Autoría de ALEX• 14 octubre, 2023• 7:36 pm• #Opinión, Agustín Villanueva Ochoa - Sapere Aude

Los vehículos eléctricos en México – Agustín Villanueva Ochoa

La industria automotriz ha experimentado una evolución necesaria en los últimos años: la parsimoniosa transición hacia los vehículos eléctricos.

La atención mundial sigue enfocada en el cambio climático, la contaminación o la sobreexplotación de los recursos del planeta, y la pregunta continúa siendo la misma:

¿Llegará el día en que los vehículos eléctricos le quiten el trono a los vehículos de combustión interna?

Aunque parezca que su origen es reciente, el coche eléctrico no tardará en cumplir en pocos años los dos siglos de vida. De la mano del inventor escocés Robert Anderson, el primer vehículo de estas características vio la luz alrededor del año 1830, es decir, antes incluso de que Rudolf Diesel diseñara el motor que lleva su apellido, o de que Karl Friedrich Benz hiciera lo propio con el motor de gasolina, ambos bajo la tecnología de la combustión.

México, como uno de los principales productores y consumidores de la industria automotriz en América Latina, sigue intentando mantenerse a la vanguardia y formar parte de este cambio.

En proyecciones del año 2022, se esperaba que la venta de autos eléctricos en México registrara un crecimiento de 30%, según la plataforma de Statista, sin embargo, de acuerdo con Víctor Villalobos (consejero titular de la Sección XV de Electromovilidad de la Caname), el territorio mexicano no cuenta con la infraestructura suficiente para la carga de estas unidades.

De acuerdo a datos estadísticos sobre la producción de vehículos eléctricos en México, en 2020 se produjeron 6,707 unidades, en 2021 esta cifra aumentó a 58,453, y en 2022 se alcanzaron 79,471 unidades. Hasta agosto de 2023, se habían producido 66,845 unidades de vehículos eléctricos en el país, acercándose a las cifras de 2022. Desde 2020 hasta la fecha, se han fabricado un total de 211,486 unidades eléctricas. En cuanto a la venta de vehículos electrificados en México, los modelos 100% eléctricos representaban sólo el 1.2% del mercado nacional en 2019, pero para 2023, esta cifra aumentó al 17.7%.

En la actualidad se han promovido avances con la implementación de programas para instalar estaciones de carga en lugares estratégicos como estacionamientos públicos, centros comerciales y áreas urbanas. Esto ha contribuido a reducir la preocupación de los usuarios sobre la disponibilidad de puntos de carga, lo que a su vez ha fomentado en cierta medida la adquisición de más vehículos eléctricos. En México hay más de 2,000 puntos de recarga públicos y con una proyección de más de 13,700 electrolineras públicas para 2030, se podría satisfacer la demanda de la flota eléctrica en el país.

México ha implementado una serie de incentivos y políticas para promover la adopción de vehículos eléctricos, estos incluyen beneficios fiscales, reducciones en el pago de ciertos impuestos y la creación de programas de financiamiento preferencial para la adquisición de este tipo de vehículos.

Guillermo García Alcocer, profesor de Macroeconomía y Regulación en el ITAM, señala que si México desea manejar la electromovilidad como una estrategia nacional, deberá dar más pasos en materia de regulación y recomienda que se realice una discusión para elaborar una Ley de Electromovilidad en México que incluya una extensión de los incentivos fiscales a la importación de vehículos eléctricos, la deducibilidad de activos, incentivos económicos, cobro de la infraestructura de carga en electrolineras y una directriz nacional para la red eléctrica pública.

Posicionar a los vehículos eléctricos en México podrá generar grandes beneficios para el medio ambiente y la sociedad, entre los que pueden destacar son la disminución de emisiones de gases de efecto invernadero y la mejora de la calidad del aire en las ciudades; además, la movilidad eléctrica reduce la dependencia de los combustibles fósiles, lo que contribuye a la seguridad energética del país y lo aleja de los efectos desestabilizadores por los cambios en los precios del petróleo.

Pese a los múltiples avances y los distintos beneficios, México sigue enfrentando desafíos de alto impacto en la transición hacia los vehículos eléctricos, tales como la percepción social de los costos elevados, la necesidad de mejorar la autonomía de estos vehículos, además, se requiere una alta inversión en la infraestructura de carga en todo el territorio nacional y brindar capacitación de técnicos especializados en la reparación de vehículos eléctricos.

El presente y futuro de los vehículos eléctricos en México es prometedor; con la creciente conciencia sobre el cambio climático y la necesidad de reducir las emisiones de carbono, los vehículos eléctricos poco a poco están conquistando terreno en el mercado.

¿El apreciable lector alguna vez imaginó tener una estación de gasolina en la cochera de su casa?

Las electrolineras son estaciones de recarga para los autos eléctricos e híbridos-enchufables. Pueden instalarse en hogares, espacios públicos o negocios y se alimentan de la red eléctrica de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), por lo que son seguras y pueden usarse en todo momento.

Por medio del Programa de Ahorro de Energía del Sector Eléctrico (PAESE), la CFE se encarga de fomentar el uso de la tecnología de movilidad eléctrica, ya sea para uso privado o para transporte público, ya que es una unidad especializada en política pública y políticas de eficiencia energética.

Ahora es posible contratar un segundo medidor en CFE para cargar un vehículo eléctrico; se comparte el siguiente enlace para mostrar los requisitos necesarios para instalar una electrolinera: https://www.cfe.mx/negocio/nuevocontrato/pages/electrolinerasnegocio.aspx

Los vehículos eléctricos en México más que una moda, representan una necesidad que se manifiesta desde diversas perspectivas y que se perfila hacia una inevitable transición en la industria automotriz. Esta fuerza de cambio se está extendiendo a todos los involucrados de la cadena de suministro, desde las micro, pequeñas y medianas empresas, hasta las más grandes que tienen alcance internacional.

La Estrategia Nacional de Movilidad Eléctrica (ENME), documento que actualmente está en revisión en la Comisión Nacional de Mejora Regulatoria (Conamer), se posiciona como un instrumento rector para acelerar la transición en México hacia una movilidad eléctrica de bajas emisiones. Este cambio tecnológico permitirá a México abrir un nuevo capítulo para el sector transporte, maximizando los beneficios sociales y ambientales que trae consigo desde un enfoque que prioriza el transporte público para el beneficio de la población en general.

De finalizar los procesos burocráticos, el acuerdo por el que se expide la estrategia entraría en vigor cuando se publique en el Diario Oficial de la Federación.

La ENME plantea un ambicioso objetivo para el año 2030 que consiste en que la venta de vehículos ligeros y pesados se integrará por un 50 % de unidades cero emisiones, compuesto por vehículos eléctricos e híbridos eléctricos conectables. Para el 2040 se plantea que el 100% de las ventas de vehículos ligeros y pesados de pasajeros será de vehículos eléctricos e híbridos conectables.

Ha llegado el momento de verdaderamente promover el uso de vehículos eléctricos para reducir la dependencia de los combustibles fósiles, disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero y mejorar la calidad del aire en las ciudades mexicanas.

Existen diferentes temas que generan mucha incertidumbre después de la adopción total de los vehículos eléctricos en la vida cotidiana futura, uno de los más destacados se enfoca en el origen, vida útil y destino final de sus baterías.

Se le recomienda al apreciable lector que mantenga su atención a los pros y contras de las nuevas tecnologías y se le invita respetuosamente a que siempre tome decisiones responsables.

“Predecir el momento de los cambios es difícil, pero cuando sucede, el mundo entero cambia. Parece que la década de 2020 será la década del coche eléctrico”. Bloomberg.