Autoría de 2:43 pm Desde la UNAM

El suelo, la caja fuerte para el cambio climático –Elizabeth Fuentes y Noé Velázquez

No hay mejor tesoro que aquel que se encuentra en el suelo. Como caja fuerte protege sus tesoros invaluables. La fuerte seguridad se relaciona con la complejidad de este sistema. Al ser considerado la piel en los sistemas terrestres, recibe la influencia de los factores ambientales como la temperatura, la lluvia, de la roca que se encuentra debajo, de las aguas subterráneas, la actividad de las plantas que se desarrolla sobre este y la acción de los animales que caminan en su superficie; en particular de la actividad humana. El suelo es tan importante para la vida en el planeta que no tener consciencia de este recurso es arriesgar la producción de todo tipo de alimentos y de agua de calidad. Actualmente se ha reconocido que el suelo, además, tiene gran relevancia ante el cambio climático y que hay procesos de adaptación que deben considerarse para mantener la salud humana.

El cambio climático es un fenómeno que tiene como resultado cambio de los patrones de la temperatura y de la lluvia, procesos que ha provocado cambio en la historia del planeta. Estos han mantenido periodos fríos de congelamiento (periodos glaciales) y periodos cálidos (periodos interglaciares), que han influido en el cambio de organismos en el planeta y han moldeado el paisaje que vemos todos los días.

El desbalance de los gases como el bióxido de carbono, metano, entre otros compuestos, responsables de mantener calientito al planeta, se debe al aumento de la emisión y su acumulación en la atmósfera por la actividad industrial, uso de fertilizantes, combustión de autos, incendios, erosión del suelo, incluso por la respiración, al exhalar bióxido de carbono. Además, debido a la pérdida de bosques, matorrales, manglares, aumento de la agricultura y la pérdida del suelo, se ha provocado que los controladores de estos gases rompan su balance.

El balance de los gases en la atmósfera se mantiene gracias a muchos procesos en la atmósfera, pero las plantas, el mar y en particular del suelo con considerados como trampas que resguardan estas moléculas.

El suelo es un recurso natural no renovable donde crecen nuestros alimentos y se limpia el agua que bebemos; guarda tesoros invaluables que permiten entender la historia del desarrollo de la humanidad y la historia de los cambios del clima en el planeta. Esto se debe a las pequeñas joyas secretas resguardas y que permanecen por mucho tiempo.

De los secretos mejor guardados por el suelo, está el almacén de gases de efecto invernadero dentro de sus componentes estructurales, denominados agregados del suelo. La presencia de estos componentes, que son pequeñas piezas de un rompecabezas que se adaptan y embonan de manera perfecta, puede funcionar como un reactor.

El CO2 es atrapado por las plantas para formar hojas, tallos, raíces y compuestos orgánicos que circulan por la planta, y llegan al suelo expulsados por las raíces, donde trampas eléctricas muy eficientes los atraen y los retiene, a diferentes tiempos, y los organismos se encargan de transformarlos, volverlos complejos, y al tener una relación, digamos sentimental-estrecha, con las arcillas se pueden mantener en el suelo por décadas, cientos o miles de años. Cuando estas interacciones con las fracciones minerales son baja o inexistentes tienden a transformarse rápido, en cuestión de segundo, horas o días, lo que hace que retornen a la atmósfera en forma de CO2.

Los agregados conforman la estructura del suelo, al igual que un edificio con sus ventanas, puertas, ladrillos, pilares. Los agregados son fascinantes, ya que son maquinarias perfectas en las cuales la termodinámica tiene un papel fundamental para la transformación de la materia y la energía. Se forman de compuestos orgánicos ricos en carbono y de minerales que proviene de las rocas.

A partir de la actividad de los organismos, que transforman todo lo que entra en el suelo, se empaquetan en pequeños ladrillos, y estos son, nada más y nada menos, que sus excretas. Además, junto con pequeños pedazos de plantas y de restos de animales, son envueltos por una red compleja de hifas de hongos y por raíces, que también contribuyen con pegamentos naturales para que estas piezas permanezcan juntas. Otro tipo de pegamentos son los de origen mineral, como el polvo blanco de los carbonatos, que al igual pegan los ladrillos y mantienen estables las piezas del suelo, haciendo que los agregados sean casi indestructibles, pero dependerá de su tamaño: los mesoagregados (2000-250 μm) y microagregados (250-53 μm) tienden a perdurar más tiempo que los macroagregados (>2000 μm).

La presencia de macroagregados redondeados en forma granular en el sueño desarrolla un ambiente muy poroso y mullido, que forma caminos por donde el aire, agua, las raíces y los microorganismos se mueven y se distribuyen. El constante movimiento moldea al mismo tiempo los agregados, por lo que se van redondeando. Estos se encuentran en las capas superficiales del suelo. A profundidad, los agregados dominantes son mayores de 2000 μm, ya que están influidos por los minerales que provienen de la roca. Esto los vuelve más densos, pesados, con aristas más agudas y más compactos, reduciendo el diámetro de estas carreteras de conducción. Son considerados como joyas que se resguardan dentro de la caja fuerte que es el suelo.

Los agregados, al formarse de minerales y compuestos orgánicos, funcionan como importantes imanes que atraen nutrimentos como el nitrógeno, fósforo, potasio, indispensables para la nutrición de las plantas; además retienen el agua, importante para la sobrevivencia de los organismos dentro y fuera del suelo, y regulan la temperatura, importante para la germinación de semillas y como casa de microorganismos, hongos, algas, bacterias, entre otros.

La importancia del suelo es indudable para mantener el equilibrio de los gases, sobre todo de carbono, en los sistemas terrestres y en la atmósfera; así como procesos indispensables para mantener la vida en el planeta. La pérdida de estos componentes tiene muchos orígenes, entre ellos el incremento de la población, pues el aumento de las zonas urbanas tiene un papel importante en la reducción de la superficie con suelos con un fuerte potencial de secuestro de carbono dentro de estas unidades estructurales. Además, hay procesos asociados a la pérdida del suelo, sobre todo de sus capas superficiales, que se deben al viento y al agua. De acuerdo con la Semarnat, en México se ha registrado que entre 60 y 90 % de la superficie nacional es afectada por la pérdida de suelo.

Mantener los tesoros que guarda el suelo es fundamental, pero esto nos hace preguntarnos: ¿Cómo se lleva a cabo la protección de estos compuestos orgánicos en el suelo? ¿Cuál es la combinación para abrir la caja fuerte y que se liberen los nutrientes y los compuestos de carbono? Consideramos esta frase pensado en los elementos del ambiente… sólo él conocía la combinación de la caja fuerte (Gabriel García Márquez).

Referencias

  • Bronick, C. J. y Lal, R. (2005). Soil structure and management: A review. Geoderma, 124(1– 2), 3–22.
  • Haynes, R. J., y Swift, R.S. (1990). Stability of soil aggregates in relation to organic constituents and soil water content. Journal of Soil Science, 41, 73–83.
  • Gabriel García Márquez, Notas de prensa (1980-1984).
  • Chen, S., Huang, Y., Zou, J., Shi, Y. 2013. Mean residence time of global topsoil organic carbon depends on temperature, precipitation and soil nitrogen. Global and Planetary Change, 100: 99-108.

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Last modified: 25 febrero, 2024
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