CRÓNICA: JESÚS ARRIAGA/LALUPA.MX
FOTOS: RICARDO ARELLANO/LALUPA.MX
El mensaje es claro: se equivocó, pero no deja de ser persona. Bajo esa premisa, la Comisión del Sistema Penitenciario de Querétaro busca que la sociedad arrope y cambie los prejuicios y estigmas que hay sobre las Personas Privadas de la Libertad (PPL) que cumplieron con su pena y que buscan regresar a la vida en sociedad.
El comisionado Gustavo López Acosta, titular de la coordinación, habla frente a un grupo de estudiantes de Derecho de la UAQ, quienes desde San Juan del Río se trasladaron para conocer de primera mano el sistema penitenciario del estado.
Primero, conocen el equipo físico, el material con el cual trabajan todos los días los policías del sistema. Los vehículos, sistemas para inmovilizar a las PPL cuando son trasladados a juzgados o a algún otro sitio.
Las unidades, se les explica, son lo más amigable que se pueda con las PPL que son trasladadas a donde lo necesiten, contrario a las unidades antiguas, que eran incómodas e indignas.
En México, sólo hay dos academias o dos institutos especializados en el país en materia penitenciaria, que son el de la federación y el del gobierno de Querétaro, por lo que también reciben a personal de otros sistemas penitenciarios para recibir capacitación.
La Asociación Americana de Correccionales (ACA, por sus siglas en inglés) se encarga de acreditar internacionalmente a las prisiones, administración de centros penitenciarios y academias. Fuera de Estados Unidos hay dos academias, la federal y la queretana que están acreditadas ante este organismo internacional. El sistema penitenciario de Querétaro cuenta con el reconocimiento el Águila Dorada, por sus buenas prácticas.
López Acosta habla a los jóvenes estudiantes en el auditorio Nelson Mandela, del Instituto de Profesionalización del Sistema Penitenciario.
Explica que el nombre del expresidente sudafricano, premio Nobel de la Paz y activista contra el apartheid, quien estuvo preso por esa causa, se debe a que se convirtió en un referente en el respeto a los derechos humanos y a las buenas prácticas penitenciarias. La ONU, agrega el comisionado, adopta sus prácticas cuando él estuvo privado de su libertad.
“En el sistema penitenciario de Querétaro va implícito en nuestro modelo la estancia y la dignidad de la persona. Es parte de nuestro modelo, es uno de nuestros principios de la construcción de nuestro modelo… En este instituto se profesionaliza a todo el personal que quiere trabajar en el sistema penitenciario”, enfatiza.
Agrega que el modelo que tienen implica la autodeterminación, dando a las PPL la libertad de elegir cómo quieren salir después de ingresar. Se trata de hacer a las personas diferentes.
El trabajo de la comisión no termina cuando las PPL recuperan su libertad. Se les brinda seguimiento, dándoles oportunidad de tener un empleo, de cambiar su visión de la vida.
Los jóvenes universitarios escuchan con atención al comisionado, quien explica la evolución del sistema penitenciario que tenía los vicios de otros, como los autogobiernos en los penales, así como las malas condiciones de los centros de internamiento.
Es, explica el comisionado, parte del Plan Estatal de Desarrollo del gobernador Mauricio Kuri González. Y ejemplifica que ahora incluso las revisiones a las PPL y sus familiares son menos intrusivas, para evitar el trato degradante cuando acudían a los penales. Ya no hay contacto físico, no hay trato denigrante ni faltas de respeto.
Las y los jóvenes lo pueden ver y vivir. Tras la charla con López Acosta son trasladados al penal de San José el Alto, donde corroboran lo dicho por el comisionado.
La aduana del penal cuenta con tecnología de punta. Algo que destaca para quienes ya conocían las instalaciones es la iluminación. Dejó de ser una zona oscura, sórdida. Ahora son áreas iluminadas, donde los elementos de la Policía Procesal que reciben a los visitantes y familiares de las PPL son mujeres.
El ingreso se hace luego de cumplir con los requisitos, como identificarse. Se toman imágenes de quienes entran, cómo entran, la hora a la que ingresan al penal. Todo se tiene bajo control.
El uso de la tecnología es la norma. Desde lector de rostros, hasta rayos X para verificar que ningún objeto prohibido ingrese al interior del penal.
Al interior del centro de internamiento un grupo de PPL marchan mientras cantan, al estilo de academias militares. A la distancia los observan una decena de PPL con cascos y chalecos. Son PPL que trabajan, con un salario, en las remodelaciones que se hacen a las instalaciones, en específico, a la capilla.
De no ser por las alambradas y muros altos, el interior podría ser el de cualquier comunidad o barrio queretano.
Los PPL tienen actividades dentro del penal, dice López Acosta. Tienen actividades en el día a día. Sólo los domingos tienen el día libre y lo pueden dedicar a lo que quieran, siempre respetando el orden y las reglas del centro de internamiento.
Una parte de la atención que se brinda a las PPL también consiste en que aprendan un oficio y produzcan sus propias artesanías y manualidades. o en que realicen actividades artísticas. Este punto también es conocido por los universitarios, quienes visitan la galería “Talento en libertad”, que se abrió para tal propósito.
Ahí, los visitantes pueden apreciar los diferentes trabajos hechos por las PPL, desde reproducciones de imágenes religiosas, hasta carritos de juguete hechos de madera, así como bolsos, entre otros artículos, ejemplo de las habilidades manuales de quienes cumplen una sentencia.
Todo ello, dice López Acosta, no sería posible sin la ayuda de empresas comprometidas con la sociedad, con la comisión, para abrir sus puertas a quienes recuperan su libertad y que buscan una segunda oportunidad.