ENTREVISTA: ANA MARÍA RESÉNDIZ/LALUPA.MX
FOTOS: RICARDO ARELLANO/LALUPA.MX
Disciplinada, autoexigente y con mucho gusto por la motivación, así es como se define Iridia Salazar Blanco, quien manifiesta su gusto por la birria, los uchepos y la comida michoacana, señala que dedica su tiempo libre a ser mamá y a seguir formándose como psicóloga, y revela que es admiradora de Bruce Lee, a tal grado que en algún momento de su vida quiso ser como él.
Al conversar “En el Confesionario” de lalupa.mx, la directora general del Instituto del Deporte y la Recreación del Estado de Querétaro (Indereq) destaca que vivió una infancia increíble, pues se ganan muchas cosas “cuando inviertes tu talento, tu trabajo y tu tiempo en una actividad deportiva”. Y subraya que, como funcionaria, le gustaría brindar a todos los atletas de alto rendimiento de Querétaro “la proyección que necesitan para alcanzar sus sueños”.
¿Cómo comienza tu día?
Mi día comienza alrededor de las 6:30 de la mañana: me levanto, despierto a mis hijos para ir a la escuela y en lo que ellos se están cambiando yo también me baño, bajo a hacer algo de desayunar, desayunamos, los llevo a la escuela y me vengo al Instituto.
Deportista de alto rendimiento, diputada, y ahora funcionaria pública ¿Qué te falta por hacer?
El deporte siempre ha sido algo con lo que he crecido, mis padres fueron deportistas, he sido privilegiada en ese aspecto, porque la vida me ha dado oportunidades, no solamente como deportista, sino en diferentes ámbitos para trabajar en pro del deporte. Siempre hay algo en lo que puedes contribuir para engrandecer el deporte en Querétaro o en México. Soy mucho de la idea de que más allá de lo que la gente busca que la vida les dé, es más el tema de lo que tú tienes para aportar al mundo y a la vida. Conocer el deporte y, sobre todo, con esta vivencia como deportista estoy segura que siempre va a haber algo que podamos hacer el día de hoy.
Me gustaría, de manera institucional, brindarles a todos los atletas de alto rendimiento la proyección que necesitan para alcanzar sus sueños. Me gustaría, de manera contundente, llegar a la mente de cada una de las familias queretanas, que pudieran entender que el deporte, desde tempranas edades, es sumamente importante para el desarrollo de sus hijos o hijas, de que el deporte mejora la vida de todos, y el hecho de que ese principio básico lo podamos transmitir o hacérselo saber a los padres de familia, esas son las cosas que me gustaría mucho resaltar en el momento en el que inician.
Al momento en que los jóvenes llegan a consolidarse como deportistas de alto rendimiento hay mucha deserción porque empieza la presión social. En ese punto, en esta parte intermedia, ya no le hacen tanto caso a papá o a mamá, y a ellos y a ellas me gustaría llegar con un mensaje de que no hay nada mejor que direccionar tu vida hacia tus sueños, hacia tus objetivos, tienes que llenarte de metas y de anhelos, no podemos ir a la deriva en la vida, como te lleva la corriente. Ponerte objetivos claros conduce tu vida.
Comenzaste tu carrera deportiva a los cinco años. ¿Crees que te faltó vivir más tu infancia? ¿Te arrepientes de algo?
Viví una infancia increíble porque iba de la mano con el deporte, a lo mejor mucha gente cree, y ese es siempre el tabú, que te pierdes de algo cuando practicas un deporte, pero es todo lo contrario: ganas muchísimas cosas más cuando inviertes tu talento, tu trabajo y tu tiempo en una actividad deportiva.
No me arrepiento de nada, creo que debe de haber un reconocimiento de algo que pudiste hacer mejor. Al respecto, me hubiese gustado ganar las veces que perdí en la competencia y fueron, a lo mejor, por errores que cometí. Hay un reconocimiento pero no un arrepentimiento, porque hubo un aprendizaje.
¿A qué actividad nunca te dedicarías?
El patinaje sería algo a lo que no me dedicaría porque, aparte, no tengo ni la estatura para practicar eso. Los deportes de invierno probablemente no, mucho frío, no sería lo mío.
