Autoría de 11:24 pm #Destacada, Amílcar Salazar - Filo rojo

¿Qué fue de Kerry, Frank y Bill? La misteriosa desaparición de un velero de Alaska en aguas bravas de México


REPORTAJE Y EDICIÓN FOTOGRÁFICA: AMÍLCAR SALAZAR/LALUPA.MX

120 días después de que desapareció en el Mar de Cortés, el velero estadounidense Ocean Bound (“Atados al Mar”) ya no figura en el radar de búsqueda de la autoridad. No obstante, la comunidad náutica no pierde la esperanza de que la tripulación regrese a salvo o que al menos se aclare el misterio que envuelve al caso.

El barco de 14 metros de eslora, capitaneado por Frank y Kerry O´Brien, turistas náuticos de Alaska, así como Bill Gross, marinero de California, perdió contacto con tierra la tarde del martes 4 de abril de 2023, poco después de zarpar de la marina turística El Cid Resort, de Mazatlán, Sinaloa.

La ruta de viaje proyectada por el navío consideraba una parada para surtirse de diesel en la estación Fonatur de Los Cabos, Baja California Sur (en Fonatur-Mazatlán no había diesel) y un destino final en San Diego, California. Pero los ocupantes no reportaron su llegada a ningún lugar.

El hotel-marina de Mazatlán de donde partió el Ocean Bound, el cual proyectaba cargar diesel Los Cabos y seguir a San Diego.

La tripulación presumía títulos de capitán de barco y una experiencia conjunta de 90 años en el mar. El bote debió estar equipado con varios sistemas de emergencia, aunque por razones desconocidas no envió al espacio ninguna alerta electrónica o visual.

Un mensaje de texto de Bill a su hija Melissa, afirmado que estaban por salir de Mazatlán, fue el último rastro que dejó: “Hoy tenemos salida a las 9:30”. Pero ningún dato llegó al teléfono de Ellen Argall, madre de Kerry, quien al tercer día de espera contactó a la Guardia Costera de EU (USCG).

La hija de Bill y la madre de Kerry alertaron sobre el caso a la Guardia Costera de EU, que a su vez pidió ayuda a la Marina de México

A petición de la USCG, la Secretaría de Marina-Armada de México (Semar), con apoyo de rescatistas enviados de EU, inició la búsqueda del velero sobre una superficie de 200 mil millas (322 mil km2), usando lanchas, aviones y helicópteros. Pese a ello, luego de once días de faenas, ambos gobiernos acordaron suspender la emergencia de búsqueda.

“SECUESTRADOS POR EXTRATERRESTRES”

“Esto es como si los extraterrestres los hubieran secuestrado junto con su bote: sin señales de radio, sin manchas, sin escombros. Sin nada, absolutamente nada en ningún lado”.

La voz inquieta es de Karen Zeehag, marinera estadounidense que vive en un barco que está anclado en aguas mazatlecas. Ella es amiga de la pareja desaparecida, y muy a su pesar, ahora le tocó estar cerca de las infructuosas tareas de búsqueda.

A fin de exponer ante sus colegas sus reflexiones sobre el caso, Zeehag participó en dos foros en línea; el primero organizado por Boat-Watch y el segundo por Sail-Net, comunidades que reúnen a marineros del mundo. En esta ocasión tuvieron prevalencia foristas de EU, muchos de ellos radicados en México. lalupa.mx tuvo acceso a ambos foros.

Glenn y Eddie Tuttle administran BoatWatch.Org, una red de búsqueda de barcos perdidos en el mundo, entre estos el Ocean Bound

Luego de debatir escenarios técnicos y ambientales que podrían haber enfrentado los marineros perdidos, tanto Zeehag como otros expertos dieron por buenas las hipótesis que plantearon las autoridades cuando suspendieron la búsqueda, en el sentido de que el barco “pudo haber naufragado a causa de alguna falla eléctrica o mecánica, a la falta de combustible o al mal tiempo.”

Según reportó la Capitanía del Puerto de Mazatlán (CPM), el día que zarpó el barco, el servicio climatológico pronosticaba que en altamar podrían soplar vientos de 30 nudos (56kmh) y olas de hasta 20 pies (6m) de alto, lo que dificultaría la navegación.

