Autoría de ALEX• 6 septiembre, 2023• 1:13 am• #Opinión, Agustín Villanueva Ochoa - Sapere Aude

Los derechos de las infancias en México – Agustín Villanueva Ochoa

Los derechos de las infancias surgen después de un largo proceso a través de la historia de la humanidad y que tiene su punto de partida cuando se reconoce la necesidad de proteger y garantizar el bienestar de las nuevas generaciones.

A lo largo del tiempo, las sociedades en todo el mundo han tenido distintas ópticas en relación a las y los niños. En la antigüedad nadie pensaba en ofrecer protección especial a los niños, de hecho, en la Edad Media los niños eran considerados “adultos pequeños”. En muchas culturas eran considerados propiedad de la comunidad o de sus padres y se les brindaban nulos derechos y escasas protecciones.

Como parte general de la cronología de los derechos de las y los niños, en 1924 La Sociedad de Naciones aprueba la Declaración de Ginebra sobre los Derechos del Niño. La Declaración expresa que todas las personas deben reconocer el derecho de los niños a contar con los medios necesarios para su desarrollo, a recibir ayuda especial en épocas de necesidad, a tener prioridad en las actividades de socorro, a gozar de libertad económica y protección contra la explotación, y a acceder a una educación que infunda conciencia social y sentido del deber.

El impulso más significativo en la protección de los derechos de los niños llegó en 1959 con la Declaración de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas, que reconoce, entre otros, el derecho del niño a la educación, el juego, la atención de la salud, y a un entorno que lo apoye. A pesar de ser un paso importante, esta declaración no tenía fuerza legal vinculante.

Finalmente, en 1989, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprueba la Convención sobre los Derechos del Niño, que reconoce el papel de las y los niños como agentes sociales, económicos, políticos, civiles y culturales, y es elogiada ampliamente como un logro histórico para los derechos humanos. La Convención garantiza y establece normas mínimas para proteger sus derechos en todas las circunstancias.

Los derechos de las y los niños son derechos humanos específicamente adaptados pues toman en cuenta la fragilidad, las características y las necesidades propias de la edad, representando un componente esencial en la construcción de una sociedad justa y equitativa. En México, como en otras naciones, se reconoce la importancia de proteger y garantizar sus derechos para asegurar su bienestar y desarrollo integral.

Cada vez que se habla sobre el respeto de los derechos de las y los niños en México, puede destacarse que han alcanzado avances significativos en los años recientes, sin embargo, existen retos que demandan una atención permanente y acciones enérgicas por parte de los gobiernos, la sociedad civil y la comunidad internacional. Uno de los logros más destacados en este ámbito es la creación del Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (SIPINNA) en 2014; este sistema tiene como objetivo coordinar las acciones gubernamentales y de la sociedad para asegurar el pleno ejercicio de los derechos de las y los niños.

De conformidad con la primera parte del artículo 5 de la Ley General de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes, son niñas y niños los menores de 12 años, y adolescentes las personas de entre 12 años cumplidos y menos de 18 años de edad. Los Derechos Humanos de niñas, niños y adolescentes están previstos en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en los tratados internacionales y en las demás leyes aplicables, esencialmente en la Convención sobre los Derechos del Niño y en la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes (publicada el 4 de diciembre de 2014), la cual reconoce a niñas, niños y adolescentes como titulares de derechos y, en su artículo 13, de manera enunciativa y no limitativa señala los siguientes:

Derecho a la vida, a la supervivencia y al desarrollo;
Derecho de prioridad;
Derecho a la identidad;
Derecho a vivir en familia;
Derecho a la igualdad sustantiva;
Derecho a no ser discriminado;
Derecho a vivir en condiciones de bienestar y a un sano desarrollo integral;
Derecho a una vida libre de violencia y a la integridad personal;
Derecho a la protección de la salud y a la seguridad social;
Derecho a la inclusión de niñas, niños y adolescentes con discapacidad;
Derecho a la educación;
Derecho al descanso y al esparcimiento;
Derecho a la libertad de convicciones éticas, pensamiento, conciencia, religión y cultura;
Derecho a la libertad de expresión y de acceso a la información;
Derecho de participación;
Derecho de asociación y reunión;
Derecho a la intimidad;
Derecho a la seguridad jurídica y al debido proceso;
Derechos de niñas, niños y adolescentes migrantes, y
Derecho de acceso a las tecnologías de la información y comunicación, así como a los servicios de radiodifusión y telecomunicaciones, incluido el de banda ancha e Internet.

Uno de los pilares fundamentales de los derechos de los niños en México es el derecho a la igualdad y la no discriminación. Esto representa que las y los niños, sin importar su origen étnico, género, discapacidad, orientación sexual o cualquier otra característica, tienen derecho a ser tratados de forma justa y equitativa. Infortunadamente, la discriminación sigue afectando de distintas maneras, como la exclusión de niños indígenas o con discapacidad en el acceso a la educación y la atención médica, por mencionar sólo algunos ejemplos.

La educación es un componente prioritario en sus derechos y aunque existe un marco legal que garantiza el derecho a la educación, aún hay grandes áreas de oportunidad en relación a la calidad y el acceso; además, la deserción escolar y el trabajo infantil continúan obstaculizando el desarrollo y crecimiento de las y los niños.

Erradicar la violencia infantil es otro aspecto decisivo que debe ser atendido de manera urgente y, a pesar de que se ha invertido tiempo y esfuerzo en prevenirla y combatirla, la realidad es que el problema sigue y las víctimas de abuso físico, emocional y sexual continúan sufriendo estos tipos de violencia en la actualidad.

Eliminar el trabajo infantil parece una tarea imposible en México. Falta mucho por hacer y todavía hay niñas y niños que son explotados laboralmente y, por si esto fuera poco, son expuestos constantemente en entornos perjudiciales para su crecimiento y desarrollo.

Mientras se busca garantizar los derechos de las infancias desde todas las perspectivas posibles, la mirada adultocéntrica se aprende y se sostiene a lo largo de la historia a través de las instituciones sociales como la familia, la escuela, la iglesia, el Estado, etcétera. De esta forma, se van construyendo sociedades con esta perspectiva, en las que la mayor parte del poder se concentra entre los adultos y donde convertirse en tal es el fin del desarrollo en sí mismo.

El adultocentrismo es una forma de exclusión y discriminación basada en la idea de que los adultos tienen mayor valor y jerarquía que el resto de personas, indica que los individuos en este rango de edad gozan de privilegios por el sólo hecho de ser adultos, porque la sociedad y la cultura así lo han definido. Bajo este equivocado contexto, se normaliza pensar que las y los niños son inferiores, que son seres incompletos y que son incapaces de pensar, sentir y tomar decisiones.

Hablar de los derechos de las y los niños en México es tocar un aspecto fundamental para el presente y el futuro del país. Garantizar el acceso de sus derechos requiere un compromiso continuo de todos los sectores de la sociedad y sólo gracias al esfuerzo conjunto se podrá lograr que cada niña y cada niño crezca y se desarrolle en un ambiente seguro y feliz.

“Un derecho no es algo que alguien te da; es algo que nadie te puede quitar”.

Ramsey Clark.

Webgafía

https://www.cndh.org.mx/derechos-humanos/derechos-de-las-ninas-ninos-y-adolescentes