¿Qué se siente ganar una medalla olímpica? ¿Qué recuerdas de ese día de 2004 en Atenas, cuando venciste a la española Sonia Reyes?
No hay palabras que puedan describir la satisfacción que como deportista sientes al obtener una medalla olímpica. Fueron 17 años de trabajo y dedicación, 17 años de direccionar tu meta hacia un mismo objetivo y eso en momentos es cansado, existe la duda, pero es también como vas construyendo una mentalidad fuerte y todo lo encierras al momento en el que ganas. Es mucha gratitud con Dios por permitirme experimentar eso que disfruto ahorita, pero en ese momento terminé agotada, porque era mucha demanda de entrenamiento, te duele todo el cuerpo, mucha debilidad, porque es mucha energía la que sueltas, estuve enferma como un mes pues te bajan las defensas, pero después, cuando lo vas asimilando, lo empiezas a disfrutar. De hecho, lo sigo disfrutando muchísimo.
Recuerdo mucho a mi mamá que estaba en las gradas, recuerdo mucho a mi hermano, pero recuerdo mucho a mi papá porque justamente yo iba perdiendo en ese combate, recuerdo que me dijo lo siguiente: “El momento es ahora, Iridia, para pasar a la historia, ya no tienes otra oportunidad, si lo quieres lograr es ahorita”. Entonces, él me dijo las palabras que necesitaba para salir de esa cápsula en la que a veces te metes, porque vas perdiendo la pelea, porque tus sueños están pasando, porque hay algo que te abruma. Me quedaron tan grabadas esas palabras que después se volvió como un eslogan dentro de las empresas de taekwondo que tengo la oportunidad de dirigir: El momento es ahora, “the moment is now”.
¿En qué red social te sientes más cómoda?
Tengo dos teorías respecto a las redes sociales: creo que las redes sociales deben ser una plataforma para potencializar el trabajo que estás haciendo y no como entretenimiento. Y a lo mejor porque es más sencilla, me siento más cómoda en Instagram pero, por lo regular, tengo mi tiempo tan estructurado que mis compañeros me apoyan mucho en eso de las redes sociales para subir la información.
¿A qué dedicas tu tiempo libre?
Mi tiempo libre es, definitivamente, mi segunda labor como mamá. Salgo de trabajar a tratar, si me da tiempo, de llevar a mis hijos a sus actividades físicas, de ver cómo les fue en la escuela, de checar sus trabajos, que ellos también me platiquen, no cerrar la comunicación que tengo con ellos, al contrario, siempre trato de darme el tiempo de seguir con esa comunicación, de seguir alimentándola.
Me gusta también mucho la actividad mental, dedico un tiempo, sobre todo en las noches, a seguir estudiando Psicología, terminé mi carrera como licenciada en Psicología, pero siempre estoy tratando de leer un libro y de documentarme en este tema de la mente cuando hay cursos de Psicología. Yo estudié una rama unida con la parte espiritual, con esta parte de energía. La mente o los pensamientos es esta energía metafísica que no logramos ver, pero impacta en lo que sí logramos ver que es lo físico. Cuando se une todo eso me llama mucho la atención y no dudo siempre en estar investigando y aprendiendo.
¿Serie o película?
No veo nada de eso. No me gusta. A veces voy al cine, pero no sé ni de series ni de películas. Sí he visto, pero no soy muy fan.
Pero has de tener alguna que te gusta.
Me gustó mucho, porque también soy un poco romántica, la de Outlander, aunque en los últimos capítulos se me hacía más tediosa, pero la primera y la segunda temporada me gustaron mucho. La empecé a ver porque me gusta mucho el tema de las regresiones.
¿Cómo está integrado tu playlist?
Soy más de música clásica. No soy muy conocedora, pero si pongo música, puedo poner este tipo de música o la que me pidan mis hijos, al principio era Cri-Cri y siempre que voy con ellos es: “¿puedo poner algo, mamá?”; y dejo que lo pongan.
Menciona una canción, un cantante o un grupo.
Una de mis canciones favoritas es la de “Claro de Luna” de Beethoven, me gusta mucho Mozart y, porque a mi hijo le gusta, Imagine Dragons, que tiene letras muy buenas.
Tu libro de cabecera, y por qué.
