La eventual construcción de la Gigafábrica 6 de la compañía Tesla Motors en territorio mexicano ha abierto la puerta para que nuestro país ingrese de manera seria en la industria de la electromovilidad, para lo cual podría aprovechar toda la experiencia e infraestructura acumuladas durante el pasado cuarto de siglo en el sector automotriz; México ha logrado convertirse en el sexto mayor productor de vehículos ligeros de combustión interna del orbe.
No obstante, como lo han señalado algunas de las firmas líderes de este sector y muchos expertos en el tema, la industria de la electromovilidad no debería concebirse como la sucesora de la automotriz, sino como un nuevo sector tecnológico. Altos ejecutivos de compañías como la china BYD, por Built Your Dreams (construye tus sueños), han referido en varias oportunidades que la firma no se dedica a la fabricación de vehículos automotores, sino de robots móviles. Y es que precisamente eso es lo que la industria de la movilidad del futuro realizará: robots que serán capaces de moverse de manera autónoma y, por supuesto, podrán transportar personas, pero también realizar muchas otras tareas.
Por esta razón es que el sector automotriz no será capaz de proveer toda la fuerza laboral que requieren compañías como Tesla Motors o las demás de esta industria que pudieran arribar a nuestro territorio en los años por venir, ya que las tecnologías que soportan al sector automotriz y las que lo hacen con la electromovilidad difieren, en algunos casos, desde los fundamentos mismos. Para muestra de esta profunda diferenciación entre los conocimientos y las competencias laborales que el nuevo sector requerirá de sus empleados, está la enorme inversión, de cien millones de dólares estadounidenses, que Elon Musk ha anunciado recientemente para fundar una escuela en las cercanías a Austin, Texas, a fin de formar los perfiles del futuro.
En dicho plantel, según declaró The Foundation, la fundación conformada por donadores como la propia familia Musk y otras, la educación estará fuertemente enfocada a la enseñanza de la ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas —STEM por Science, Technology, Engineering and Mathematics. Esto es muy relevante, pues el modelo de educación tradicional parece estar rebasado e, incluso en los Estados Unidos de América, la enseñanza STEM ha perdido el peso específico que requerirán todas las tecnologías del futuro, incluidas la robótica, la programación, la inteligencia artificial, la fotónica, etc., en las que se sustenta la electromovilidad.
En México la situación no es distinta y Tesla Motors ya se ha dado cuenta de ello, pues hace unas semanas se supo que Musk no había reparado en la carencia de talento especializado en nuestro país. De hecho, el anuncio del establecimiento de la escuela en Austin bien podría ser la solución que el emprendedor encontró para proveer con la fuerza laboral capacitada y entrenada en nuevas tecnologías que requerirán sus Gigafábricas en Texas y Nuevo León en el largo plazo. Sin embargo, en el corto plazo, Tesla Motors tendrá que encontrar otras soluciones, y pronto.
La Gigafábrica, que apenas ha concluido con la obtención de los permisos para realizar la construcción, ha iniciado la búsqueda de personal en el territorio nacional. A través de distintos medios, la compañía busca a especialistas en sistemas solares fotovoltaicos en las inmediaciones de Monterey y San Pedro, ambas localidades del estado neoleonés; a expertos en experiencia con los clientes y consultores de ventas en la entidad poblana; en la Ciudad de México a ingenieros civiles, mecatrónicos y eléctricos, estos últimos para que puedan ayudar en el despliegue de la red de carga de Tesla Motors; a ingenieros en robótica en el Estado de México, que puedan enfocarse en desarrollar los sistemas de conducción autónoma de sus vehículos; y en Querétaro en personal de control de calidad y logística.
A pesar de todas las señales, las universidades e instituciones de educación superior de estas y otras entidades parecen no comprender el mensaje todavía; esperemos que pronto acusen de recibido y modernicen sus ofertas educativas.
Lo anterior, dicho sin aberraciones.