Autoría de 1:09 pm #Opinión, Niels Rosas Valdez - Procesos del Poder

Bruselas con Turquía – Niels Rosas Valdez

En las últimas semanas, la apertura de la Unión Europea (UE) hacia Turquía ha sido evidente. Tal situación resulta muy intrigante, puesto que el acercamiento entre ambos agentes se había pausado desde hace años por múltiples razones. ¿Por qué se ha reanudado el contacto? ¿Qué obstáculos podría experimentar?

Cuando tras la Primera Guerra Mundial Mustafa Kemal Ataturk lideró al Estado heredero del Imperio otomano hacia su reconfiguración en la República de Turquía, buscó un cambio en la sociedad. Para llevar a la modernidad a su país, estaba convencido de que era necesaria una adecuación de los valores turcos, como la secularización, la proliferación de libertades civiles y la integración a la economía mundial. A sus ojos, una parte significativa para lograr su proyecto de nación recaía en la interacción e integración más asidua con Europa.

Al paso de las décadas, Ankara ha sufrido largos procesos de pugna interna que en gran medida han obstaculizado su acercamiento con Europa y, eventualmente, con Bruselas, sede del conglomerado europeo de naciones. Hasta hace unas dos décadas, Turquía logró establecer acuerdos con la UE para conectar un poco más su economía, ganándose el estatus de país asociado. Sin embargo, dicha calidad expiró y no se ha vuelto a recuperar.

¿Por qué no? Hay varias razones. Para empezar, es importante mencionar que dicho acuerdo de país asociado es un primer acercamiento significativo que podría devenir en una propuesta formal de adhesión a la UE. De esta manera, sirve para que Bruselas pueda revisar y valorar con más elementos la práctica y el comportamiento del Estado interesado en integrarse al conglomerado europeo de naciones a corto o mediano plazo, según las posibilidades, como iba a suceder hace años con Ucrania, antes de la cancelación por su entonces presidente, lo que llevó a las protestas del Euromaidán.

Otra razón ha sido el tipo de agenda que ha conducido el presidente Recep Tayyip Erdogan, quien ha liderado a Turquía desde hace dos décadas. Al paso del tiempo, la política del mandatario turco se ha endurecido, pasando de derecha a una extrema derecha en múltiples momentos. Esto ha limitado el seguimiento y aplicación de varios de los valores básicos y pilares de la UE, como pueden ser las libertades civiles, el Estado de derecho y la protección a los derechos humanos.

Precisamente, esa es una de las preocupaciones sustanciales que varios miembros de la UE han manifestado sobre la integración más cercana con Turquía. De momento, no hay evidencia de que Ankara pueda garantizar los valores esenciales que busca Bruselas. Además, las fricciones del país heredero del Imperio otomano con Grecia y Chipre por cuestiones históricas también juegan un papel importante en las pláticas, negociaciones y apertura general de los Estados miembros. Y, por si no fuera suficiente, el riesgo de la migración a través del “puente turco” es considerada una amenaza latente por los gobiernos europeos.

Hay varios obstáculos para la interacción más sólida. Entonces, ¿por qué el acercamiento entre Bruselas y Ankara? Probablemente haya un interés genuino en ambas partes para fortalecer la relación, aunque la diferencia de valores es muy evidente y eso podría entorpecer la interacción. Sin embargo, en tiempos recientes hemos visto cómo Turquía ha tomado decisiones que han favorecido a Occidente y han perjudicado a Rusia, como el apoyo a la integración de Suecia a la Organización del Tratado del Atlántico Norte.

Esta cooperación es determinante, sobre todo en estos momentos delicados en la región europea. Por ende, quizá la aproximación obedezca a un interés de vincular a Turquía con Bruselas para despegarla de Rusia y así modificar la balanza de poder en favor de Occidente. Es una posibilidad que el tiempo evidenciará si es válida.

Niels Rosas Valdez

Historiador e internacionalista

@NielsRosasV (Twitter)

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Last modified: 2 agosto, 2023
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