pidiera públicamente al PAN romper su alianza con el PRI”. ¿Será?
Apuesta elevada
La estrategia adoptada por el gobernador, de involucrarse en discusiones y juegos partidistas, es errónea. Y no lo digo por la posibilidad o no de que sea candidato a la presidencia de México y de que tenga la eventualidad de ganar los comicios de 2024.
Lo digo porque entra en franca contradicción con su compromiso de dedicarse a gobernar Querétaro y dejar de lado “el canto de las sirenas”.
Claro, cada quién sabe a qué juega y cuánto apuesta de su capital, aunque en este caso, la apuesta sea muy elevada y la ganancia pírrica.
Por cierto, en la última encuesta de CEResearch, publicada este 12 de septiembre, se apunta que: “Con el posible rompimiento de la alianza opositora, las posibilidades para PRI, PAN y PRD se antojan más que remotas”. De hecho, si la situación actual se mantiene, hoy Morena ganaría con cualquiera de las tres “corcholatas” más adelantadas.
En mi lectura fue una decisión planeada, incluso orquestada desde el PAN. Los “decision makers” están sembrando en diversas coyunturas dichos e intervenciones de de diversos personajes de la vida pública, ya sea pertenecientes a un partido o ciudadanos, como es el caso de Kuri, que es el primer experimento dado a conocer.
Los “decision makers” están monitoreando y midiendo reacciones de estas intervensiones sembradas, el plan es ir construyendo (y eliminando) una lista de actores de contrapeso, la idea es tener una bateria de nombres, hasta el momento el personaje más buscado es el verdadero candidat@ presidencial de oposición, que quizá ya es tarde para encontrarlo.
Saludos JuanJo
Luis Rodríguez Munguía