Messi conversó con Zidane.
Y Zidane intentó conversar con Messi.
Se hizo lo que se pudo.
En un encuentro entre los dos jugadores organizado por Adidas, el diez francés se mostró alegre, dispuesto a preguntar e incluso a conducir la plática.
Pero Messi, cuando conversa, pisa el balón de más, le cuesta dar pases o disparar a portería. Nada o muy poco de lo que dice rompe o anima el virtuoso deporte de la oratoria.
El diez argentino lo dice todo en el mismo tono, carece de la capacidad de hacer pausas o inflexiones que, como sus regates, levanten al auditorio de su asiento.
Si su expresión oral fuera representada por un futbolista, esta sería un lateral derecho que, luego de una larga trayectoria, sólo habría anotado dos goles en toda su carrera.
Es lo que hay.
(No podías tenerlo todo, Lionel.)
Llama la atención sin embargo cómo alguien que ha estado expuesto tanto tiempo ante los medios, no sepa usar su voz.
(“Messi habla futbol y ya está”, me doy réplica a mí mismo. “Usa su voz para hablar, como nadie, el lenguaje del futbol”.)
(De acuerdo, pero…)
Contrasta todavía más porque en dicho encuentro, Lionel estuvo con alguien que también ha hablado exquisitamente con el balón y que sí es capaz de crear juego con las palabras.
Y claro, si Zidane no tuviera esa capacidad, ¿cómo nos explicaríamos las tres Champions que consiguió con el Real Madrid como director técnico?
Porque los líderes saben hacer lectura de los muchos lenguajes que conviven en un equipo de trabajo, y a partir de esa lectura proponen los silencios y las palabras adecuadas para alcanzar los objetivos.
Hablar y escuchar es liderar.
Durante la charla le preguntaron a Zidane qué diría para describir a Messi en pocas palabras. A lo que el francés respondió. “Una sola: magia”
Zinedine Zidane sabe que para describir la grandeza no es necesario la abundancia sino la precisión.
Además, como con cualquier palabra, importa quién la diga. Y Zidane era un mago con el balón. Uno de los mejores. Por eso es tan contundente la lectura que se puede hacer de su respuesta: “Yo era un mago, pero Messi es la magia”.
Otra flor de Zidane para el argentino: “Yo veía un segundo antes, tú eras tres antes (…) Para mí es la diferencia que tú tienes con los demás.”
“La clave es anticipar”, dice Eric Cantona en su participación en el documental Beckham, y habla de la anticipación como de una inteligencia que necesitas si aspiras a conseguir grandes objetivos.
Todos, cuando estamos en nuestro elemento, podemos anticipar lo que va a suceder, lo que nos permite modificar y reinventar las situaciones que enfrentamos y salir de ellas no sólo ilesos, sino con elegancia y listos para el siguiente desafío.
Messi tiene esa capacidad dentro del campo y Zidane tanto dentro como fuera de él; quizá eso lo hace un poco más grande.
Ahí donde cada uno de nosotros, ya sea en el campo de juego o en la vida, tenemos la capacidad de anticipar, somos creativos, somos necesarios… podemos ser unos cracks.
Anticipa y vencerás.
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