El tema de la descolonización en la actualidad es amplio y complejo. En términos generales, estudiamos la descolonización en los países que después de la Segunda Guerra Mundial fueron considerados el tercer mundo, específicamente los árabes, asiáticos y africanos. Estudiar la descolonización de las naciones implica ser consciente de que ningún proceso se parece al otro; si bien pueden tener similitudes, cada caso precisa un estudio profundo y cuidadoso, porque los obstáculos y consecuencias de los nacionalismos e independencias que forman parte del proceso de descolonización no son iguales.
Por un lado, en territorio árabe, encontramos que la mayoría de los problemas que se deben solucionar derivan de la Primera Guerra Mundial, y han desembocado en guerras civiles y luchas internas, debido a cómo se trazaron las fronteras en el pasado. Los países árabes se enfrentan al hecho de que deben resolver situaciones que han arrastrado desde hace mucho tiempo y, a la vez, deben adaptarse a los problemas de la sociedad actual y el sistema internacional.
El proceso de descolonización de Asia, por otro lado, personalmente me resulta muy difícil de estudiar, debido a la cantidad de sucesos que atravesó el continente, y a lo diferente que resultó cada uno de estos sucesos. Este es, de hecho, el principal problema de su descolonización: el territorio está tan poco organizado, definido y es tan heterogéneo que resulta impredecible el avance, pues han reformado sus sistemas una y otra vez; ciertos países han logrado posicionarse a nivel mundial y otros se encuentran gravemente empobrecidos. Además de ello, una de las situaciones constantes en Asia es el “tira y afloja” entre aquellos que quieren guardar un orden tradicional y quienes abogan por un orden adaptado a la modernidad.
A su vez, África tampoco ha cumplido las expectativas que el mundo tenía sobre ella y la nueva perspectiva que podría ofrecer al orden internacional. El continente se encuentra incapaz de colocarse como una región en ascenso debido a las crisis políticas, económicas y sociales que presenta e, igual que los otros territorios independizados, existen guerras civiles y conflictos internos cuyos motivos van desde la ideología hasta el control de regiones. En este sentido, se vislumbra un futuro próximo complicado para los países africanos, en el que el subdesarrollo y el neocolonialismo también están presentes y se materializan como barreras que impiden su final independencia como Estados-nación.
FERNANDA GALEANA ES ESTUDIANTE DE SEXTO SEMESTRE DE LA LICENCIATURA EN RELACIONES INTERNACIONALES DE LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE QUERÉTARO (UAQ)
