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Me insisten muchos artistas que, con la llegada suya al poder político, han quedado descobijados en cuanto a los refuerzos económicos, asunto del cual me desprendo con facilidad ya que jamás, jamás, he recibido por parte de lo que antes era Consejo Nacional para la Cultura y las Artes —convertido en Secretaría de Cultura a partir de diciembre de 2015—, que Carlos Salinas de Gortari obsequiara, y usted lo sabe muy bien, al poeta Octavio Paz para que la Institución Cultural quedara debidamente cooptada y atendida en sus requerimientos básicos, cuestión que fuera resuelta de manera automática, y expedita, con los respaldos financieros oportunos a la cúpula que protegiera, con disciplina y tesón, Rafael Tovar y de Teresa tratando, y aquí viene el problema, con demasiada bonhomía y consentimiento a un determinado grupo artístico, o, mejor dicho, a determinados grupos artísticos, que vivieron plácidamente a expensas del dinero proporcionado por el gobierno, es decir eran prácticamente mantenidos por la clase política, circunstancia que, a la llegada de Alejandra Frausto, es decir usted, a la respectiva Secretaría, los antes —demasiados— beneficiados se han sentido, por supuesto, desprotegidos o, de plano, abandonados en sus necesidades primarias insistiéndome varios artistas en que, con la llegada suya al poder político, se han sentido descobijados, en que, con esa —ahora sí— arbitraria discrecionalidad que alguna vez los satisficiera, se han visto eliminados de las compensaciones económicas que antiguamente les completaba el gasto, situación verídica que habría que poner en la discusión pública para no caer en parcialidades subsumidas, como siempre ha sido el caso cuando se habla de cultura y de los que velan por ella, las más de las veces injustamente atendidos, hoy naturales vociferantes opositores de la transformación política por considerarse anulados en sus quehaceres habituales o ingratamente suspendidos de sus labores cotidianas vinculadas con la expresión cultural, tema ciertamente nunca debatido ni expuesto en los ventiladores de la política, razón por la cual se ha extendido la idea de que al gobierno morenista lo tiene sin cuidado la cultura, o la minimiza, o no la aborda con moderación, o no le interesa, o la considera optativa o de menor rango, de ahí el montaje de las revelaciones o las atenciones a las culturas indígenas para apaciguar las expectativas o detener los exabruptos impelidos por esta cortedad visionaria abrumadora sobre lo que es la cultura, política que no quiere percatarse —me dicen los inconformes— de la desigualdad burocrática en los terrenos de la práctica objetividad, porque evidentemente no todo en la vida cultural mexicana se centra en la Guelaguetza… sino justamente en todo el entorno del ser humano, he ahí la sabia multiplicidad que encierra el complejo concepto de la cultura.
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En los detalles está precisamente la atención global. Por ejemplo, Jorge Almazán el pasado 27 de octubre escribe en Fusilerías.com (https://fusilerias.com/perla-ciuk-denuncia-abuso-de-poder-en-morelia/) algo preocupante que ha pasado inadvertido para la trascendencia cultural del país: “Perla Ciuk, crítica, investigadora, periodista cinematográfica y productora, sufrió un embate de la directora del Festival de Cine de Morelia, Daniela Michel, al prohibirle a periodistas mexicanos otorgarle un reconocimiento por su trayectoria y, lo que es peor, en represalia algunos reporteros no fueron acreditados para cubrir la muestra de cine”.
Y, en seguida, reproduce el texto “Breve historia de un perverso abuso de poder” escrito por la propia afectada Perla Ciuk: “Este es el recuento de una historia en torno a la mezquindad ocasional que enturbia las buenas intenciones en la comunidad cinematográfica nacional. Juan Manuel Badillo, vocero de la Red de Prensa Mexicana de Cine AC, en septiembre de 2022 me comunicó que los periodistas que integraban la organización habían decidido otorgarme el Premio de la Prensa a Trayectoria, ceremonia que a partir de 2014 se llevaba a cabo en Michoacán, en un evento independiente paralelo al Festival Internacional de Cine de Morelia, generalmente en algún bar o restaurante cercano al complejo Cinépolis Centro.
“Halagada, agradecí la distinción y le comenté que desafortunadamente estaría fuera del país justo todo el mes de octubre (2022) y que, de ser posible, con gusto lo recibiría al año siguiente. Y así quedamos.
“Sergio Raúl López, a quien conocemos y respetamos por su destacada trayectoria como periodista, crítico, editor, director de revistas y promotor cultural dedicado al cine, tomó este 2023 la estafeta de los periodistas cinematográficos y me contactó amablemente, en agosto, para concretar y coordinar la entrega de la estatuilla en Morelia la tarde del miércoles 24 de octubre.
