CRÓNICA Y FOTOS: BRAULIO CABRERA/LALUPA.MX
Repentinamente se detiene la partida, la jugadora que tiene posesión del platillo discute con otro pues ha habido una falta. Unos dicen que ha dado más pasos de los permitidos, ella lo niega varias veces. Después de un duelo de miradas, acuerdan hacer lo único que podría resolver la grave disputa: piedra, papel o tijera. Ella gana dos de tres y continúan jugando.
El “Ultimate” o “Ultimate Frisbee” es un deporte de equipo muy especial, pues no sólo involucra un platillo volador en vez de un balón, sino que carece totalmente de un árbitro. Todos los jugadores deben conocer las reglas y, en caso de una falta, se debe dialogar, negociar y llegar a un acuerdo.
Estas características han convertido al novedoso deporte en la actividad insignia de las Jornadas Contigo —organizadas por la Secretaría de Desarrollo Humano y Social del municipio de Querétaro— en las escuelas oficiales de la capital.
En días recientes, por ejemplo, fue el turno de la Secundaria General #3. De lunes a viernes, los grupos de la escuela fueron convocados a las canchas para aprender las reglas del Ultimate y ponerlas en práctica, de la mano de los jugadores de la Asociación Queretana de Disco Volador A.C. (Aquedivo).
Como lo explica María Teresa Borbolla, directora del Instituto para la Prevención de Conductas de Riesgo, el frisbee en las Jornadas Contigo funciona como un vehículo para fortalecer la psicoeducación y las habilidades blandas, buscando que sea un factor de protección y reducción de riesgos para las y los jóvenes, mientras se divierten y practican deporte.
“La ausencia de un árbitro lo convierte en la actividad ideal de doble función: no sólo ayuda a ejercitar el cuerpo, también la comunicación, la empatía, a identificar y manejar las emociones. Además, desde hace años, muchos países ya han aplicado programas similares y han tenido muy buenos resultados”, añade.
El director del plantel, Sergio Galván, enfatiza la importancia de la actividad física, cultural y recreativa, especialmente después de la pandemia. Por ello, notó que lo novedoso de esta activación causó expectativa, interés y acabó gustándole mucho a sus estudiantes.
“A pesar de estar en una zona de riesgo, en la SG3 resolvemos los conflictos de forma pacífica, por lo que impulsamos estas actividades en los estudiantes, como nuestra academia de handball, que ha generado disciplina, identidad y convivencia con otras escuelas con quienes siempre hay una buena relación”, comenta.
La alumna Fátima Arteaga, de 3° F, confirma esto con su experiencia, pues comenta que algunos de sus compañeros son muy explosivos al jugar deportes como el futbol, a veces se pelean, y el no tener árbitro les ayudó a resolver los problemas negociando entre ellos.
“No sólo aprendimos a jugar, también a resolver las situaciones que se presentaban. Además, hice dos anotaciones, la primera trabajando en equipo con otro compañero y otra sola, y está muy padre estar aprendiendo a jugar y anotar de una”, dice orgullosa.
El juego es muy sencillo y la inversión necesaria es muy baja: únicamente se requiere una cancha amplia, con dos zonas de anotación en los extremos, 14 jugadores para formar dos equipos, y un disco volador.
“Este es uno de los pocos deportes que aún se basan en los valores del espíritu deportivo… lo importante no es ganar, es ser honesto, cuidar de uno —y de los demás—, seguir las reglas, ser inclusivos”, comentan Edgar Martínez, Miriam Carrera y Cassandra González, instructores de Ultimate y miembros de la Aquedivo.
Ricardo Diez, presidente de la Asociación, confirma esto al contar que es notorio cuando alguien juega Ultimate y no comparte los valores deportivos necesarios, pues la falta de árbitro implica decirse con frecuencia a uno mismo “debo comportarme y jugar bajo las reglas porque así debe ser”.
