Eduardo y José Luis: por medio de la capacitación apoyan a jóvenes a ingresar a la UAQ

ENTREVISTA: PATRICIA LÓPEZ NÚÑEZ/LALUPA.MX

FOTOS: ENRIQUE CONTLA/LALUPA.MX

Un proyecto de dos estudiantes para facilitar y entender el proceso de admisión a la UAQ se convirtió en una gran comunidad académica que suma los esfuerzos de los jóvenes para enseñar a otros cómo estudiar y entender las materias, así como a enfrentarse a la ansiedad y la presión por lograr un lugar en las diferentes carreras.

El esfuerzo de los estudiantes de noveno semestre de Medicina, Eduardo Sánchez del Villar Gastelum y José Luis Alemán Gavidia, les permitió ganar el Premio Estatal de la Juventud 2022 a las Actividades Productivas y se quedará como un gran legado de enseñanza y de creación de una comunidad de apoyo.  

Ambos estaban confiados en que obtendrían el premio: durante casi cuatro años apoyaron a los aspirantes a ingresar a las licenciaturas de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), para que conocieran el proceso de admisión, mediante clases y asesorías, con especial atención para quienes aspiran a la carrera de Medicina, lo que aumenta sus probabilidades de ingresar.

La parte difícil, explica Eduardo, es que las clases implican prepararlos para los exámenes mediante conocimientos de área como anatomía, fisiología, bioquímica y otras materias más avanzadas, así como las áreas de nivel bachillerato y secundaria. Los dos universitarios iniciaron el proyecto desde que estaban en segundo semestre con el apoyo de otros tres compañeros.

“Empezamos a impartir clases, desde el primer curso fue complicado y cada vez fue aumentando la cantidad de personas que formaban parte del equipo, tenemos olímpicos de Química, de Biología, de todas las materias, no somos sólo nosotros dos, somos un conjunto de 15 a 20 estudiantes de la UAQ que impartimos clases”, detalla José Luis.

A los dos les toca coordinar este esfuerzo y según explica Eduardo, a veces “ha sido un proceso difícil, la pasión y el gusto es lo que nos ha empujado en los momentos más difíciles y cuando eso se desvanece, la disciplina nos ha llevado adelante. Primero nosotros dos formamos una buena mancuerna, entendemos cómo organizarnos y el equipo que tenemos le apasiona dar las clases que da, les gustan y se sienten en conexión con los muchachos y nos ha ayudado mucho a superar adversidades”.

Derribar el miedo del ingreso

Durante cada curso, Eduardo y José Luis se encuentran con algunas lagunas académicas, pero, sobre todo, con un sentimiento generalizado de miedo por parte de los aspirantes, porque algunos piensan que ciertas materias no les gustan o son muy difíciles, pero cuando las ven como “algo que les permite entender el mundo, le agarran el gusto y se facilita el aprendizaje, por eso intentamos que el equipo sea joven y pueda conectar con los muchachos que buscan ayuda de alguien similar a ellos”.

Eduardo y José Luis también se enfrentan al sentimiento de incertidumbre de los jóvenes , porque “cada semestre hay como dos mil 500 aspirantes y el hecho de que sólo entren 60, los mantiene, durante las 16 semanas que estamos con ellos, en la incertidumbre, no saben si tienen los conocimientos suficientes, sufren de ansiedad, de presión por parte de los papás, y al final sus calificaciones no reflejan la cantidad de tiempo que estudiaron y todo eso se junta”.

Aunque hay muchos estudiantes muy inteligentes y preparados, al final no todos logran un resultado positivo. El 80 por ciento de quienes reciben el apoyo de los ganadores del Premio Juventud se conforma por aspirantes a la licenciatura de Medicina, mientras que el resto aspiran a ingresar a Odontología, Biología, Química e Ingenierías. El 50 por ciento de los estudiantes que se encuentran en Medicina en este momento, tomaron el curso de Eduardo y José Luis.

A punto de terminar su carrera, los dos estudiantes recuerdan que iniciaron el proyecto cuando se dieron cuenta de las deficiencias durante el proceso de admisión por carecer de técnicas de estudio o de una guía, además de que no existía un curso específico, así que cuando terminaron el primer semestre y se adaptaron a la licenciatura decidieron crear el curso que les hubiera gustado tener al inicio.

Ahora cada semestre hay cambios en los contenidos que ofrecen a los aspirantes para que exista la debida actualización y se convierta también en un reto para quienes imparten el curso, con el fin de detectar cualquier deficiencia o modificaciones en el proceso de admisión.

La confianza en su proyecto

Los dos estudiantes de Medicina se encontraban en pleno desarrollo de un curso de verano este año, cuando conocieron la convocatoria para el Premio Juventud 2022. Tenían plena confianza en que ganarían, así que la única duda que tuvieron, durante una semana, fue si debían inscribirse en la categoría de Logros Académicos o en Actividades Productivas.

Se decidieron por Actividades Productivas porque consideraron que era lo más justo, ya que “todos los alumnos son parte de este premio”, mientras que Logros Académicos sería algo “más egoísta”.

“Una vez que tomamos la decisión, nos pusimos a redactar los escritos, fueron borradores, correcciones, opiniones de amigos, familiares, de leerlos diez veces hasta que tuvimos algo que nos gustó y dijimos wow, por eso ganamos”, confiesan entre risas.

En los casi cuatro años del proyecto, alrededor de mil 250 alumnos recibieron el apoyo del curso y se formó una comunidad con quienes lograron entrar a la universidad y no los dejan solos conforme avanzan en los semestres. “Seguimos apoyándolos. Por ejemplo, les decimos: este semestre les recomendamos esto, váyanse por este camino, échenle ganas a tal materia porque es difícil. Se volvieron nuestros amigos”, señala José Luis.

Con muchos planes para el futuro, los dos estudiantes tienen el sueño de formalizar su curso, hasta llegar a convertirse en una opción formal para estudiar Medicina. Algunos de los estudiantes del curso que ingresaron a la universidad, hoy también dan clases dentro del proyecto. Esto llevó a Eduardo y a José Luis a invitarlos a su graduación a mediados del próximo año y alrededor de 60 alumnos aceptaron con la frase: “vamos a despedir a los que nos ayudaron a llegar. Eso nos motivó más”.

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José Antonio Gurrea C.