Los incendios forestales registrados en Canadá en los pasados días han afectado no sólo al país de la hoja de maple, sino al de las barras y las estrellas. Esto ha impactado severamente en el ambiente y actividades de Estados Unidos de América (EUA), lo que nos invita a cuestionar: ¿por fin la comunidad internacional, y sus liderazgos respectivos, coincidirán en esfuerzos y voluntad para mitigar el cambio climático?
El calentamiento global es un fenómeno cada vez más evidente en nuestro planeta. Hace varias décadas, la comunidad científica se preguntaba y debatía en torno al cambio climático. Algunos afirmaban que era una etapa natural de calentamiento por la que atraviesa la Tierra, justo como sucedió a la inversa hace millones de años con la era de hielo. Pero otros, señalaban que se trataba de un efecto derivado de la acción del humano en nuestro ecosistema.
Al final, la evidencia recopilada mostró que, en efecto, el cambio climático es la respuesta que las múltiples actividades económicas, comerciales, industriales y domésticas que realizamos como humanidad indicen en nuestro entorno. Hace muchos años había sospecha, pero hoy en día la situación es cada vez más nítida, o así debería serlo, incluso para quienes aseguran ser las personas más escépticas del calentamiento global, como lo han sido varios políticos en los años recientes.
El cambio climático es claro en muchas partes del globo, incluso en el Norte, donde se podría pensar que los efectos son mínimos. La temperatura global se ha incrementado de una forma constante. Si revisamos los datos, cada año ha sido más caluroso que el anterior en las últimas dos décadas. Ello ha generado problemas muy severos para muchas sociedades en el mundo, sobre todo para personas vulnerables en zonas rurales, pero también las urbanas.
Por ejemplo, el cambio climático y las elevadas temperaturas que registran algunas zonas provocan que las temporadas de lluvias se modifiquen, aplazando su llegada e incluso limitando la temporada de precipitaciones. De ahí que las sequías se puedan volver recurrentes. Esto es problemático para algunas sociedades y países que dependen de la producción agrícola para sus actividades económicas.
Al no contar con las condiciones necesarias para su sustento, y al ser un problema que se ha agravado al paso del tiempo provocando situaciones insostenibles, muchas personas optan por migrar. Cuando lo hacen, se vuelven más vulnerables de lo que son, puesto que los migrantes son personas en muchos casos desprotegidas y no reconocidas en sus derechos por parte de los Estados. Sin embargo, su decisión de migrar, en muchos casos, no es por gusto, sino por el interés de salvaguardar su integridad y futuro.
Este es sólo un ejemplo de lo que el cambio climático ha provocado para el mundo y sus sociedades. Por ello, la comunidad internacional ha intentado unir esfuerzos para mitigarlo, sin embargo, a pesar de las buenas intenciones y las múltiples cumbres y foros que se realizan en el globo, no ha habido un verdadero avance en la cooperación de los Estados para frenar el cambio climático.
En muchos casos, los países ricos y resilientes pueden afrontar el cambio climático, pero las naciones pobres y con menos recursos les es más complicado. De esta manera, el grupo de los primeros a veces se muestra reluctante a cooperar de una forma más incidente en este panorama. No obstante, en los últimos años hemos presenciado más problemas en el norte global derivados del cambio climático. Un ejemplo es justamente el deshielo del polo Ártico y los incendios forestales de Canadá, que han impactado delicadamente a EUA.
Quizá con la imagen que hoy en día se percibe en el país de las barras y las estrellas pueda haber una reacción por parte de uno de los países líderes del mundo y que se detone un apoyo más sustancioso e inmediato para mitigar el cambio climático. Hasta que toque la cima quizá se pueda comenzar a apreciar la urgencia de tomar acción por el planeta en el que vivimos.
