Autoría de 11:24 am #Opinión, Eric Rosas - La Onda Plana

Un foda desfavorable – Eric Rosas

Hace unos días, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, Cepal, dio a conocer su informe de la inversión extranjera directa (IED) captada por los países de la región en 2022. Aunque para México el año reportado constituyó el tercero consecutivo con un aumento en la recepción de la IED, y en lo que vamos de 2023 la cifra ha alcanzado ya los 18 mil 600 millones de dólares estadounidenses, la informada por la Cepal para el año pasado representa apenas el 17 % de toda la IED que llegó a los países de América Latina y del Caribe.

En el caso mexicano, de acuerdo con la Cepal, la IED recibida en 2022 favoreció a los sectores de servicios y la manufactura, entre los que destacaron las industrias metálicas y alimentarias, principalmente las relacionadas con las armadoras de vehículos, las autopartes y demás componentes. La agencia internacional interpreta el aumento sostenido en la captación de IED por parte de México como un resultado directo del nearshoring —relocalización— de compañías provenientes de Asia, principalmente de China, y del alto grado de desarrollo de la capacidad manufacturera que ha adquirido la planta productiva asentada en nuestro territorio. Esta apreciación encuentra sustento en los resultados de la encuesta realizada a profesionales de parques industriales por parte de BBVA, los cuales revelaron que desde 2018 han llegado 830 empresas extranjeras a México, 20 % asiáticas.

Sin embargo, para poner en justa perspectiva la IED captada por México, conviene mencionar que en el mismo periodo Brasil acaparó el 41 % de la IED recibida por Latinoamérica y el Caribe, con lo que el porcentaje de IED atraída por México representa apenas 41 %, pero de lo que ingresó a la economía del país sudamericano. Por otra parte, este 17 % constituye el mismo porcentaje del que en conjunto lograron atraer Chile y Colombia, con 9 % y 8 %, respectivamente.

Si bien resulta innegable que el conflicto comercial sostenido por los Estados Unidos de América (EUA) y la República Popular de China desde hace algunos años ha creado una coyuntura inmejorable para nuestra economía, los datos de IED publicados por la Cepal revelan que México no está siendo el destino más atractivo de América Latina para la relocalización de firmas; lo que debería haber encendido las alertas tanto en la administración federal mexicana como en la estadounidense.

No existe la menor duda de que México es una potencia manufacturera mundial y que la mexicana es la economía más altamente tecnificada de la región; que su nivel de diversificación no es menor que el de la brasileña, y que la disponibilidad de fuerza laboral altamente calificada, la infraestructura logística y el éxito de las sinergias generadas por los clústeres industriales le otorgan un muy importante grado de competitividad. Sin embargo, evidentemente las firmas extranjeras han determinado que las debilidades y amenazas de México superan sus fortalezas y oportunidades, y esta valoración les ha llevado a preferir colocar sus inversiones en un país que está a cerca de 10 mil kilómetros del principal mercado mundial.

Estas debilidades y amenazas son obvias. En el estudio más reciente acerca del Estado de derecho realizado por la organización World Justice Project, México aparece ubicado en el vigésimo séptimo sitio de los 32 países de América Latina y el Caribe listados. Con un índice de 0.42, muy alejado del ideal de uno del indicador, que correspondería a una nación con un cumplimiento pleno de la ley, nuestro país sólo supera a Honduras, Bolivia, Nicaragua, Haití y Venezuela; y queda por debajo de Brasil que, con índice de 0.49, alcanza la décima octava posición.

Ante tal realidad, las violaciones flagrantes de la ley, como la reciente cometida por el primer mandatario frente a toda la nación, al exhibir públicamente la información fiscal y bancaria de ciudadanos y de empresas privadas, sólo sirve para que los inversionistas extranjeros confirmen que, a pesar de la extraordinaria ventaja que representan para México sus 3 mil kilómetros de frontera con EUA y el tratado de comercio libre, nuestra economía aún no es el mejor lugar para reubicarse.

Lo anterior, dicho sin aberraciones.

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Last modified: 19 julio, 2023
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