“Miércoles 4 de octubre: mensaje de Sergio por WhatsApp: ‘Hola, Perla, acabo de recibir una llamada muy grave del FICM. ¿Podemos hablar?’ Unos días antes él había llamado a algunos amigos que radican en Michoacán con objeto de ayudarlo a conseguir un recinto donde llevar a cabo la entrega del premio, conocidos que forman parte de la Secretaría de Cultura michoacana, Cinépolis, Fernando Llanos y Yazmín David, del Sistema Michoacano de Radio y Tv, para avanzar las gestiones. Cuando al fin iba a conseguir en préstamo el Auditorio del Clavijero es que le llama por teléfono la jefa de prensa del festival, Margarita Fink.
“Me cuenta Sergio con la voz descompuesta que acababa de recibir a través de Margarita la instrucción específica, en tono furioso, amenazante y prohibitivo, de no organizar ningún evento fuera del festival, no entregarme reconocimiento alguno y de cancelarlo todo, o de lo contrario los periodistas quedarían desacreditados.
“¿Qué sucedió? Nunca antes, durante nueve años, habían tenido problema alguno con este reconocimiento, en que se entregó la estatuilla a Leonardo García Tsao (2014), Sonia Riquer (2015), Jorge Ayala Blanco (2016), Columba Vértiz de la Fuente (2017), Rafael Aviña (2018), Alejandro Cárdenas (2019), Carlos Bonfil (2021) y Eduardo de la Vega Alfaro.
“Los compañeros de la fuente asisten al festival, le dan difusión, cumplen con su trabajo, fuente de ingreso. Si las políticas organizacionales del FICM han cambiado, en lugar de conciliar, por qué tal ferocidad de parte del festival de cine más importante del país, que de forma denigrante obligó a Sergio, en representación de su asociación, a cancelar el evento.
“No hay nada más humillante para un periodista que la pérdida de su libertad. Al momento de escribir este texto, martes 10 de octubre, Sergio Raúl López aún no ha sido acreditado al festival. Todo esto se llama abuso de poder.
“No soy ajena al FICM, lo vi nacer, asistí con gusto a la primera edición en 2003, cubrí el festival para distintos medios durante 10 años y la premiere nacional de La vida precoz y breve de Sabina Rivas (2012), película de la que fui productora ejecutiva. Fue ahí mi relación durante esos años con Daniela Michel, directora del certamen, siempre fue correcta y amable, ni un sí, ni un no.
“Me pregunto: ¿qué pasó?, ¿será que Daniela Michel está molesta por el regreso del Diccionario de Directores del Cine Mexicano en su versión digital, cuando la página del festival ha integrado un Directorio de Realizadores Mexicanos que han participado en el FICM?
“¿Será?
“En realidad, conceptos totalmente distintos, el Diccionario de Directores del Cine Mexicano (DDCM), del cual soy creadora y directora, tuvo su primera edición impresa en el año 2000 y la última en 2009, la primera con el apoyo de la Cineteca Nacional y la segunda en coedición con el Imcine. Desconozco cuándo se integró el Directorio de Realizadores Mexicanos al sitio del festival, pero no fue antes de 2009, y vaya que el trabajo previo del DDCM ha sido útil y lo seguirá siendo, de eso se trata. Hoy día el www.diccionariodedirectoresdelcienmexicano.com, de nuevo con el respaldo de la Cineteca Nacional, organismo que dirige Alejandro Pelayo, llegó para quedarse.
“El lunes 9 de octubre, una persona que colabora en el festival me comunica por instrucciones de Daniela Michel que la decisión de ‘cancelar el evento’ no tiene nada que ver conmigo, soy bienvenida, quedaré acreditada e incluso tendré hospitality al mediodía, sin ofrecer reinstaurar la premiación. Por supuesto: ¡gracias, no!”
Supuestos, callejuelas, diretes, yo no fui, fue Teté, quién sabe, vete a saber, la respuesta está soplando en el viento.
