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A veces las curiosidades se dan de manera imprevista, impensada, inimaginable, como los sucesos acaecidos en días recientes a propósito de la libertad de expresión, pues mientras el presidente López Obrador se ponía del lado del australiano Julian Assange (1971), castigado injustamente por la filtración de comunicados que corroboran las mezquindades (alrededor de 300,000) del imperio norteamericano en sus intromisiones en diversos países del orbe (en una filtración de documentos que tuvo mucho que ver con el arrojo periodístico al exhibir, en efecto, la valía de la libertad de expresión), en México acontecía una inusitada ley mordaza impulsada por el Instituto Nacional Electoral que quiso obligar a callar a dos veintenas de personas, entre servidores públicos, periodistas y tuiteros, por el solo hecho de haber externado una opinión que, sencillamente, disgustó a los comisionados del INE en su apartado de quejas y sanciones —sujetándose a sus propios lineamientos y cargos (encargos) punitivos—, que mostró, de paso —dicha regla—, lo obsoleto de su figura, intolerante y autoritaria.
Curiosa la circunstancia, porque mientras se defendía el caso de Assange, en cuya persecución se finca —dijo su hermano Gabriel Shipton a Jenaro Villamil el miércoles 14 de septiembre en el programa televisivo Voces Públicas— un 90 por ciento de juicio político, no jurídico, ¡en México se multaba a diversas personalidades por el único hecho de lanzar una opinión en las redes sociales!, asunto que, para fortuna de la libre expresión en México y para el infortunio de la INE (Inquisición Nacional Electoral) que no pudo concretar, a pesar de su denodado esfuerzo, su objetivo de castigar a aquellos que se atrevieron a emitir una opinión respecto a otra opinión previa de la diputada perredista Gabriela Sodi, quien se sintió ofendida (¡supuestamente por tratarse de una mujer no debía nadie de alterar su decir femenino!) ante los comentarios recibidos a su desafortunada intervención al referirse que al Fondo de Cultura Económica no le tocaba difundir la lectura sino a la Secretaría de Cultura… ¡en una demanda donde se ejercía por completo un juicio político, distante enteramente de cualquier entelequia jurídica!
En estas impertinencias quejosas, para eliminar las duplicidades de la barbarie, bastaría con un simple criterio cultural para sopesar la validez, o en todo caso la invalidez, de la petición del o de la demandante, como en esta situación de la querellante Gabriela Sodi, a leguas una insostenible deprecación. Sin embargo, en esta descalificada solicitud, la INE y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, sin querer, han expuesto su propio extravío respecto a los usos de la libertad expresiva.
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Tanto el viernes 9 de septiembre en la Cineteca Nacional como el sábado 10 y el domingo 11 en la Sala de Cine de la Casa Miguel Alemán en el Complejo Cultural Los Pinos se exhibió el documental Ithaka (2021), que narra el proceso de lucha para obtener la anhelada liberación de Julian Assange.
Asimismo, el 11 de septiembre, afuera de la Embajada de Estados Unidos en México, se realizó un mitin en el cual participaron John y Gabriel Shipton, padre y hermano de Julian Assange respectivamente. Allí, el progenitor del fundador de WikiLeaks expresó: “Quiero dar las gracias a México por su hospitalidad y apoyo a Julian Assange. El apoyo ha sido tremendo, particularmente del presidente López Obrador”. Por su parte, el hermano del periodista encarcelado, dijo del secretario de Estado norteamericano, Antonhy Blinken, quien el lunes 12 de septiembre estuvo en Palacio Nacional reunido con el mandatario mexicano: “Escuchará fuerte y claro lo que los mexicanos piensan sobre lo que le hacen al periodista y editor Julian Assange. Escuchará el mensaje de que no puede viajar [Blinken] por el mundo sermoneando a los Estados acerca de su libertad de prensa mientras tiene a uno de los más grandes editores en prisión en Gran Bretaña”.
Antes del encuentro con la comitiva estadounidense, el presidente morenista tuvo palabras para ejercer una crítica al respecto durante su conferencia matutina: “En la ONU, ¿qué han hecho por Assange?, ¿qué no es un preso de conciencia?, ¿no está preso por ejercer la libertad de expresión?: ¡es el preso de los derechos a la libertad de expresión en el mundo! ¿En dónde están las campañas de la ONU y de las organizaciones defensoras de derechos humanos? ¿En dónde están los grandes periódicos nacionales y los grandes medios internacionales?”