Zeehag expuso en ambos foros su creencia de que fue el mal tiempo lo que habría afectado a sus amigos, a los que no pudo despedir: “Quizá se marcharon de Mazatlán con mucha prisa, sin preocuparles el tema del mal tiempo: Frankie tenía urgencia de regresar a su trabajo en Alaska, además que sus dos gatos los esperaban en casa”, recordó.

PIRATERÍA Y NARCO, OTRAS HIPÓTESIS

La desaparición del Ocean Bound causó moderada inquietud entre la comunidad extranjera de los puertos de Mazatlán, La Paz y Los Cabos; en su mayoría compuesta por jubilados de EU y Canadá que tienen amarrados barcos turísticos en los puertos mexicanos.

Muchos de estos ciudadanos también navegan en internet, participan en foros de discusión y hacen donativos a Boat-Watch, una red de búsqueda de embarcaciones perdidas en el mundo, donde el navío de Alaska todavía tiene la etiqueta de “irresoluto”.

Algunos asociados a Boat-Watch sacaron a coalición hipótesis no oficiales sobre el caso; por ejemplo, que detrás de la desaparición del velero “pudiera estar la mano del crimen organizado”, una teoría que al menos de manera pública no consideró la CPM como ninguna otra autoridad.

“Hablamos de una región de México muy bella, pero donde muchas cosas malas las hacen los cárteles, así que yo quisiera saber si la policía ya hizo alguna investigación y descartó que no fueron piratas los que asaltaron ese barco. No vaya a resultar que alguien lo usó para mover droga a otro sitio y después lo hundió para borrar evidencias”, aventura el estadounidense J. Tapper Jr., quien dice viajar con frecuencia a Los Cabos, donde tiene un yate de nombre Leviathan.

Los foristas expusieron otras conjeturas al vuelo: que el navío pudo ser golpeado por una ballena (riesgo aparentemente común), que los marineros tuvieron un problema de salud, que bebieron alcohol o usaron drogas, que pelearon a bordo y uno (o dos) de los tres tomó el control para irse hacia un puerto desconocido, que el trío cambió de ruta sin avisar a nadie y ahora está a la deriva en el Océano Pacífico, entre otras.

“No me riñan por soltar ideas descabelladas, no me parecen absurdas o irrespetuosas. Piensen que un buen detective no descartaría nada hasta encontrar la verdad: el mar es el lugar más azaroso del planeta”, responde a réplicas de sus colegas el navegante de Galveston, Texas, Samuel Enoch, quien dice haber surcado el Mar de Cortés en muchas ocasiones sin sufrir ningún incidente.

“Se trata de una ruta altamente transitada, por ello creo que no es nada común que se esfume un barco de lujo sin dejar ningún rastro y con tres expertos al mando”, expresa Enoch antes de cerrar su sesión.

El Ocean Bound era un LaFitte 44, modelo creado por el prestigiado diseñador de Seattle Robert Perry. De acuerdo con una ficha comercial, se trata de un velero motorizado de alto rendimiento, confortable y uno de los más seguros. El motor era de 2012 y el sistema de velas de 2018. Hecho con fibra de vidrio y aluminio, aloja bajo la cubierta un mini apartamento con aire controlado, dormitorios, literas, comedor, baño y cocina equipada; todo recubierto con finas maderas. Un lujo con precio de lista de cuatro millones 439 mil pesos.

El extraviado velero Ocean Bound es un suntuoso modelo Lafitte-44, cuyo costo recién adquirido es de 265 mil dólares

MARINA-ARMADA VS. PIRATAS DEL SIGLO XXI

Ya no armados con sables, sino con rifles de alto poder y radios satelitales, los legendarios piratas aún surcan los mares del país, y aunque el gobierno federal no brinda datos que cuantifiquen tales actividades delictivas, la Secretaría de Marina-Armada de México (Semar) ya ha aceptado este fenómeno en la conferencia matutina del presidente López Obrador.

“¿Cómo es posible que lleguen a asaltar un barco? Ya saben sobre lo que van, duran no alrededor de tres, cuatro minutos, y ya saben lo que se van a llevar, y muchas veces lo que se van a llevar está sobre la cubierta”, dijo el titular de la Semar, Rafael Ojeda Durán, durante la conferencia presidencial del 24 de abril de 2020, donde el mismo presidente aceptó que en entidades petrolíferas como Campeche y Tabasco los piratas se mueven en lanchas rápidas con las que alcanzan y roban a marinos, pescadores y técnicos de Pemex.