3
El periodista Sergio Raúl López, por cierto eliminado de las páginas de La Jornada —al tomar la jefatura Pablo Espinosa de la sección de Espectáculos, sin dejar de dirigir la de Cultura— luego de haber trabajado sin remuneración alguna durante varios años para ese periódico abordando el tema cinematográfico, escribió en su Facebook en esos días: “Hace cuatro años fue la última vez que se conformó un jurado para entregar el Premio Guerrero de la Prensa en el Festival Internacional de Cine de Morelia tanto en Largometraje Mexicano —otorgado a Santorum de Joshua Gil, de Parábola Cine y Distribución— así como Largometraje Documental Mexicano —Maliblue, de Edson Contreras— y de la Sección Michoacana —para Oblatos, el vuelo que surcó la noche / Oblatos: Epic Flight Into The Night, de Acelo Ruiz Villanueva—, en un jurado que tuve el placer de coordinar conformado por Lucero Calderón, Jesús Chavarría Cabrera y Julio Lopez en la competencia de Ficción y por Hugo Lara Chávez, Hidalgo Neira y Alberto Zúñiga, en Documental, y por Andrea Silva, Ixchel Monroy Dotor y Luis Gabino Alzati Ruiz, en la Michoacana. Además, el reconocimiento por trayectoria se entregó de manera póstuma al colega Alejandro Cárdenas.
“Luego vendría la pandemia y, con las contingencias y dificultades previsibles, ya no entregaríamos más los premios en ficción, documental ni en la sección estatal y sólo haríamos una entrega-fiesta con el premio a la trayectoria —al maestro Carlos Bonfil, en 2021, y al doctor Eduardo de la Vega Alfaro, en 2022— y este año lo haríamos con la gran investigadora y productora Perla Ciuk, justo este martes 24 [de octubre] por la tarde-noche pero, inopinada y sorpresivamente, la propia organización nos prohibió llevar a cabo esta actividad en la capital michoacana durante los días que dure el festival, así que tuvimos que cancelar este reconocimiento que estuvimos planeando desde febrero, siendo una actividad totalmente autogestiva e independiente del festival.
“Una sorpresa amarga y desagradable, sin duda alguna, pero que refrenda mi impresión que los festivales cinematográficos en México se encuentran en una crisis profunda y en un proceso de reingeniería que aún no tienen del todo claro.
“Ya les avisaremos de la futura entrega y homenaje a la creadora y directora del imprescindible Diccionario de Directores del Cine Mexicano, un proyecto longevo y riguroso, que a tantos de nosotros nos ha ayudado a tener un mapa preciso de los realizadores de nuestra filmografía y que este año se lanzó en versión digital tras dos ediciones impresas y una más en CD-Rom.
“Cuatro años sí es mucho tiempo, sobre todo después de ese embudo aislante y deconstructor que fue la pandemia, del que salimos para hallarnos un mundo cambiante y desconocido. A adaptarse y a seguir, no queda de otra en estas circunstancias”.
Si en la mañanera hubiera un aunque breve espacio para los fundamentales temas de la cultura ya sabríamos qué ocurrió en tal caso, pero como la cultura tiene escasa importancia, me dicen, en el obradorismo no se habla de estos ripios laberínticos, para qué.
Lo cierto es que Sergio Raúl López no asistió al Festival de Cine de Morelia ni el premio le fue concedido a la galardonada, ni nadie sabe las razones reales de tal cancelación.
¿Usted las sabe?
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Alguien me dice que al crítico teatral Fernando de Ita no lo quieren en la Secretaría de Cultura por las cosas desfavorables que ha escrito sobre usted y las instituciones abocadas a la cultura, que sus magníficos textos (porque con De Ita uno podría no estar de acuerdo con sus visiones, pero nadie dudaría de su preclara escritura) son constantemente rechazados, o subvalorados, por las autoridades del ramo, lo cual, a mí, me parece un acto irrisorio de intolerancia cultural: se pueden discutir los pormenores de los análisis del lúcido crítico, ¿pero no valorar el perfil literario de sus consignas escriturales?
¿Y cómo averiguar dónde radica el quid del asunto si la propia Secretaría no da la cara para hablar de frente?
En una ocasión, mientras dirigía yo la sección cultural de Notimex —caída en desgracia por los huelguistas que decidieron, o prefirieron, matar a esta agencia noticiosa del Estado para no modificar un ápice sus privilegios económicos—, resolvimos buscarla a usted para preguntarle sobre algunos funcionamientos de dádivas y restricciones en las becas, pero su entonces jefe de prensa, a quien con prontitud recompensó usted con el máximo cargo cultural en Tlaxcala, simplemente nos dijo que Alejandra Frausto no daba ninguna entrevista en ese momento, que lo que quisiéramos saber que leyéramos su comunicado donde, por supuesto, no venía nada de lo que queríamos nosotros cuestionarla.
