Autoría de 12:44 pm Desde la UNAM

El oro vivo – Marisol de la Mora Curiel

El metal llamado oro se conoce y se aprecia desde tiempos remotos, y se ha considerado uno de los metales más preciosos a lo largo de la historia. Del oro se sabe que es resistente a la corrosión, que es más fácil de trabajar que otros metales y menos costosa su extracción. Se sabe su número atómico, valencia, estado de oxidación, electronegatividad, radio covalente, radio iónico, radio atómico, configuración electrónica, masa atómica, densidad, punto de ebullición, punto de fusión, etc. Debido a que es “valioso” los países emplean reservas de oro puro en lingotes que dan cuenta de su riqueza.

A diferencia del oro, del cual se sabe mucho, de la leche materna, que es valiosa para la vida humana, se sabe poco. Por ejemplo, su composición no es tan conocida. La OMS define la leche materna como el alimento ideal para los lactantes. Menciona que contiene anticuerpos y nutrientes que en general mejoran el desarrollo infantil y traen múltiples beneficios a la vida adulta[1]. Ofrece protección frente a las infecciones gastrointestinales y respiratorias, leucemia, alergias, cáncer infantil, hipertensión y colesterol alto. La lactancia materna se asocia con el desarrollo cognitivo a largo plazo y por tanto a mejores resultados en las pruebas de inteligencia; a su vez, se asocia con el nivel educativo y mayores ingresos en la vida adulta[2][3]. Además, la lactancia materna reduce las probabilidades de padecer sobrepeso, obesidad y diabetes.

Pero ¿qué es realmente la leche materna?, ¿son sólo nutrientes?, ¿cómo trae beneficios que ningún otro alimento puede igualar? Las respuestas a estas preguntas nos explican porque la leche materna es oro, un oro vivo con valor para el bienestar y la salud de los que la consumen.

¿Qué es la leche materna?

La leche materna es un fluido vivo porque contiene células. Tiene varios tipos de células: células del sistema inmunológico (sistema encargado de crear la defensa contra enfermedades), como linfocitos, macrófagos, etc.; células madre (células capaces de convertirse en cualquier otro tipo de célula); al igual que células epiteliales del conducto y alveolos de las glándulas mamarias. La cantidad de estas células en la leche varía entre 10,000 y 13,500,000 células/ml, así que con la ingesta diaria el lactante recibe de miles a millones de células diario[4]. Cuando se congela o pasteuriza la leche materna (por ejemplo, para almacenarla) estas células mueren.

¿La leche materna está compuesta sólo de nutrientes? No, además de proteínas, azúcares, grasas y vitaminas, la leche materna tiene moléculas activas que al ser ingeridas funcionan para ejecutar una tarea (Figura 1). Estas moléculas son anticuerpos, hormonas, ARN cortos (un tipo de material genético) y péptidos bioactivos (un tipo de proteína pequeña). En la siguiente pregunta describiré los beneficios de estas moléculas.

Figura 1. Componentes de la leche materna.

La grasa es la mayor fuente de energía en la leche materna y contribuye con entre 40 y 55 % de la energía total. La lactosa es el azúcar más abundante de la leche humana y esto es así para poder cubrir la demanda de energía del cerebro. El contenido de proteínas es diverso y por lo menos se han encontrado 400 diferentes[5].

¿Cómo la leche materna logra tantos beneficios?

Las células madre se incorporan a los tejidos del bebé, se diferencian y se vuelven funcionalmente activas (Figura 2). Esto quiere decir que se incorporan a su cuerpo, contribuyendo con ello al combate de ciertas enfermedades4.

Figura 2. Célula madre de la leche al diferenciarse en neurona.

Las células inmunitarias maternas, anticuerpos y algunas proteínas tienen potentes efectos inmunológicos, que moldean el sistema inmune del bebé, protegiéndolo de infecciones4.

Los ARN cortos modifican la expresión genética y participan en distintas vías metabólicas, así como en la comunicación, crecimiento y diferenciación celular. Estos, acumulados en paquetes, se han encontrado en órganos como corazón, cerebro, bazo y pulmones; algunos tienen la función de promover la diferenciación de neuronas del sistema nervioso central. Así, la leche materna puede también influir en el desarrollo infantil[6].

Los péptidos bioactivos tienen funciones antimicrobianas, inmunomoduladoras y similares a los opioides, así como efectos antitrombóticos y antihipertensivos y actividad antioxidante. Pueden apoyar el crecimiento y la salud ósea, así como las respuestas inmunitarias y el sistema cardiovascular5.

Las hormonas como la leptina, grelina y adiponectina tienen un papel en la regulación del balance energético[7], involucrada en la ingesta de alimentos.

La OMS menciona que si todos los niños de 0 a 23 meses estuvieran amamantados de forma óptima cada año sobrevivirían más de 820,000 niños de menos de 5 años2. Por ello, hay que considerar que la leche fresca ofrece todas estas propiedades, a diferencia de la congelada, porque mueren las células, y la temperatura a la que se preservan casi todos los otros elementos es a -20 °C [8][9]. El material en el que se almacena también repercute en la composición de la leche[10]. Además, a medida que pasa el tiempo de la extracción, los componentes se van degradando y puede ir aumentando la cantidad de bacterias.

Con esta información se ha vuelto evidente que la leche materna es mucho más que nutrición, que contiene una superabundancia de moléculas bioactivas y células maternas que intervienen en diversas vías de protección y desarrollo infantil.

*Imágenes creadas por Marisol de la Mora Curiel, con la versión gratuita de Canva (https://www.canva.com).

La doctora Marisol de la Mora Curiel es profesora de la Escuela Nacional de Estudios Superiores, Unidad Juriquilla, de la Universidad Nacional Autónoma de México

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Literatura citada

[1] Organización Mundial de la Salud (2022) Lactancia materna. https://www.who.int/es/health-topics/breastfeeding#tab=tab_1

[2] Organización Mundial de la Salud (9 de junio de 2021) Alimentación del lactante y del niño pequeño https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/infant-and-young-child-feeding

[3] Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (consultado 14 de diciembre de 2022) Lactancia materna. https://www.unicef.org/mexico/lactancia-materna

[4] Kakulas, F. (2015). Breast milk: a source of stem cells and protective cells for the infant. stem cells, 11(6), 3.

[5] Andreas, N. J., Kampmann, B., & Le-Doare, K. M. (2015). Human breast milk: A review on its composition and bioactivity. Early human development, 91(11), 629-635.

[6] Tingö, L., Ahlberg, E., Johansson, L., Pedersen, S. A., Chawla, K., Sætrom, P., … & Simpson, M. R. (2021). Non-coding RNAs in human breast milk: a systematic review. Frontiers in immunology, 3522.

[7] Savino, F., & Liguori, S. A. (2008). Update on breast milk hormones: leptin, ghrelin and adiponectin. Clinical Nutrition, 27(1), 42-47.

[8] Howland, V., Klaedtke, M., Ruhnau, J., Dhople, V. M., Grabe, H. J., Völker, U., … & Hammer, E. (2020). Impact of storage conditions on the breast milk peptidome. Nutrients, 12(9), 2733.

[9] Peters, M. D., McArthur, A., & Munn, Z. (2016). Safe management of expressed breast milk: A systematic review. Women and Birth, 29(6), 473-481.

[10] Comité de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría (2004). Lactancia Materna: guía para profesionales. Monografías de la A.E.P. Nº 5 Ergón.Madrid, España.

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Last modified: 8 enero, 2023
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