Ahorita estoy leyendo un libro que se llama Las estrategias de Satán, del Dr. Mario Javier Sabán, que habla de este juego mental en el que uno se mete: los autoengaños, las proyecciones. Todo lo tiene que ver siempre con la mente está en mis libros favoritos.
Otro de los libros que también me gustó mucho y que es muy fuerte es El hombre en busca de sentido, de Viktor Frankl, donde el autor dice que aun en las peores circunstancias tú puedes decidir en quién te quieres convertir, es decir, como te trate la vida no es una justificación para lo que tú te conviertes o eres, porque aun así tú puedes decidir. Y hay que recordar que él lo escribió después de haber estado en un campo de concentración nazi. Si quieres controlar tu vida, tienes que controlar tus pensamientos porque todo se basa en eso.
¿Qué deportes sigues actualmente?
Hago un poquito de ejercicio en mi casa. Los fines de semana mi hijo me saca a jugar futbol. Ya casi no hago taekwondo. Corro un poquito.
Como deportista, me considero apasionada hasta para ver un partido de futbol, pero un deporte que siempre me ha gustado mucho es el atletismo, inclusive los deportes de invierno, también la gimnasia fue algo como: ¡qué padrísimo!; pero mis papás eran de contacto y de ver a Bruce Lee.
Me pasó algo bien chistoso. Mis hijos practican taekwondo y, ya sabes, las porras al mil y cuando mi hijo, el otro día, estaba jugando un partido de futbol, también hay porras, pero yo me dije: “no, aquí no voy a gritar, qué pena”; pero, te lo juro, que nada más tuvo el balón mi hijo y fue como si me hubieran metido un chip y comencé a gritar, y yo: “Ya, Iridia, no grites”, pero me gana la pasión.
¿Tu equipo de fut?
Los Gallos, obviamente.
¿Cuál es tu platillo favorito, ese que comerías toda tu vida sin cansarte?
Ahí tengo muchísimos, soy fanática de la comida porque inclusive era una estrategia que utilizaba cuando competía para relajarme. Cuando me sentía muy nerviosa empezaba a pensar en comida, eso me ayudaba a salirme de esta zona de estrés en la competencia porque siempre es muy fuerte y la mente busca maneras de lidiar con eso, y mi mamá, que también guisa súper rico, siempre nos hacía comida espectacular. Pero de las cosas que me gustan mucho, es la birria. Mi mamá es de Michoacán, la birria de allá está deliciosa y los uchepos también están súper ricos y comemos mucha morisqueta, es un platillo también de Michoacán, que es arroz blanco con carne con chile, le ponen queso, crema y, a veces, frijoles.
¿Tequila o vino?
No bebo alcohol.
Tu personaje histórico favorito, y por qué.
De niña, un referente fue Nadia Comaneci que también era una niña que había llegado muy alto en su disciplina deportiva. Todo lo que había pasado, todo lo que había sufrido.
También tuve la oportunidad de estar en Holanda, entrar a la casa de Ana Frank y conocer su historia y cómo ella vivió en un campo de concentración de los nazis desde una perspectiva de niña. Son estas historias que inspiran. Estamos llenos de historias que inspiran, en todos lados. Ver cómo esta niña percibió todo en el campo de concentración nazi. Su vida giraba en un entorno muy pequeño, y a veces nosotros podemos sentirnos abrumados por cosas que no se comparan en lo absoluto con lo que estas personas han vivido.
Pero hablando de la parte deportiva, te diría que, si bien está Nadia, crecí con Bruce Lee y, por supuesto, que en algún momento quise ser como Bruce Lee.
¿Qué les dirías si te los llegaras a encontrar?
Bruce Lee tenía frases muy buenas, era un filósofo muy bueno… Los escucharía, pero si a alguien quisiera conocer y no me quiero ver como muy religiosa, sería a Jesús, imagínate toda la sabiduría que uno pudiera adquirir escuchándolo.
¿Un personaje de ficción?
No, de ficción no tengo.
¿Qué es lo que más te entristece en la vida?
Cuando me topo con personas que han perdido a sus hijos, la pérdida de alguien, porque te da impotencia de que no puedas hacer que disminuya su dolor. Te hablo también como terapeuta, son las sesiones más difíciles de enfrentar.
¿Cuál es tu ideal de felicidad?