Apenas en junio de 2023, la Semar solicitó al gobierno federal dos mil 681 millones de pesos para renovar su flota y adquirir 40 lanchas-patrulla de alta velocidad, destinadas a enfrentar a las bandas de piratas; un problema que, según se indicó en un boletín, “tiene mayor énfasis en zonas costeras de Chiapas, Oaxaca, Sinaloa, Sonora, y a lo largo del litoral del Océano Pacífico, identificado como una región de alta incidencia en la comisión de delitos en materia de delincuencia organizada.”

Entre las olas bravas del Mar de Cortés, la Marina-Armada de México realiza acciones contra la piratería y el narcotráfico

DOCE NARCO-RUTAS EN EL MAR DE CORTÉS

En el caso de Sinaloa, la piratería tiene dos vertientes: la delincuencia común, que suele asaltar barcos camaroneros para robar el producto, así como el imperio organizado del Cártel del Pacífico, que justamente opera en el Mar de Cortés un total de once rutas náuticas (además de una aérea) para mover droga entre las costas de Sinaloa y las de Baja California Sur, punto de distribución de donde sale buena parte de los productos que llegan a la frontera con EU.

Un documento extraído de servidores de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) por el colectivo Guacamaya Leaks describe con aparente precisión los 12 puertos de salida de un número indeterminado de barcos y lanchas que opera dicho cártel en el Golfo de California, y que en el caso de Mazatlán –según la inteligencia militar– tiene como líder a un sujeto que se hace llamar El Gabito, quien a su vez trabaja para los populares Chapitos, hijos del también famoso capo preso en EU, Joaquín El Chapo Guzmán.

Documentos obtenidos por Guacamaya Leaks revelan que en el Mar de Cortés los cárteles delincuenciales operan al menos 12 rutas

“CRISTAL” ARROJADO AL MAR

El más reciente golpe de la Semar contra El Gabito y sus socios en las costas de Mazatlán se dio en noviembre de 2022, cuando elementos navales persiguieron a un narco-buque (disfrazado de camaronero) de nombre Tapilú-III, el cual, según comunicó la Marina, transportaba diez toneladas de metanfetamina (cristal).

Dicho barco venía escoltado por dos lanchas rápidas, mismas que cargaban varios bidones de diesel (10,600 litros) para una larga travesía, según informó durante la conferencia mañanera el ex titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, Ricardo Mejía Berdeja.

Lamentablemente, según comentó el ex funcionario, al verse los presuntos narcotraficantes (12 personas) ante la certeza de que serían detenidos, optaron por arrojar la mercancía al océano y provocar el hundimiento del buque.

Fue así que cuando los marinos pudieron hacer la recopilación de materiales, sólo pudieron rescatar 440 kilogramos (de un total de diez toneladas desperdigadas en el agua).

Este 29 de agosto, la Semar informó de un nuevo operativo contra seis sujetos que ya habían cruzado el Mar de Cortés en tres lanchas rápidas y ahora navegaban a 537 kilómetros de la costa del Pacífico con 4,400 kilos de cocaína y cinco mil litros de combustible a cuestas. Desde helicópteros, personal naval sorprendió a los modernos corsarios antes de que estos pudieran deshacerse de mercancía y armas.

Doce sujetos que viajaban en un barco camaronero cargado con diez toneladas de “cristal” fueron detenidos por la Semar

EL CAMARÓN Y EL “COBRO DE MAR”

El Tapilú-III, mismo buque hundido en el operativo de la Semar, fue propiedad de una firma del mismo nombre y en febrero de 2015 ya había sido asaltado por piratas, los que robaron tres toneladas de camarón. “La tripulación fue encerrada en la bodega, mientras los asaltantes sacaban el camarón. Luego huyeron en pangas”, según publicó el semanario Riodoce.

