Autoría de 12:51 pm #Opinión, Pamela Granados - De salud mental y más

Nada personal – Pamela Granados

Antes de iniciar terapia yo solía ser una persona que tendía a tomarse todo personal. Cabe mencionar que esto me generaba constantemente entrar en conflicto conmigo misma y con otros. Sin embargo, considero que, con el paso del tiempo y las herramientas emocionales que he desarrollado, ahora tiendo a no “engancharme” en conflictos o situaciones que no me corresponden. Pero, ustedes se preguntarán ¿cómo logro no tomarme nada personal? Bueno, aquí les va…

Durante el largo proceso de sanar diversas heridas emocionales, también comencé a analizar mis diferentes relaciones interpersonales, mi manera de interactuar con otras personas, y principalmente qué tipo de emociones detonaban en mí sus acciones o palabras. Esto me permitió discernir entre mi bagaje emocional y el de los demás, es decir, qué sí me corresponde a mí y qué no tiene absolutamente nada que ver conmigo. Una vez que logré hacer esa separación en mi mente, me fue más sencillo entender mis límites y cómo aplicarlos de una manera sana, sin afán de herir o lastimar al otro, pero cuidando de mi bienestar, poniéndome en primer lugar.

En alguna ocasión, mi psicóloga me compartió esta frase: “Las personas hacen cosas, pero depende de ti si te lo tomas personal o no”. Al principio no comprendí el significado e incluso me molestaba, pero con el paso del tiempo y el tratamiento comencé a desarrollar este pensamiento crítico y la compasión que me permiten empatizar con el otro, entender de dónde nacen esos conflictos, no justificar sus comportamientos, pero desligarme de su sentir o actuar.

Para llegar a este punto se requiere desarrollar habilidades de seguridad emocional, ¿pero esto qué implica? Incluye conocer cuáles son las fortalezas de tu carácter y descubrir cómo usarlas de la mejor manera, esto te hará una persona más feliz.

La inseguridad emocional, sin duda, se relaciona con el miedo; el miedo a que te perciban incompetente, miedo a que no puedas cumplir un objetivo, miedo a no ser la mujer u hombre perfecto para tu pareja, miedo al fracaso, etcétera; y eso al final se debe a que no estás creyendo en ti; sientes miedo de no poder lograr lo que te propones, y entonces eso te lleva a “engancharte” en los conflictos que no te corresponden o hacerlos tuyos, porque tu mente te traiciona y cree que te lo están diciendo a ti o te están juzgando, o tu mente cree que es algo que tú haces, a eso se le llaman disparadores emocionales.

Nuestros disparadores emocionales son pensamientos, palabras, gestos o estímulos que provocan sentimientos que desbordan nuestras emociones. A esto se refería la psicóloga al decirme: “Las personas hacen cosas que tocan tu herida sin saberlo, pero depende de ti si te lo tomas personal o no”. Cuando estos sentimientos nos desbordan, resulta difícil pensar claramente o tomar decisiones prudentes, de ahí que es fácil “engancharnos”. De igual forma, estos disparadores negativos pueden llevarnos a querer complacer o pertenecerle a una persona o a un grupo, al punto de ignorar nuestros propios límites, bienestar o valores. Pueden hacernos sentir abrumados, enojados, temerosos, tristes desilusionados o agotados.

Tener seguridad emocional es parte de tu bienestar y de tu satisfacción con la vida, y se vuelve necesario para mejorar tu rutina diaria. Por ejemplo: practica diciéndote palabras positivas en voz alta; haz gestos de alegría con tu cuerpo, esto te ayuda a eliminar el poder de las palabras detonantes; usa tu poder de calmarte. Coloca una especie de malla emocional, esta te ayudará a filtrar y descartar insultos o amenazas y captar la información útil. Ayuda a tu mente a recordar y disponer de estas habilidades en el día a día.

Al final comprendí que no es que el otro cambie, sino que el cambio efectivamente comienza en mí. Al seguir mi propio proceso de sanación emocional, comienzo a generar y establecer vínculos más sanos, entendiendo que no todas las personas estamos en la misma página, ni tenemos las mismas herramientas emocionales. Puede que el resto de las personas decidan no seguir un tratamiento terapéutico o se nieguen a modificar sus patrones nocivos, pero eso no quiere decir que yo deba continuar enganchándome con palabras, acciones o situaciones que nacen de personas que carecen de inteligencia emocional por sus propios conflictos internos.

Ahora, tampoco estoy diciendo que soy perfecta y jamás me engancho… ¡Oigan, soy humana! En ocasiones no sé cómo manejar ciertas situaciones, pero cuando me doy la oportunidad de dar un paso hacia atrás, analizar la situación y verla desde otra perspectiva, entonces puedo tomar la decisión de aferrarme o de soltar.

Si tú quieres aprender a no cargar con situaciones ajenas, la invitación, como en cada ocasión, es que le des una oportunidad a la terapia. Anímate a comenzar un viaje introspectivo para mejorar por ti y para ti. Los aspectos positivos en tu entorno se irán reflejando poco a poco conforme inicies a cambiar tú.

Twitter: @LaPamGranados

Instagram: @lapamgranados

Texto con aportes de la psicóloga Teresita Baranda

Twitter: @BarandaTere 

Instagram: psic_teresitabaranda

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Last modified: 30 julio, 2023
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