“Tenemos miedo de que intenten ‘rematar’ a Mariana, nuestra hija”

HISTORIA: PATRICIA LÓPEZ NÚÑEZ/LALUPA.MX

La familia de Mariana teme que alguien ingrese a “rematar” a su hija al Hospital General de Querétaro, ya que sus agresores siguen libres. El 26 de abril, ella recibió un balazo en la cabeza por parte de Teresa, pareja de su exnovio Diego. Aunque la investigación se inició por tentativa de homicidio, Miguel, papá de Mariana, busca que se reclasifique como feminicidio en grado de tentativa, después de los dos años en los que su hija vivió violencia por parte del joven.

Durante ese tiempo de noviazgo, Mariana se alejó de sus amigos, cambió su personalidad para complacer a Diego y ocultó las agresiones del entonces su novio ante su familia. “Era una niña enamorada”, señala Miguel, que junto con el resto de la familia no quiere alejarse del Hospital porque esperan informes, quieren cuidarla, mientras está el área de terapia intermedia, donde buscan cualquier señal que les diga que su hija vivirá, “aunque tenga que volverle a enseñar a caminar”.

Las primeras versiones del ataque eran confusas. Conforme pasaron las horas y los días, la familia pudo explicar la historia. Hace dos años Mariana inició un noviazgo con Diego. Él era violento, le gritaba, amenazaba con suicidarse si ella lo dejaba y hasta le expresó que “quería matarla a golpes”. La familia no sabía nada, pero notaban los cambios de su hija. En febrero pasado le contó todo a sus padres; de inmediato levantaron una denuncia en la Unidad Especializada en Delitos Sexuales y Violencia Familiar y consiguieron una orden de restricción.

Fue Miguel que le dijo a Diego que no volvería a acercarse a su hija, aunque él pidió la oportunidad de despedirse de ella correctamente pero no lo permitieron. Desde entonces, Mariana salía con una aplicación de botón de pánico, enviaba constantemente su ubicación a sus padres y salía con un Taser para protegerse. Para lo que no estaba preparada era que la nueva novia de Diego se hiciera su amiga en el gimnasio y hasta se ofreciera a acompañarla a su casa

Cuando Mariana se enteró que Teresa era novia de su exnovio, de su agresor, no dudó en ponerle fin a la “amistad”, pero Teresa pidió verla para explicarle, Mariana aceptó que fuera a su casa, donde hablarían en el área verde. En cuanto pasó el portón, Teresa le disparó por la espalda a Mariana. La bala entró por el lado derecho de la cabeza y salió. Entonces, todo se volvió confuso.

7 minutos para llegar a casa

Miguel Pechir, papá de Mariana, es presidente de la Mesa Directiva de Colonos de Puerta Real, un condominio de Corregidora, así que le toca atender todo lo que sucede y los reportes de los vecinos. Mariana se sentía segura ahí, incluso frente a su relación con Diego.

“Veíamos una relación normal, pero de repente vimos gritos, mi hija lo excusaba, decía que no era contra ella, que estaba enojado por otra cosa. Al fin niña, al fin enamorada. Nunca vi una agresión física, pero sí sospechaba de las agresiones verbales, psicológicas. Una vez lo quiso cortar, él la tomó de la muñeca y la lastimó para subirla de nuevo a su coche. Ese día él le dijo que tenía unas ganas inmensas de matarla a golpes. Primero nos dijo que se lastimó la muñeca porque se había caído, luego nos dijo lo que pasó. Ese día le dijimos: lo vas a cortar por teléfono y vamos a poner una orden de restricción”.

Acudieron a la Unidad Especializada donde presentaron una denuncia de hechos y obtuvieron una orden de restricción. Miguel habló con Diego para informarle. “Me pidió despedirse de ella, pero no lo dejamos. Ellos iban juntos al gimnasio, la sacamos y la metimos a otro. A la semana del nuevo gimnasio, empezó a hacer amistad con Teresa, que iba a ese lugar. Nos decía que era buena gente, un día salió tarde, no quiso que fuera por ella porque la acompañaría Teresa, llegaron a la casa, estuvo un rato platicando y se fue”.

Días después, Teresa volvió a acompañarla a la reja del condominio, luego  la invitó a su casa y los papás la llevaron hasta el domicilio. “Todo parecía bien, a los pocos días un amigo de mi hija le mostró la foto de la nueva novia de Diego. Era Teresa, la chica del gimnasio. Mariana decidió romper la amistad por teléfono porque no quería tener contacto con ella”.

El martes 25 de abril, Teresa le pidió hablar “para no quedar mal”; Mariana aceptó verla el miércoles 26 a las 17 horas, en el área verde de su condominio. “Mi hija sale, abre la reja, Teresa le pidió salir por ella, era para que no la registraran como dice el protocolo de seguridad”.