Tanto en Sinaloa como en otros estados, las denuncias sobre actos de piratería contra barcos camaroneros datan de una década. Además de ello, en los últimos años ha tenido auge el llamado “cobro de mar”; es decir, la extorsión a pescadores con el pago de cuotas a cambio de “dejarlos trabajar” además de hacerles pagar porcentajes sobre la venta del producto a ciertos líderes. Las denuncias sobre el tema, generalmente anónimas, inundan las redes.

El apetitoso camarón de Mazatlán es también un objetivo del crimen organizado, que suele extorsionar a los pescadores

KERRY, FRANK Y BILL, LOBOS DE MAR

El misterio que se cierne sobre el caso del Ocean Bound llega a la polémica entre la comunidad náutica, ya que el trío de navegantes contaba con licencias de capitán certificadas por la Guardia Costera de EU y acumulaba en conjunto una experiencia de casi un siglo timoneando barcos en altamar y en puertos de una docena de países.

Kerry Lyn Argall (O´Brien), la esposa de Frank, con 52 años de edad, tenía certificación como capitán-máster para barcos de hasta 50 toneladas, además de haber cursado especialidades en navegación nocturna y en seguridad, habiendo piloteado en bahías muy transitadas como la de San Diego, y también entre los solitarios glaciares de Alaska. Con 20 años de movilizar barcos de carga, pesca y turísticos, actualmente era gerente de un hotel de 300 habitaciones situado en la región montañosa de Anchorage, Alaska.

Frank William O´Brien Jr., de 55 años, tenía licencia de capitán de barco y tres décadas de experiencia náutica, con certificación especial en movilidad de pasajeros turísticos por tierra y agua en parques y reservas naturales de Alaska y Canadá. Al casarse con Kerry, hace una década, adquirió el velero con el que la pareja escapaba del invierno navegando por el sur del continente.

William Gross, jubilado de 70 años, dedicó medio siglo a trabajar en compañías portuarias de Norteamérica, particularmente de San Diego, California, donde vivía. Él también se certificó como capitán, pero también como mecánico, volviéndose un experto en el mantenimiento de veleros y yates. Sus amigos lo apodaban “MacGyver”, nombre de un personaje de la TV que resuelve problemas gracias a su inteligencia y conocimientos técnicos.

COVID-19 “ATÓ” AL OCEAN BOUND EN MÉXICO

La crónica de este caso de desaparición de turistas extranjeros en México comienza en febrero de 2020, cuando el brote de la pandemia del Covid-19 sorprendió en el puerto de Mazatlán al matrimonio integrado por Frank y Kerry O´Brien, residentes de la pequeña ciudad de Girwod, Alaska.

Preocupados por un posible contagio del virus, la pareja decidió volver a su lugar de residencia en avión, encargando el velero en un muelle de arrendamiento del hotel El Cid Resort de Mazatlán, donde se hospedaban.

Fue hasta febrero de 2023 cuando los O´Brien pudieron volver a México para recuperar el barco, mismo que les fue entregado por personal del hotel sinaloense sin mayor novedad que un presumible deterioro por el tiempo que permaneció amarrado en el puerto.

Kerry O´Brien sonríe ante el timón de su propio barco, con el que cada invierno viajaba por el sur del continente.

SAN DIEGO, TENEMOS UN PROBLEMA

De acuerdo con la información obtenida por lalupa.mx, el plan de viaje del matrimonio O´Brien consistía en sacar el barco de México y llevarlo al puerto deportivo Coronado Mooring, en San Diego, California, donde pensaban dejarlo anclado para poder volar a Alaska, donde debían estar en sus empleos antes del 15 de abril.

Aparentemente, la pareja planeaba mudarse en el futuro a San Diego, ciudad donde ya habían vivido antes y en la que conocieron a Bill, un experto en detectar fallas de barcos y a quien justamente ahora volvían a llamar, desde Mazatlán, para que los ayudara con la tarea de poner a flote al abandonado Ocean Bound.

Se desconoce si Frank tenía algún problema con el barco (una versión difundida en Mazatlán indicaba que “estaba fallando el piloto automático”) o sólo buscaba acompañamiento para la travesía, pero lo cierto es que días antes de contratar a Bill se comunicó a Alaska con otro amigo suyo, Kim Turnbull, para preguntar si sabía de alguien que pudiera viajar a México.