John y Gabriel Shipton comentaron a Jenaro Villamil, en el programa Voces Públicas del pasado miércoles 14 de septiembre, que los grandes periódicos como The New York Times o The Guardian, luego de darle espacio a los contenidos de WikiLeaks han reculado, como medios conservadores que viven a expensas de su respectivo Estado, guardando su distancia sobre el caso Assange.
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De manera oportunista, y sin que haya lugar a la similitud, Emilio Álvarez Icaza Longoria, senador independiente en la Ciudad de México, el 12 de septiembre publicó un tuit aduciendo lo siguiente: “Tan lejos de Assange y tan cerca de Sanjuana Martínez. Así el discurso presidencial. Es mejor reclamar a EEUU que obligar a la directora de Notimex a cumplir con la ley. El mañanero candil de la calle”.
Es notorio el desconocimiento de Álvarez Icaza de la función periodística: ¿sabrá este hombre que los huelguistas de Notimex jamás se levantaron con la bandera rojinegra mientras vivían holgadamente en los sexenios anteriores sin importarles un rábano la mordaza que les pusieron para no hablar, por ejemplo, del caso Ayotzinapa? ¿Y Álvarez Icaza alguna vez veló por los derechos humanos mexicanos?
Un día después, el periodista Jenaro Villamil publicó el texto intitulado “Julian Assange, Prometeo Encadenado”, en el cual sostiene lo siguiente respecto al tema de la libertad de expresión ligada a la lucha por la liberación del programador, periodista y activista de Internet australiano prisionero en una cárcel británica: “Cantidad de barbaridades se han publicado sin recato para descalificar a la persona de Julian Assange y desviar la atención del contenido de sus revelaciones: se le ha dicho ególatra, soberbio, abusador de mujeres (denuncias originales que nunca fueron ratificadas), agente de Putin, espía de los iraníes, mercenario y hasta simple pirata informático”.
El presidente del Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano enfatizó líneas más adelante: “La operación de mentiras y desinformación —la pareja tóxica de la infodemia a largo plazo— ha logrado que ya casi nadie recuerde las torturas de Abu Ghraib o los cables referidos a las matanzas durante la guerra contra el narco en el calderonismo. Las revelaciones de WikiLeaks ahí están impresas en muchos periódicos y revistas europeos, norteamericanos y latinoamericanos que obtuvieron amplios beneficios monetarios y políticos por publicar los cables de WikiLeaks. Es grotesca la actitud de los grandes consorcios mediáticos y periodísticos para darle la espalda a Julian Assange y arrodillarse a la amenaza de Estados Unidos”.
Durante la mañana del 14 de septiembre, en la Ciudad de México se llevó a cabo la ceremonia de nombramiento como Huésped Distinguido a Julian Assange. En el acto, la jefa de gobierno de la capital del país, Claudia Sheinbaum, expresó que el fundador de WikiLeaks representa “la verdad y la libertad de expresión: ¡en ningún lugar del mundo eso puede ser perseguido!”
A su vez, el coordinador general de Comunicación Social de la Presidencia de la República, Jesús Ramírez Cuevas, apuntó: “Julian Assange es como David contra Goliat: en la metáfora, una persona enfrentando a un gran poder. En el mundo moderno es la lucha que se libra en el Internet para que ese espacio sea un espacio de libertad y al servicio de los pueblos, no en poder de las corporaciones y los gobiernos”.
El periodista Jenaro Villamil resaltó la importancia de las palabras emitidas por el padre de Assange, John Shipton, quien —días antes en la Cineteca Nacional— señalo que “si cae Julian Assange, cae el periodismo… porque el poder trasnacional de una potencia podrá perseguir, dentro y fuera del territorio, a quien acuse de ser espía y no periodista”.
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Al mediodía del 14 de septiembre, la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación revocó la sentencia y, por ende, las sanciones dictaminadas en el caso de la diputada Andrea Chávez, los periodistas Érick Gutiérrez y Mario Bravo Soria, así como decenas de usuarios de redes sociales acusados, originalmente, de haber supuestamente ejercido “Violencia Política en Razones de Género” en contra de la diputada perredista Gabriela Sodi, quien llegara a afirmar —en noviembre del año 2021— ¡que el Fondo de Cultura Económica no debía difundir la lectura!
