HISTORIA: PATRICIA LÓPEZ NÚÑEZ/LALUPA.MX
FOTOS: ENRIQUE CONTLA/LALUPA.MX
Desde muy joven, Eduardo se dio cuenta de que Santa Rosa Jáuregui quedaba fuera de muchos programas en favor del medio ambiente y no recibía la educación necesaria para un desarrollo sostenible, pero fue hasta que se informó y se capacitó que pudo hacer un cambio por su comunidad. Hoy, encabeza uno de los proyectos más exitosos en el municipio de Querétaro para promover una nueva cultura medioambiental.
Eduardo Cabello Mendoza, de 25 años, es el actual embajador del municipio de Querétaro por parte de la Secretaría de la Juventud del estado y ganador del Premio Estatal de la Juventud 2022 por Labor Social y Medio Ambiente. Él confía en que la gente adulta puede cambiar para trabajar por un futuro que dañe menos al planeta y está seguro de que la niñez y la juventud son el motor que se necesita para ese cambio.
Su proyecto, Brigadas del Medio Ambiente, conjunta a cerca de 30 instituciones y organizaciones que realizan actividades diferentes para el cuidado ambiental y algunas llevan a cabo investigación sin dejar de atender a la ciudadanía. Por ejemplo, hay quienes contabilizan la cantidad de basura en las zonas en las que se encuentran y la recogen para llevarlas a sitios donde se puede reciclar.
A él le toca coordinar el momento en el que todas esas organizaciones e instituciones se reúnen en un solo sitio para llevar información, técnicas de reciclaje y composta de manera gratuita. “Son grupos con mucha voluntad, con mucha información, que están listos para trabajar por Querétaro”.
Santa Rosa en el centro del medio ambiente
Con las brigadas que realizó en los últimos cinco meses, Eduardo consiguió cubrir todas las delegaciones del municipio capitalino. Su interés surgió al darse cuenta de que en Santa Rosa Jáuregui casi no se presentaban acciones medioambientales, a pesar de la importancia de esta delegación.
Los programas de huertos o capacitaciones de reciclaje se concentraban en las áreas más urbanas del municipio de Querétaro, “a pesar de que Santa Rosa representa el 53 por ciento del territorio del municipio de Querétaro, así que decidí hacer un cambio y ponerle el interés que merece”.
Aunque no tenía los recursos, sí tenía la preparación y los conocidos para llevar a cabo su proyecto, así que este año, después de recibir una capacitación de la Secretaría de la Juventud, se animó a poner en marcha la idea para ayudar a Santa Rosa y de paso, presentar un proyecto de impacto social para convertirse en embajador de la juventud.
“Empecé a buscar entre mis amigos que tenían estudios sobre esa área, les pedí que dieran talleres a mi población y yo ofrecí dar temas de Objetivos de Desarrollo Sostenible, que a mí me enseñaron en la Secretaría de la Juventud, les gustó la idea y juntamos varias carreras de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), con otras instituciones para dar temas de reciclaje, compostaje, huertas y todo gratuito”.
Estudiante de noveno semestre de Medicina en la UAQ, Eduardo realizó, en otras ocasiones, brigadas de salud de manera gratuita y esta vez se decidió a mezclar el tema ambiental con la salud, porque al final, son temas que van de la mano, aunque “en la salud yo hacía chequeos de glucosa, peso y talla. Aquí hacemos cosas para mejorar el futuro”.
Dentro de la medicina, le interesa especializarse en pediatría o en medicina interna porque considera que eso le permitirá entender los inicios de las enfermedades y apoyar a los más pequeños frente a un mundo que cambia de manera constante.
Un tema de interés para todos
Eduardo entendió que el tema del medio ambiente atiende a intereses diferentes: mientras los adultos se centran en aprender aspectos como los huertos en casa para ahorrarse algo de dinero al generar sus propios alimentos, a los jóvenes les importa garantizar un futuro sostenible y a las infancias les interesa conocer cómo cuidar las plantas.
“Lo importante es que todos conozcamos qué estamos haciendo en nuestro planeta y los jóvenes por supuesto que se interesan en hacer un cambio. Me gustaría seguir generando acciones que sean para las generaciones nuevas, para mis hijos, para mis familiares y quiero que la gente tenga esos cambios porque lo que hagamos ahora tendrá un impacto en el futuro, ya sea una buena alimentación con los productos que generemos o con un mejor ambiente”.
En los meses que lleva su proyecto, Eduardo consiguió impactar a 780 personas que a su vez pudieron replicar su aprendizaje a otros familiares y amigos. Eso sin contabilizar las plantas que se repartieron durante el proceso y los acercamientos entre las diferentes instituciones y organizaciones sociales que participaron en cada una de las actividades.
Como embajador de la Secretaría de la Juventud en el municipio de Querétaro, está convencido de que los jóvenes son la diferencia, sobre todo para aquellos temas y zonas que parecen olvidadas por el resto de las personas. El cambio, dice, está justo en sus manos.
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