“La última vez que hablé con Frank fue el 17 de marzo. Se estaban preparando para mover su bote, es un hermoso bote por cierto, de Mazatlán de regreso a San Diego. Necesitaban una persona más. Me preguntaron, tal vez medio en broma. He hecho un poco de navegación. Le envié un mensaje de texto a una amiga para ver si quería ir. Ella lo hizo, pero no pudo hacerlo a corto plazo”, escribió Turnbull en su cuenta de Facebook.

Elementos de la Marina-Armada de México ejecuta operativo para detener lanchas rápidas que transportan droga y combustible

OCEAN BOUND, EN CONDICIONES “RAZONABLEMENTE BUENAS”: VECINO DE MUELLE

A Kevan Draper, navegante estadounidense y youtubero exitoso a los 64 años, le tocó la casualidad de ser vecino de Kerry, Frank y Bill, ello en el muelle número dos del hotel mazatleco donde ataban sus respectivos veleros.

“Realmente no platiqué mucho con Frank y Kerry, parecían estar siempre muy ocupados. Pero cuando llegó Bill, sí lo hicimos, porque nos llevamos bastante bien. Por las conversaciones que tuve con él, era obvio que se trataba de un marinero experimentado. De hecho, él buscaba comprar su propio barco y pasamos algún tiempo discutiendo qué tipo de barcos podían ser de su interés”, dijo en un video que subió a su canal.

“Ciertamente es muy extraño que no se tengan pistas sobre lo que ocurrió con el Ocean Bound y que no se haya encontrado ningún rastro. No pude saber qué equipo de comunicación tenía ese barco, pero en general parecía bastante bien en todo.”, afirma.

Si bien no estaba en Mazatlán el día que zarpó el barco, Kevan asegura haber visto que la tripulación ejecutó varios preparativos, pero nunca percibió nada que le hiciera pensar que tuvieran descomposturas. “El barco se veía en condiciones razonablemente buenas. Sabían que iban a conducir mucho, por lo que me consta que se prepararon tanto como pudieron”.

Lo que sí supo saber, por medio del propio Bill, es que el motivo por el que el Ocean Bound estaba obligado a hacer una parada en Los Cabos, antes de seguir a San Diego, es porque “en la Marina-Fonatur de Mazatlán no tenían diesel.”

“No sé cuánto diesel tenían en el depósito, pero los vi medianamente tranquilos al respecto, de modo que no hablamos más del tema y supuse que ya tenían calculado el combustible que necesitarían para hacer un trayecto de 213 millas (342 km), entre 30 o 40 horas a Los Cabos. Entre expertos, uno nunca duda que el otro no sepa lo que hace”.

Días después, cuando ya todos sabíamos de la desaparición del Ocean Bound, aquí se soltaron las especulaciones, por lo que me llamó la hija de Bill, Melissa, para salir de su confusión y preguntarme lo que sabía sobre mis vecinos.

“Entre otros temas, le sugerí a Melissa que preguntara a la Guardia Costera si en la Marina El Cid, en la entrada de Mazatlán, el barco había cargado combustible, lo cual hubiera sido perfecto, pero luego supimos que la Guardia Costera ya lo había hecho y confirmó que no se recogió combustible.”

“Desde niña le gustó el mar”, recordó la madre de Kerry, mientras que la hija del Bill dijo: “el océano era el gran amor de mi padre”

Aun con las dudas que tiene del caso, Draper comenta que todo “lobo de mar” sabe que cada travesía náutica equivale a hacer una apuesta contra el destino. Pero él sostiene que la única forma de apostar bien es tener confianza en el océano y en su capacidad de dar buenas noticias.

“Mis amigos todavía pueden estar bien. Es una posibilidad remota, pero ahí sigue. ¿Podrían haber ido por otra ruta? Nadie sabe. Así las cosas, yo prefiero creer que el día menos pensado ellos aparecerán con una sonrisa en la cara y una gran historia para contar.”

AQUÍ PUEDES LEER TODAS LAS ENTREGAS DE #FILOROJO, LA COLUMNA DE AMÍLCAR SALAZAR PARA LA LUPA.MX

https://lalupa.mx/category/las-plumas-de-la-lupa/amilcar-salazar-filo-rojo/









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Last modified: 15 septiembre, 2023
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