Quienes son expertos en movilidad urbana refieren que “una ciudad sin banquetas es una ciudad antidemocrática”.
Este principio lo podemos traducir en la idea de que las ciudades deben de reconfigurarse, desarrollarse y planearse en función de entender que las y los ciudadanos son siempre peatones; por unos minutos o por horas al día pero peatones constantemente.
Si a esta visión agregamos que las y los peatones pueden subdividirse en personas de la tercera edad, en infantes, en individuos con alguna discapacidad, en mujeres, entenderemos que esas banquetas —que son el elemento primario de la movilidad— deben ser amplias, con “islas” de sombra, con espacios de descanso y encuentro, con suficiente iluminación y dotada de tecnología para la seguridad de sus usuarios.
Peatones y ciclistas
Si los gobiernos de cualquier índole tienen el objetivo de garantizar el bienestar de su comunidad, entonces deben de pensar en amplias zonas para los transeúntes, como las plazas y jardines.
Construir áreas exclusivas para los viandantes ha transformado diversidad de ciudades en el mundo: Múnich, Ámsterdam, Bogotá, Barcelona… pues además de fomentar la práctica de caminar, eleva la seguridad de la gente y reduce los accidentes viales al eliminar el paso de vehículos por esas zonas.
Especialmente ha resultado positivo convertir en peatonales los primeros cuadros de las ciudades; esto es, cerrar el paso a vehículos motorizados.
La lógica de la movilidad plantea como siguiente eslabón la creación de “zona 30” alrededor de las peatonales.
Estas zonas no son más que áreas de rodamiento de vehículos en las que la velocidad máxima de circulación es de 30 kilómetros sobre hora, capacidad a la que puede desplazarse un ciclista en la zona urbana.
La idea de fomentar el uso de la bicicleta es dar un paso más allá del uso recreativo de la misma, pues son un medio de transporte que se usa poco por el alto riesgo que existe de sufrir un percance debido al tráfico constante de vehículos motorizados. Por eso es que se deben construir vías exclusivas para las bicis.
Junto con las banquetas, las zonas peatonales y las zonas 30, el paso lógico siguiente es la existencia de una red de carriles exclusivos para ciclistas por toda la ciudad.
Carriles – bicicleta por el centro histórico, por las calles principales, por las calles de las colonias y por las calles secundarias.
Para facilitar el movimiento de los ciclistas, es necesario crear estacionamientos para bicicletas. Así, sus propietarios o usuarios pueden dejarlas con seguridad mientras ellos están en el trabajo, en clases, hacen sus compras o pasean.
Si varios de los estacionamientos se ubican en las paradas de los camiones del servicio público de transporte, se podrá realizar el transbordo del usuario de manera rápida y simple, de bicicleta al camión y viceversa.
¿Cuál es el siguiente paso? Garantizar un sistema de transporte público económico, eficiente, puntual y seguro para la ciudadanía.
Lograrlo requiere, al menos de dos aspectos fundamentales: la construcción de carriles confinados de uso exclusivo, que garantice que el autobús público no se enmarañe en el tráfico de vehículos particulares, y el pago electrónico que permita la fluidez en el ascenso a las unidades.
Queda claro, entonces, que garantizar la movilidad ciudadana no comienza con la construcción de boulevares, de pasos a desnivel, de puentes o retornos para vehículos. Quien lo hace o haga así, no ha comprendido cabalmente lo que significa garantizar el bienestar ciudadano.
Exabrupto
Calificar de “aburrida” la denuncia que Morena interpuso en su contra, coloca al mandatario queretano en una postura partidista y lo muestra como un gobernador parcial, no de todas y todos los ciudadanos.
Contratar un abogado que lo defienda en este caso, es un exceso pues involucra recursos públicos en un asunto que se pretendió hacer por cuenta propia.
