Nos encontramos en las postrimerías del 2022 y es ahora un buen momento para recordar dos de los mayores logros alcanzados en los ámbitos de la ciencia y la tecnología en este año.
Tras varios retrasos en su lanzamiento, finalmente en la madrugada del 25 de diciembre del 2021 pudo salir hacia el punto dos de Lagrange el Telescopio Espacial James Webb (TEJW), una de las proezas más recientes de la ingeniería humana.El instrumento, cuya construcción tomó tres décadas y consumió aproximadamente diez mil millones de dólares estadounidenses, pudo alcanzar sin contratiempos ésta, su posición final, ubicada a un millón y medio de kilómetros de la Tierra y desplegarse conforme lo planeado para iniciar la puesta a punto de su sofisticada instrumentación que no sólo supera en resolución todos los aparatos puestos en órbita en telescopios anteriores, sino también en el alcance espectral, pues será capaz de detectar radiación a mayores y menores longitudes de onda que antes.
Ya en este 2022, las primeras imágenes captadas por el TEJB llegaron puntualmente a los seis meses de su lanzamiento para asombrar al mundo entero. Del 12 al 14 de este diciembre se realizó un congreso en Baltimore, en los Estados Unidos de América, en el que se presentaron los primeros resultados científicos obtenidos a partir de las observaciones realizadas por el TEJB en sus meses iniciales de operación. Entre otros, se analizaron y discutieron datos que prometen revelarnos muchos detalles de la evolución y la dinámica del cosmos, como la formación de planetas en etapas muy tempranas en el surgimiento del universo. Sin embargo, toda esta información aún requiere de un mayor procesamiento y de un análisis más profundo a fin de estar en posibilidades de esculpir hipótesis robustas que luego puedan impulsar a nuevas rondas de observación con el TEJB.
Por otra parte, también a inicios de este mes de diciembre sucedió lo que pienso que debe ser considerado como el mayor logro científico de este 2022: la primera obtención de una ganancia neta de energía en un proceso de fusión nuclear iniciada por medio de láseres. Éste no sólo es el mayor logro de la ciencia en el año que termina, sino que también está siendo considerado ya como uno de los mayores hitos en la historia de la civilización humana. La fusión nuclear láser del 5 de diciembre del 2022 cierra el primer ciclo de una carrera tecnológica comenzada en la década de los sesenta del siglo pasado y comprueba por fin las predicciones teóricas que aseguraban que sí era posible iniciar artificialmente una reacción en cadena de fusión nuclear como las que naturalmente surgen en las estrellas.
En la fusión nuclear obtenida mediante el confinamiento inercial una diminuta esfera hecha con una mezcla de deuterio y tritio —dos de los isótopos naturales del átomo de hidrógeno con uno y dos neutrones, respectivamente— recibe intempestiva e instantáneamente la energía de numerosos haces láser ultravioleta ultra intensos. La enorme concentración espacio-temporal de este pulso energético láser crea una onda de choque que comprime la pequeña masa aumentando estratosféricamente su densidad hasta alcanzar unas cien veces la que mantienen de manera natural los átomos de plomo. A estas grandes densidades también se eleva la temperatura de la mezcla de deuterio y tritio, llegando a superar los cien millones de grados Celsius, con lo cual los núcleos isotópicos se desintegran y dos pares protón-neutrónvuelven a unirse para formar un átomo de helio. El neutrón sobrante transporta la energía cinética que posteriormente puede transferirse al agua para obtener el vapor que mueva las turbinas de los generadores de electricidad.
En el experimento realizado en el Laboratorio Nacional Lawrence Livermore por primera vez se obtuvo una mayor cantidad de energía producto de la fusión nuclear láser, que la usada para hacer funcionar el láser ultra intenso. Tal logro científico le devuelve la viabilidad energética a la humanidad y nos permitirá rescatar a nuestro medio ambiente del deterioro que le provocan los combustibles fósiles. Por ello, la fusión nuclear láser es, sin duda, el mayor logro científico-tecnológico de este 2022.
Lo anterior, dicho sin aberraciones.
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