“Por si fuera poco, es una actividad física y deportiva muy completa: hay que tener un buen entrenamiento físico pues, en ocasiones, toca correr a máxima velocidad durante periodos muy largos. También, es necesario un entrenamiento táctico porque los sistemas de juego y las jugadas son importantes para ganar. Incluso, se debe perfeccionar la técnica pues existen diferentes formas de lanzamiento y cosas como el viento o la presión atmosférica pueden afectar mucho”, explican los instructores.
El caso de Miguel Ángel Cruz, de 1°C, fue especialmente difícil porque batalló durante la práctica: “yo casi no tengo amigos, tampoco me gustan mucho los deportes, prefiero hacer otras cosas, como ayudar en casa. El frisbee es difícil, es muy rápido y es raro no tener árbitro que te diga qué hacer”.
“De cualquier forma, me gustó mucho, un 10/10. Lo volvería a jugar porque quiero hacerme bueno. Yo le sugiero a quien lo intente, que cuide mucho su fuerza al lanzar porque puede lastimar a los demás, que no se pongan en medio de la cancha pues es muy fácil que te bloqueen o te quiten el disco, y mejor busquen un lugar donde sea más sencillo que les lleguen los pases”, recomienda.
Ricardo concluye que, una de las cosas que más le gustan de estas actividades con jóvenes es poder presenciar y acompañarlos al enfrentarse a situaciones nuevas, especialmente a la falta de arbitraje y al diálogo.
Santiago Valle, de 1° C, reconoce que su experiencia fue difícil: “algunos eran muy ágiles y a otros nos costaba más trabajo. Pero trabajé en equipo y nos apoyamos, incluso con compañeros con los que casi no me llevo, y aprendí a moverme. Tuve que hacer un esfuerzo y prestar atención para jugar bien y no perder. Sin embargo, después de la actividad, los que jugamos nos llevamos mejor”.
Otro de los retos del Ultimate es que, con frecuencia, se practica y se juega en equipos mixtos, por lo que las interacciones pueden ser desafiantes, pero la esencia del juego lleva a los jugadores a sacar lo mejor de sí.
Alejandra Peralta Martínez de 1°C cuenta que, durante el juego, los hombres no le pasaban el disco: “el instructor me decía que lanzaba muy bien, pero no me querían dar los pases a mí. Pero cuando pude, anoté y me emocioné mucho. Por eso, si abren un equipo en la escuela, especialmente si es mixto, me metería. Y le recomiendo a todos que jueguen Ultimate, es muy divertido”.
El director de la secundaria, Sergio Galván, está de acuerdo con su alumna y comenta: “yo deseo que estas actividades beneficien a más gente, y creo que se debe agradecer al Municipio de Querétaro, a la Secretaría y a los involucrados por estos programas”.
Del mismo modo, Ricardo Diez recomienda que este programa debe implementarse en todas las secundarias que busquen formar a sus alumnos con resiliencia, inclusión y prepararlos para prevenir conductas de riesgo mediante la formación de redes de apoyo.
Debido al éxito que el Instituto para la Prevención de Conductas de Riesgo ha observado en esta actividad, las autoridades han decidido incorporar en el programa de Jornadas Contigo un torneo de Ultimate para niños, jóvenes y familias. En éste podrán participar varios miembros de la familia por equipo.
Esta actividad ha dejado a cada uno de los involucrados con una sonrisa, con un reto, o con un triunfo. El Ultimate Frisbee, la Aquedivo, la Secundaria General #3 y las Jornadas Contigo son un buen ejemplo de que hay más éxito y diversión cuando se trabaja en equipo.
Numeralia de Jornadas Contigo
- Hasta este 21 de septiembre, se han visitado 100 colonias y han sido atendidas más de 243 mil personas.
- Se han llevado a cabo 36 jornadas de servicio con 17 mil atenciones, así como 34 jornadas de activación comunitaria en 23 espacios públicos y 11 escuelas, con la participación de 3 mil 83 personas.
- Se han realizado 39 jornadas de rehabilitación en 26 espacios públicos y 13 escuelas con el apoyo de mil 397 personas.