TEXTO: CARLO DANIEL AGUILAR GONZALEZ
Escuchar la frase “Estadio Corregidora” conduce a recordar alegrías y gratos momentos, no sólo futbol. Infancia, adolescencia, juventud y parte de adultez están impregnadas de visitas y momentos significativos del inmueble marcado en el imaginario social de las audiencias, por los hechos de violencia ocurridos el sábado 5 de marzo de 2022.
Previo a ese sábado, todas las imágenes, las palabras y los momentos asociados el inmueble deportivo implicaban evocar episodios de satisfacción, risas, emociones o algo con connotación positiva. Como aficionado al futbol desde niño, atesoro algunas anécdotas o idas al coloso inaugurado el 5 de febrero de 1985.
El 9 de diciembre de 1995, el Celaya de Emilio “Buitre Butragueño” jugó como local contra las Chivas del Guadalajara. Esa fría noche de sábado, un gol de tiro libre de José Damasceno “Tiba” ayudó al equipo de Guanajuato para empatar a 1, e impedir la desventaja por el gol de Misael Espinosa. Esa noche, Butragueño jugaba así su sexto partido de Primera División en el césped del estadio que lo encumbró en junio de 1986.
Otoño, fría noche de sábado, pero 22 años después: 11 de noviembre de 2017. Partido de despedida de Ronaldinho en Querétaro, en un “Partido por la paz”. Figuras de talla internacional como Carles Puyol, Carlos “Pibe” Valderrama y leyendas del Barcelona jugaron un partido donde el futbolista brasileño disfrutó, metió un gol desde la mitad del campo y convivió con futbolistas mexicanos como Alberto García Aspe.
La máquina del tiempo regresa al siglo XX. Verano de 1996. Partido de despedida de la Selección Olímpica (sub23) contra Hungría. Más de 40 mil personas entonaron el himno nacional esa mañana de domingo, en un contexto donde no había teléfonos celulares y la conectividad que distrajeran. En el plano deportivo, un gol de Luis García condujo al triunfo 1-0 antes del viaje a los Juegos Olímpicos de Atlanta.
Junio de 2006. Lleno a tope en el estadio. La historia estaba a 90 minutos de escribirse. “Gallos Blancos” enfrentaba al Puebla, dirigido por el técnico César Luis Menotti, para el ascenso a Primera División. Un gol de Mauro Gerk y otro de Bosco Frontán en el primer tiempo, encarrilaron a la goleada de 5-1 del partido de vuelta, la fiesta y las caravanas de coches por todo el centro histórico… más los excesos o particularidades en el festejo.
Mayo de 2015. Final del Clausura, partido de vuelta. Víctor Manuel Vucetich en la dirección técnica, Orbelín Pineda, William Da Silva, Ronaldinho, Ángel Sepúlveda y Emmanuel “Tito” Villa en cancha, encaminaron al equipo al juego contra Santos. Con tres goles en los primeros 45 minutos, que hicieron ilusionar y cimbrar al estadio Corregidora, los plumíferos se acercaron en el global, pero al final el título fue de Santos.
Música, mujeres y cultura… más recuerdos del Corregidora
Alondra de la Parra y Lila Downs, mujeres mexicanas que han destacado en la música, encabezaron de manera magistral dos conciertos en el césped del Corregidora.
El público asistente el viernes 12 de mayo de 2017, al concierto de Alondra y la Orquesta Filarmónica del Estado de Querétaro (OFEQ); o el domingo 18 de noviembre de 2018, cuando Lila Downs clausuró el Encuentro de Culturas Populares e Indígenas, pudo disfrutar grandes momentos, observados desde la tribuna o a nivel de cancha.
La música ha sido un elemento que ha acompañado al Corregidora desde sus primeros años. Recordemos los históricos conciertos que brindó Rod Stewart en 1989.
Huelga de la UNAM motivó partidos de Primera División
Incluso en periodos donde Querétaro no ha tenido equipo de futbol en Primera División, el Corregidora fue sede para que Pumas de la UNAM, el América o el Necaxa jugaran sus partidos de local.
Febrero de 2000. Los Pumas contra Chivas Rayadas del Guadalajara, equipo dirigido por Ricardo “Tuca” Ferreti, y con jugadores como Claudio Suárez, Jesús Arellano y Alberto Coyote en sus filas. Esa mañana de domingo el estadio se llenó 30 minutos antes, aunque la expectativa no se cumplió: par de roscas. El contexto: huelga en la UNAM.
