Autoría de 2:47 pm #Opinión, Víctor Roura - Oficio bonito

Gabriel Zaid nonagenario – Víctor Roura

En 1999, ahora publicado en Océano, por quinta ocasión, Gabriel Zaid corrigió y aumentó su libro Leer poesía, editado por vez primera en Joaquín Mortiz en 1972, cuando el volumen constaba de un poco más de cien páginas: ¡veintisiete años después había aumentado a trescientas cuarenta y seis!, con lo que se evidenciaba el persistente interés del autor en proseguir y perfeccionar sus lecturas.

      Porque de eso se trataba aquel tomo: de instar a leer y de compartir lo leído, de volver una y otra vez a la escritura (no exclusivamente poética) de ciertos queridos creadores, de sopesar las viejas lecturas y hacerlas irremediablemente nuevas.

      En aquel antológico examen, Zaid —oriundo de Monterrey, nonagenario a partir del pasado 24 de enero— de paso, como un admirable profesor que descree de las académicas teorías para enaltecer el siempre lozano ejercicio de la práctica, nos otorgaba algunas premisas básicas del buen lector a la vez que nos ofrecía invaluables conocimientos acerca de la letra escrita, nos ilustra, aún, sobre conceptos literarios y bocetaba esquemas del quehacer intelectual, definía con claridad trazos aparentemente ambiguos de la escritura —finalmente él también poeta: “Subir los remos y dejarse / llevar con los ojos cerrados. / Abrir los ojos y encontrarse / vivo: se repitió el milagro. // Anda, levántate y olvida / esta ribera misteriosa / donde has desembarcado”— creando lúcidas sentencias literarias, amén de esporádicas fabulillas:

      1) “No hay receta posible. Cada lector es un mundo, cada lectura diferente. Nuevas aguas corren tras las aguas, dijo Heráclito; nadie embarca dos veces en el mismo río. Pero leer es otra forma de embarcarse: lo que pasa y corre es nuestra vida, sobre un texto inmóvil. El pasajero que desembarca es otro: ya no vuelve a leer con los mismos ojos” (página 13).

      2) “Entre los cuentos y leyendas del folclor industrial hay la historia del que llevaba materiales en una carretilla, sospechosamente. Una y otra vez, los inspectores revisaban la documentación, y todo estaba en regla; revisaban los materiales para ver si no escondía otra cosa, y era inútil. El hombre se alejaba sonriendo, como triunfante de una travesura, y los inspectores se quedaban perplejos, derrotados en un juego que no entendían. Tardaron mucho en descubrir que se robaba las carretillas” (página 15).

      3) “Quienes empiezan directamente por la prosa tienen la dificultad contraria para hacer un poema. No saben moverse rápidamente en espacios limitados. O, más bien dicho: su rapidez es ilusoria. Mientras que un poeta inexperto en la prosa siente que nunca va a acabar, un prosista inexperto en poesía se acaba rápidamente el espacio sin haber hecho nada” (página 35).

      4) “Gran parte del encanto del aforismo como texto está en la contradicción entre su forma mínima y su ambición máxima” (página  53).

      5) “Los aforistas hacen frases célebres antes de que lo sean. Por eso, en el intento de escribir aforismos hay algo imposible, que requiere un estado de gracia, de inspiración, de humor, de suerte”  (página 54).

      6) “Como género literario, los grafitos pertenecen al folclor urbano. Su falta de urbanidad los hace más citadinos, como una trasgresión a la urbanidad vigente. Hay quienes remontan los grafitos al arte cavernario, lo cual es ofensivo para el hombre de las cavernas y despistado sobre el arte grafítico. No es de creerse que hacer rasgos, rasguñar, esgrafiar glifos, pictogramas, epígrafes, pinturas o dibujos lapidarios en una caverna, con intenciones decorativas, simbólicas, religiosas, tenga el sentido urbano y moderno que parece  esencial en los grafitos: la violencia, la profanación” (página  57).

      7) “Quizá en ninguna época se ha llegado muy lejos en poesía sin un verdadero saber. Pero, hoy, el umbral mismo de la poesía parece negado tanto a quienes pretenden ya saber cómo se hace un poema, como a quienes pretenden ignorar cómo, finalmente, quedó hecho” (página  69).

      8) “Los incidentes memorables, como las frases memorables, suelen retocarse de una memoria a otra, en un proceso inconsciente de edición colectiva (a veces intencionada) que los vuelve todavía más memorables, por su rotundidad, significado, atribución, circunstancias. Hasta es posible que se atribuyan a otro personaje. También es posible que un incidente memorable entre personas sin relieve social, en vez de conservarse en una familia, se vuelva un chiste anónimo de circulación más amplia o se atribuya a un personaje histórico” (página 93).

      9) “Quizá porque estamos sumergidos en el folclor (desde los gustos de cocina hasta los actos presidenciales), no prosperan en México los estudios folclóricos” (página 125).

      10) “No hay poetas anónimos: hay poetas no reconocidos, autores que atropellamos en sus derechos autorales” (página 128).

      11) “No es fácil recordar la primera experiencia de un arte nuevo, cuando se ha vuelto canónico. Cuesta trabajo imaginarse qué escucharían los ofendidos por una pieza musical, unos versos, ciertas ideas, que hoy parecen normales. O el atractivo de la extrañeza, en la primera revelación de un mundo diferente” (página 260)..

      12) “Es cierto que el grueso de lo publicado en la prensa no se deja leer. Pero también es cierto que el grueso de lo publicado en libro no se deja leer” (página 304).

      13) “Tanto el mito de la salvación por éxito como el mito de apartarse del éxito corruptor, han vuelto equívoca la vida creadora. Lo importante no es el poema, sino salir en televisión como poeta: como objeto de las cámaras, las ceremonias, el vampirismo que tiene sed de inmortalidad. Lo importante no es el poema, sino el éxtasis del yo. Pero construirse como objeto de la atención pública o como sujeto al margen de la vida pública no es lo mismo que construir objetivamente una obra, con la buena suerte de atrapar un milagro, que iba pasando por ahí” (páginas 323-324).

AQUÍ PUEDES LEER TODAS LAS ENTREGA DE “OFICIO BONITO”, LA COLUMNA DE VÍCTOR ROURA PARA LALLUPA.MX

https://lalupa.mx/category/las-plumas-de-la-lupa/victor-roura-oficio-bonito/

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Last modified: 29 enero, 2024
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