Con el realizado el sábado pasado en Mérida, concluyeron los foros organizados por el Frente Amplio por México (FAM), en los que los aspirantes a coordinar ese colectivo ciudadano-partidista tuvieron oportunidad de reflexionar acerca de las políticas públicas implementadas por el actual gobierno federal, así como de los cambios que consideran deberían hacerse en el próximo sexenio. Las aspirantes finales, senadoras ambas, Beatriz Paredes y Xóchitl Gálvez, presentaron muy interesantes propuestas para combatir las problemáticas que enfrenta la nación en ámbitos como seguridad, salud, educación, economía, etc.
A diferencia de la contraparte oficialista, en la que la favorita del titular del Poder Ejecutivo federal ha halagado repetidamente todas las políticas públicas actuales y prometido que les daría continuidad de convertirse en la próxima presidenta, las senadoras aprovecharon sus intervenciones para resaltar la erosión de la que han sido víctimas las capacidades técnicas de la administración pública federal, así como los innumerables fallos que se han cometido al modificar muchos programas que antaño funcionaban y ahora han sido desarticulados hasta su inutilización.
Pero más allá del discurso, la realidad es que México requiere de un golpe de timón de 180 grados, que nos regrese a la ruta del futuro, el desarrollo y la modernidad; que nos permita engancharnos con la pujanza de las economías más competitivas del orbe, en particular con las de nuestros principales socios comerciales en Norteamérica: Canadá y los Estados Unidos de América, a fin de que realmente podamos participar en el combate a los problemas globales y enfrentar los particulares que nos aquejan como país; así como aprovechar la coyuntura económica de la relocalización, a partir de lo cual logremos potenciar nuestro crecimiento económico e incrementar el bienestar de todos los mexicanos.
Como en realidad todos los retos mencionados encuentran sus soluciones en la generación del conocimiento producto de la investigación científica, el desarrollo de tecnologías y el aumento de la capacidad innovadora, es importante resaltar que las propuestas ofrecidas por las aspirantes finalistas del FAM apuntan justo hacia allá.
En lo que respecta a la incorporación a la modernidad, se mencionó la necesidad de desarrollar talento especializado en los campos emergentes de la ciencia y la tecnología, como la inteligencia artificial, la automatización o la informática; enfatizando su acompañamiento con certificaciones que les permitan a los futuros profesionales mexicanos demostrar y validar sus competencias al momento de concursar por posiciones laborales en el mercado de la alta tecnología, lo que no sólo les facilitaría el acceso a compañías en gran parte del mundo, sino que también aumentaría considerablemente sus salarios y prestaciones.
Pero para que una economía como la que florecerá en las décadas por venir resulte sustentable, esta requerirá de insumos energéticos suficientes, confiables y limpios. Aquí también las propuestas ofrecidas por las legisladoras están en consonancia con el futuro, pues se refirieron a la urgencia de aumentar la capacidad de generación de energía proveniente de fuentes limpias; política que claramente se contrapone a la carbonización a la que nos ha arrastrado la presente administración federal. Al igual que lo han hecho compañías europeas anteriormente petroleras, la sugerencia de impulsar a Petróleos Mexicanos a emigrar del negocio del hidrocarburo hacia una empresa de energías limpias es de suma trascendencia para aumentar la competitividad del país; además de que refleja una total congruencia con la realidad mundial y una conciencia plena del compromiso que debemos asumir para rehabilitar el medio ambiente.
Será sólo a partir del desarrollo de talento calificado, suficiencia de energía limpia y uso racional de los recursos naturales que México podrá convertirse en un destino atractivo para las grandes compañías transnacionales del sector tecnológico que buscan reubicar sus centros de diseño y producción en la América del Norte.
Lo anterior, dicho sin aberraciones.