Unas semanas después, los goles no faltaron. Antonio “Turco” Mohamed y los Rayados del Monterrey golearon 4-1 a los auriazules, en una exhibición ofensiva de los regios.
#5M y otros episodios de violencia
Sábado 5 de marzo de 2022. Desde el primer tiempo se observaban detalles en la tribuna del estadio que advertían a los aficionados los riesgos de que algo inminente iba a suceder por falta de seguridad y desatención de las autoridades.
La violencia no había alcanzado muestras como lo que se vivió hace casi un año. Pero sí dos momentos o episodios con dosis de preocupación: en diciembre de 2001, “Gallos Blancos” fue eliminado de cuartos de final del Ascenso, por el San Luis. Aficionados al equipo local rompieron vidrios y dañaron un autobús de gente que vino del estado vecino, una fría noche de sábado.
Apertura 2004. Liga de Ascenso. Querétaro contra San Luis. Duelo de técnicos: Antonio Mohamed contra Carlos Reinoso. Una expulsión de un jugador del San Luis, ante un triunfo parcial de los plumíferos por 2-1, provocó riña en la cancha, manotazos, golpes, sin pasar a la tribuna. Meses después, ambos equipos pelearon el ascenso, que culminó con victoria global para el San Luis (en la primera final Gallos derrotó a León).
1990-1991: el cuadro del lavolpismo; 1994, el América de Beenhakker
Asociar la infancia y el futbol es evocar las primeras idas al estadio Corregidora. En la temporada 1990-1991, cuando los torneos todavía eran de 38 partidos, Ricardo Antonio Lavolpe era el técnico del Querétaro Futbol Club. Entre los jugadores del equipo estaban Rubén Omar Romano, Miguel Herrera, Wilson Graneolatti (central uruguayo), Sergio Bueno, Sergio Almaguer y otros más que siguieron las ideas futbolísticas del argentino.
El equipo culminó aproximadamente en media tabla (lugar 10 u 11). En los partidos de local generalmente se daba a respetar. Recuerdo uno en particular contra Morelia: el marcador estaba 0-0. Faltaban 10 minutos para el término y el árbitro marcó penal a favor del Morelia. El tiro fue errado y en el contragolpe, el delantero (“Chiquilín” Cabrera) anotó el gol del triunfo, ante la alegría de la mayor parte de la afición.
Cuando terminó la temporada, el entrenador y varios jugadores emigraron al Atlante. Tres torneos después (1993-1994), el equipo descendió tras perder 2-1 en Ciudad Universitaria, con un inolvidable remate de último minuto que pegó en los dos postes y no entró a la portería de los Pumas.
El recinto deportivo no duró una temporada completa sin futbol de Primera División. El Tampico Madero (T.M.) se mudó a Querétaro antes de concluir la “primera vuelta” de la temporada 1994-1995, para transformarse en el “T.M. Gallos Blancos”. El primer partido de local fue contra el América de Leo Beenhakker, Biyick y Kalusha.
Esa calurosa mañana de domingo ha sido la ocasión que más personas he visto en las gradas para un partido de futbol. No exagero al decir que hubo más de 45 mil personas. Los pasillos no se veían. Era un América que imponía respeto y gustaba, a diferencia de la mayoría de los torneos.
Sin embargo, los primeros 15 minutos trajeron algo insólito: el último lugar ganaba 2-0. Los goles fueron festejados por 20 o 30 personas en todo el estadio. El resto del tiempo fue una exhibición amarillo y azul. América ganó 8-2, con cuatro goles de Luis Roberto Alves “Zague”. El juego ofensivo de los dirigidos por el holandés estaba en su clímax.
Salir del estadio rumbo a la terminal de autobuses (también inaugurada en 1994) dejó otra fotografía: el puente peatonal que atraviesa de la Cruz Roja hacia la TAQ (por encima de Bernardo Quintana) iba atiborrado, lleno de aficionados que habían llegado de la CDMX, o quienes iban por su vehículo como nosotros.
El desenlace de ese equipo fue el mismo que Cobras, Atlante y Querétaro Futbol Club: descenso. Situación que repetirían los “Gallos Blancos” en el Clausura 2007, al perder contra el Atlas en el Jalisco; y en el Clausura 2013, por días o minutos (antes de comprar a Jaguares de Chiapas y mantener el futbol en Querétaro).