Con su revocación, la Sala Superior enmendó la plana a la Sala Regional y así dio por terminado el asunto que, incluso, en varias ocasiones escaló hasta la misma conferencia presidencial.
Ante el fallo de los magistrados, la morenista Andrea Chávez destacó: “La Sala Superior del Tribunal acaba de reconocer lo obvio: no hay violencia o mentira en este tuit por el que me querían inhabilitar. Quienes usaron nuestras conquistas como mujeres para violentarme políticamente hoy pasan vergüenza. Gracias de corazón a quienes se solidarizaron”.
No sé qué habrán dicho los comisionados del INE que, burocratizados (¡nada menos se tardaron nueve meses en validar y concretar la queja de Gabriela Sodi!), bien pudieron haberse ahorrado este trago amargo si hubieran utilizado tantito cacumen para percatarse de la fragilidad política a la que se vieron sometidos por su empeño en formar parte de la oposición obradorista.
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Acabado el vergonzoso suceso protagonizado por el INE en el que se viera involuntariamente inmiscuido, planteo dos preguntas al periodista Mario Bravo Soria, reivindicado apenas por el propio Tribunal Electoral:
—¿Qué pasó por tu cabeza en el momento en que te viste inmiscuido, porque no fuiste informado por ninguna autoridad, en esta desconsiderada demanda por emitir una cuerda ironía al apuntar en Twitter: “El mundo al revés”, para confirmar la inmadurez de los dichos aportados por la diputada Gabriela Sodi respecto a la difusión de la lectura?
—Recuerdo que lo primero en asaltar mi mente fue una atmósfera de incredulidad mezclada con incertidumbre. Por un lado, uno asume que aquello puede ser “un error”, una confusión o una mala broma… pero al instante te das cuenta de que realmente has sido sentenciado y sancionado sin contar con la oportunidad de defenderte: eso te lleva a la sensación de incertidumbre que referí al inicio… como si,repentinamente, uno hubiera caído por una de esas madrigueras de Alicia en el País de las Maravillas y, en efecto, ¡te encontraras en un mundo al revés!
“En ese momento se pausan las preocupaciones cotidianas y las obligaciones diarias que uno tiene en su vida. Vuelcas toda tu energía en intentar armar un plan para desactivar semejante injusticia”.
—Ahora que esta pesadilla política por fin ha terminado, ¿cómo observas el delirio de esta impunidad burocrática, de la cual pocos medios en realidad la registraron en sus contenidos?, ¿acaso habrá alguna última calamidad que no se haya contado de esta infamia censuradora?
Mario contesta:
—De manera inesperada y con una celeridad encomiable, al día siguiente de que la Sala Superior revocara lisa y llanamente la sentencia dictada por la Sala Regional, en mi domicilio se presentó un actuario del propio Tribunal Electoral, el cual cumplía con la encomienda de entregarme la notificación sobre lo acontecido, un día anterior, en la sesión donde se echó abajo la absurda pretensión de censurar a periodistas y ciudadanos en general. Como curioso colofón a esta situación, cabe decir que el actuario se presentó al filo de las nueve de la noche; dicho horario, sin duda,resulta atípico para como suele laborar la justicia y sus procedimientos en nuestro país. Más allá de la sorpresa y, sí, también la incertidumbre sobre porqué tal emisario tocaba a mi puerta en esas horas nocturnas, resalto la actitud altamente respetuosa, empática y profesional de tal empleado del Tribunal Electoral: ¡ojalá, desde un principio, con tal eficacia, rapidez y respeto hubieran actuado las instancias y funcionarios que cometieron el atropello jurídico causante de este penoso episodio de asedio a la libertad de expresión en México!
Al final salió airosa, con fortuna, la libertad de expresión, como confiamos en que lo mismo ocurra en el caso de Assange, quien lleva ya trece años en un injusto abatimiento expresivo.
AQUÍ PUEDES LEER TODAS LAS ENTREGAS DE “OFICIO BONITO”, LA COLUMNA DE VÍCTOR ROURA PARA LALUPA.MX
https://lalupa.mx/category/las-plumas-de-la-lupa/victor-roura-oficio-bonito/
Felicidades por tan brillante artículo, maestro Roura. Pase con Sanjuana Martínez por su cheque de coordinador de cultura de Notimex.