La felicidad es una emoción que uno genera y que lamentablemente el ignorar que uno genera esa felicidad hace que mucha gente no viva feliz, porque mientras depositas o crees que la felicidad es algo externo a ti, vas a seguir buscando. Es como buscar tu lunch en las mochilas de otros, nunca lo vas a encontrar, porque tu lunch está en tu mochila, la felicidad está en tu mochila. La infelicidad yo la relaciono con la desconexión de la gratitud. Cuando tú no estás agradecida por la vida, por el agua, por el aire, porque puedes ver, te vuelves una persona infeliz, porque la infelicidad va de la mano con lo que no tienes, con lo que no tuviste o no lograste. Simplemente es verlo desde una perspectiva distinta porque a eso también se le llama motivación, cuando te tardas en lograr algo te motivas más.
¿Cuál es el principal rasgo de carácter?
Soy exigente, una mujer que tiene exigencia para consigo y también para los demás, pero una exigencia que motiva, no que presiona, crecí exigiéndome. Las frases del olimpismo son: más alto, más fuerte, más rápido. Yo crecí con esto.
¿Qué es lo que más detestas de los hábitos propios?
Mal pasarme, a veces me malpaso. Bueno, quizá no es un hábito, pero también ha sido por la demanda de trabajo que hemos tenido.
¿Y de los ajenos?
No, entiendo mucho la personalidad de cada quien.
¿Qué don te gustaría poseer?
El conocimiento acompañado de sabiduría. Una persona inteligente sabe mucho, pero una persona sabia está enfocado en lo que le falta por conocer. Nunca vas a encontrar a alguien sabio siendo prepotente o haciéndote el conocedor, porque un sabio mide su conocimiento por lo que le falta. Es un don que todos podemos tener, el convertirnos en sabios es saber que nos faltan muchas cosas por conocer.
¿Cómo te gustaría morir?
Yo creo que la mejor manera de morir es morir satisfecho, que lo que tengas que vivir por lo menos no digas: “ay, no, hubiera podido hacer esto mejor”. Lo comentaba en las primeras juntas que tuve con mi equipo en el Instituto, yo les dije: nadie se arrepiente de hacer las cosas bien. No sabemos el día en el que nos vamos a morir, pero asegurémonos que ese día nos podamos sentir satisfechos de lo que hicimos. Estoy segura que nadie, a punto de morir, dice: “qué bueno que me robé este dinero o que le hice transa a esta persona o le mentí o lo herí o lo humillé”; por supuesto que no, nadie dice eso, todo llega a un remordimiento y cuando hay remordimiento es porque no te sientes satisfecho con lo que eres o con lo que hiciste.
Defínete en tres palabras.
Disciplinada, autoexigente y me gusta mucho la motivación, trato de motivarme y de motivar a las personas que están a mi alrededor. La motivación es una energía muy impactante, que entre más generas, más fuerza desarrollas.
¿Cómo te ves en un futuro?
A corto plazo quiero llevar al Indereq a la consolidación de herramientas sólidas en las que la proyección del deporte en Querétaro tenga buen camino, que los rieles que dirijan el deporte estén bien consolidados, aunque nosotros ya no estemos aquí. Como mamá, seguir con mis hijos apoyándolos en el deporte, apoyándolos en lo que ellos quieran lograr en la vida. Como hija, apoyando a mi mamá, como hermana también. Como esposa, acompañando a mi esposo en sus proyectos, en sus sueños.
A mediano plazo tengo muchos proyectos para seguir fomentando el deporte y concientizar de que éste mejora la calidad de vida pero, sobre todo, inyectar este liderazgo y mentalidad de: lo logramos y lo seguimos logrando
Y a largo plazo, me miro con mis nietos, contándoles historias y dándoles muchos, muchos, muchos besos.
¿Cómo te gustaría ver a Querétaro en materia deportiva, al final de esta administración?
En ese aspecto quiero ser súper sincera, porque estamos hablando de un país, en general, tercermundista, donde las necesidades son muchas y competimos con países que tienen sus instalaciones de primer mundo en todos los aspectos. Me gustaría que, al menos, en ciertos deportes, en ciertas disciplinas, Querétaro se identifique y que seamos el semillero y los aportadores del olimpismo.
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