De acuerdo con la directora general de la Unesco, Audrey Azoulay, en el reporte Ingeniería para el desarrollo sostenible, las ingenierías son importantes para el cumplimiento de los objetivos del desarrollo sostenible; sin embargo, ha sido un reto el fomento a estas carreras, y la pandemia de Covid-19 ha incrementado de forma considerable la brecha.
En mi experiencia como profesor, impartiendo clases del área de ciencias, ha sido un reto incentivar a más estudiantes, en específico a alumnas, a decidirse por un programa orientado a las ciencias o ingenierías. Las matemáticas y la física, por poner un ejemplo, son observadas como materias que no les sirven para su futuro y, al ser relacionadas con los programas de ingeniería, automáticamente descartan esa opción, cuando la realidad es que hay diferentes ramas de la ingeniería a las que pudieran dedicarse. Si bien el razonamiento lógico-matemático es importante, solamente es una parte de todos los conocimientos que obtendrán.
En la industria y el entorno laboral cada vez se enfrentan más retos, y la demanda por ingenieros e ingenieras es mayor. Solamente en Querétaro, donde el crecimiento de empresas tanto nacionales como trasnacionales ha sido significativo, es importante cubrir puestos con egresados que tengan las competencias requeridas en el mundo laboral, y que las universidades tomen cartas en el asunto junto con la industria.
En el caso del Tecnológico de Monterrey, se cuentan con 11 programas de ingenierías, entre los que está una nueva carrera que inicia en agosto de 2023: la ingeniería en ciencias de datos y matemáticas, la cual cubre una necesidad que tienen las empresas de expertos en la analítica de datos. Oferta de diferentes ramas de la ingeniería hay, lo importante será cubrir la demanda para estos programas.
Esta problemática no tiene una solución a corto plazo, lo que se puede hacer es tomar medidas para acercarnos más a la meta. Iniciativas como el fomento a las ciencias desde etapas tempranas de la educación, idear formas más dinámicas y atractivas para las y los estudiantes y hacer sinergia entre la industria y la academia, que incentive mayores oportunidades de empleos y salarios más elevados para egresadas y egresados, generaría un círculo virtuoso que nos permita, en la región y en el país, tener un crecimiento de profesionistas altamente calificados.
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