El personaje que nos negara la entrevista con usted es el mismo hombre que dijo no saber quién era Víctor Roura, el mismo hombre a quien usted recompensó con el máximo cargo cultural, como ya he dicho, en Tlaxcala, ese mismo personaje por el que tuve que abandonar mi periódico cultural La Digna Metáfora al no haber recibido un solo anuncio de la Secretaría de Cultura, pues como bien sabe usted los medios impresos sobreviven de acuerdo a la propaganda oficial.
Por algo Miguel Ángel Pineda, ex jefe de Comunicación Social de Tovar y de Teresa, me dijo en Guadalajara —y esto ya lo he contado algunas veces—, al encontrarnos en Jalisco durante un congreso de periodistas de la música apenas comenzado el sexenio obradorista, que por lo menos ellos —y al decir ellos se refería al priismo— me daban algo de lo mucho que tenían, pero que estaba seguro de que el actual gobierno (el de López Obrador y de gente como usted al frente de la Secretaría de Cultura) no me iba a dar “ni mierda”, haciéndome mirarlo en silencio un buen rato y luego dirigir mi mirada hacia otro sitio sencillamente porque nada tenía para responderle; sin embargo, convencido de la transformación nacional, el desprecio hacia mi trabajo periodístico por parte de su autoridad (la suya, Alejandra Frausto) no me ha hecho oponerme, en ningún momento, a la política morenista, pese a ser yo testigo de los millones de pesos que reciben discrecionalmente varias publicaciones como El Chamuco o La Jornada, continuando, para el infortunio del periodismo honorable, con esta pesarosa costumbre de los privilegios para unos cuantos y el despotismo para otros.
Estamos a menos de un año de que finalice el sexenio de López Obrador y le pregunto a usted, Alejandra Frausto, ¿cree posible que las publicaciones periodísticas culturales, de haberlas, pudieran sobrevivir en este país sin el justo y equitativo reparto del gasto de publicidad gubernamental, el cual sí beneficia a privilegiadas revistas —digitales e impresas— que se ven favorecidas por la discrecionalidad en dicho rubro?
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Usted, Alejandra, que está mero adentro del gobierno seguramente ya se encuentra enterada de que ahora hasta a los despedidos corresponsales de Notimex, en el sexenio peñanietista, les va a tocar millones de pesos por conceptos de retiro improcedente a pesar de que ya cada uno de ellos tiene trabajo y acomodo en empresas diversas… ¡cuando en el periodo del priista el silencio en cuanto a su fulminante despedida se dio de manera opaca y restringida!
De todos los males periodísticos de la vieja Notimex ahora quieren culpar a López Obrador, ¡por eso a este presidente le exigieron dinero obteniéndolo con generosidad! Pues, según el periodista Luis Guillermo Hernández, el gobierno morenista se vio en la necesidad de desembolsar otros 200 millones de pesos para poder congraciarse con las tretas del pasado. Usted, Alejandra Frausto, que estuvo tan cerca de, o ligada con, Tovar y de Teresa —por su trabajo académico en el Claustro de Sor Juana— ha de saber que en la política los cautos silencios son poderosamente estridentes, que en ocasiones dicen mucho más de lo que callan, de ahí los silencios suyos en acontecimientos ditirámbicos culturales, es decir donde no se sabe si ciertas situaciones conviene o no a la circunstancia cultural, si son halagüeños o no a la esfera cultural, si son redituables o no…
Por eso en la cultura suceden cosas —¿arbitrios?, ¿vacilaciones?, ¿incertidumbres?, ¿perplejidades?, ¿asombros?— como lo del festival de Morelia o la incógnita de Fernando de Ita o las supresiones, o distracciones, literarias en el Fondo de Cultura Económica o donde el nepotismo es inmesurado en tratándose de la avanzada política (la esposa de Taibo II al frente de ferias de libros, la hija de Taibo II al frente de ferias de libros, la familia de tal secretaria de Estado distribuida en otras dependencias, la esposa de tal escritor en tal otro lado, el cuñado aquí y allá, y se debe entender que una cosa es distinta a la otra aunque sea la misma situación y que no es lo mismo Chana que Juana si trabajan para cierta cúpula política, etcétera, por eso usted misma no nos dio la entrevista en Notimex por no convenirle en ese preciso momento hablar de equis cosa, por eso los entramados de los entretelones de la política se van quedando cubiertos de tizne, como los tristes, inesperados e incomprensibles sucesos de Morelia.
AQUÍ PUEDES LEER TODAS LAS ENTREGAS DE “OFICIO BONITO”, LA COLUMNA DE VÍCTOR ROURA PARA LALUPA.MX
https://lalupa.mx/category/las-plumas-de-la-lupa/victor-roura-oficio-bonito/