Ambas caminaron sobre el área verde, Mariana iba adelante y Teresa sacó el arma. “Le disparó del lado derecho de la cabeza, la bala entró y salió. Teresa, se ve en los videos, sale corriendo, el guardia la trata de detener, pero él no está armado, ella amaga al guardia. Ella corre por el estacionamiento de lo que era el club de Puerta Real entra a la plaza de la entrada, a una pollería, se quita la sudadera, bota una mochila con el arma y sale corriendo”.

Miguel no estaba en ese momento en el condominio, pero un vecino le avisó que se “oyó como un cuete” y que había una persona tirada en el área verde. Al ser el presidente de colonos, tenía que atenderlo, así que dio la vuelta. Su esposa también le llamó para informarle el incidente. “Ella me dijo, hay una persona tirada en el área verde, voy a ver porque Mariana quedó de verse con la novia de Diego. Corre, le respondí. Un vecino me llamó enseguida y me dijo: córrele, es tu hija”.

Tardó 7 minutos en regresar a su casa. Entró en sentido contrario a muy alta velocidad, una patrulla le pegó al entrar al condominio. “Es que era mi hija. Llegué y no se movía, hablé con ella, tenía inflamado el lado derecho, abrió el ojo izquierdo, cuando me oyó empezó a inquietarse, a quererse mover. Un policía le preguntó: Mariana, ¿qué edad tienes? 17 y se empezó a quejar. Llegó la ambulancia, la estabilizaron, la trajeron al Hospital. Tardé 7 minutos entre que me hablaron y regresé”.

En solamente dos días corrieron varias versiones sobre lo que pasó. Algunas personas dicen que Diego manejaba el auto en el que llegó Teresa, que los últimos días ellos estaban siempre juntos, que ella tenía celos de Mariana, que Diego quería venganza porque lo cortó y la manipuló. Por ahora, la familia solamente quiere que la agresión se reclasifique como feminicidio en grado de tentativa y no como tentativa de homicidio, como se abrió la carpeta.

“Me sorprende la tardanza, están esperando una orden de aprehensión, pero todo está en video, ¿qué más necesitan? La fiscalía tiene evidencia en video, el testimonio del guardia de seguridad, tienen todo. Ninguno de los dos está detenido, a él lo mandó llamar la Fiscalía en calidad de presentado. Vinieron de la Fiscalía a que les redactáramos los hechos, el testimonio de cada quien, nos explicaron que tenemos derecho a un abogado de oficio y que había atención psicológica, pero ahorita nos pueden brindar la atención que quieran y no nos van a quitar lo que traemos en la cabeza”.

Una niña enamorada

Cuando era niña, Mariana era ocurrente, inteligente y amiguera. A partir de su relación con Diego, empezó a bajar de calificaciones, se alejó de sus amistades y cambió con sus papás. “Ella cerró su círculo de amistades, el novio le pidió borrar el número de una de sus amigas porque él le decía que no le gustaba”.

Las últimas semanas, Mariana “se empezaba a dar cuenta de lo que vivía. Cuando nos platicó todo me dijo: papá, discúlpame porque ahora entiendo que lo que decías era cierto, no era la persona que yo creía. Porque yo siempre le decía: no me gusta para ti, si te habla así, no lo permitas, pero ella era una niña enamorada, era una niña manipulada y luego volvió a ser dulce con nosotros”.

Conforme Mariana se atrevió a hablar, los papás se enteraron de muchas más cosas: cuando ella lo intentaba dejar, él amenazaba con suicidarse, en alguna ocasión se golpeó solo mientras gritaba que se iba a matar, también le llamó para decirle que había tomado muchas pastillas para lograrlo, “todo era con intención de mantenerla cerca”.

Hoy los papás de Mariana están “muertos por dentro. Es terrible. Esperamos los informes, de repente salen y preguntan por los familiares de alguien y empiezas a oír María y se te va el alma al cielo. Apenas este viernes nos dieron permiso de verla, entré 5 minutos, luego entró mi esposa, está llena de aparatos, está sedada, le hablamos con todo lo que le puede decir un papá a su tesoro, tengo la ilusión de que sí me escucha”.

Miguel recuerda la más reciente plática con Mariana, la noche antes de la agresión. “Íbamos a ir a una boda, me dijo: papi, pregunta cómo me voy vestida para prepararme. Linda como ella sola”. Ahora no saben cómo saldrá de esta situación, porque estará 7 días en terapia intermedia y hasta que despierte se harán pruebas para conocer su estado.

“Son muchos temores, temo que quieran venir a rematarla, temo por la seguridad de mi esposa, de mi hijo, porque de alguien que maneja armas, que dispara a una niña de 17 años por la espalda se puede esperar cualquier cosa, esa sangre fría, de la forma como lo hicieron. Temo que huyan, temo que no paguen, ningún hecho justifica una acción así, mucho menos una discusión telefónica”.

Afuera del Hospital General, Miguel espera a volver a ingresar, aunque su esposa e hijo le piden que vaya a dormir. Durante muchas horas, amigos y familia acudieron al lugar en espera de una señal que les dé esperanza, porque les importa que siga con vida, aunque tenga que volver a enseñarle a caminar”.

José Antonio Gurrea C.