HISTORIAS: PATRICIA LÓPEZ NÚÑEZ/LALUPA.MX
FOTOS: RICARDO ARELLANO/LALUPA.MX
La calidez de la gente, el clima, la seguridad, la gastronomía y la apertura social son las cosas que convencen a los extranjeros para vivir en Querétaro, a la que no cambiarían por otro sitio, porque “Querétaro es la ciudad para vivir” y aquí “te sientes en casa”.
Ciudadanos de Canadá, Haití, la India y España afirman que Querétaro y su gente les abrieron las puertas para vivir su jubilación o instalarse con sus familias, les gusta que “cada día es una aventura” y que, como en el resto del país, nunca dejas de descubrir la gastronomía ni paras de hacer amistades.
Querétaro es la ciudad para vivir
Profesora de francés en siete países del mundo, Jacqueline Mallais eligió a Querétaro para pasar su jubilación, porque es “la ciudad para vivir”, por la gran apertura de su sociedad, su tranquilidad y el poco tráfico. Nació en Ottawa, Canadá, donde no reside desde hace más de 20 años y vivió en Corea, China, Turquía, Omán, Francia, Alemania y ahora México, donde trabajó como profesora en diversas escuelas internacionales.
Hace dos años se jubiló en México y en 2022 inició su propio negocio para ayudar a maestras y maestros a buscar trabajo en escuelas internacionales. Su trabajo es “completamente remoto, en línea y es para ayudar a la gente, por ejemplo, tengo clientes mexicanos que quieren ir a las escuelas internacionales para enseñar español o si tienen un buen nivel de inglés pueden enseñar matemáticas o ciencias en inglés en una escuela internacional”.
“México es mi último país porque me encanta México. Hace un año me mudé de Guadalajara a Querétaro. Estuve en Guadalajara dos años, ahí inicié mi negocio y me vine a Querétaro, que me gusta mucho por su seguridad, porque su centro histórico es bellísimo, en la noche me siento muy cómoda para caminar en mi zona, es muy segura”, destaca.
Entre las cosas que más le gustan de Querétaro es que si bien sus vecinos son todos mexicanos, “es muy difícil conocer a queretanos, yo conocí cinco en mis años aquí en Querétaro, cada que encuentro a alguien mexicano pregunto ¿usted es queretano? Y dicen, no yo vengo de Hidalgo, de Veracruz, de Ciudad de México, de Michoacán, de todos lugares”.
Esto le gusta porque lo interpreta como una sociedad abierta donde es fácil conseguir amistades, lo que le resultó un poco más difícil en Guadalajara, donde “la gente no se muda mucho y tienen sus amistades y te dicen: ay, tengo suficientes amigos”.
Eso le parece muy diferente en Querétaro, porque “la mayoría de los mexicanos que vienen son nuevos, son abiertos para hacer nuevas amistades y me gusta esto, porque ellos también buscan otras personas como yo” y esto es fácil, insiste, porque Querétaro es el mejor lugar para vivir.
“Cada día hay más y más personas que llegan a Querétaro porque se dan cuenta que es una ciudad grande, que tiene sus restaurantes, cafés, bares, eventos, conciertos, pero no tiene el tráfico de Ciudad de México o Guadalajara y la gente empieza a pensar que Querétaro es la ciudad para vivir y yo estoy de acuerdo”.
Jacqueline resalta que lo más importante para ella es integrarse a la sociedad mexicana, “yo no estoy aquí para conocer solamente a la gente extranjera, yo estoy aquí para ayudar a mis amigos, es muy importante para mí tener amigas y amigos mexicanos”.
“En Querétaro te sientes en casa por su manera de recibir a la gente extranjera”
El haitiano Volcy Maialovesky tiene diez años en Querétaro, donde le gustó la tranquilidad de la ciudad y su limpieza, porque “es muy limpia”, además que “la gente es muy muy agradable, no tengo queja”.
Trabaja como arquitecto independiente y en una empresa del ramo. Recuerda que le costó aprender el idioma, así como acostumbrarse a la comida y al clima de Querétaro, “la comida me costó más, porque entré a una escuela donde estudiaba español, estudié en la UNAM y aprendí rápido, pero la comida me costó, por el picante”.
Ahora es fan de los tacos, sobre todo los de suadero y los de bistec, aunque a veces extraña el ambiente de Haití, porque “es difícil conseguirlo aquí, normalmente estamos allá con fiestas patronales, campestres, carnaval y cosas aquí, en Querétaro aquí no hay”.
También le gusta promover a su país entre los mexicanos, le gustaría que las personas conocieran las playas y son ideales sobre todo para los amantes del ecoturismo, sin olvidar los atractivos para las personas que prefieren el turismo histórico.
“Haití fue el primer país independiente en Latinoamérica, antes de México, en 1804, el 1 de enero”, dice sonriente. La única queja que podría tener de Querétaro o del país en general, es la impuntualidad de los mexicanos o que no se digan las cosas directamente.
“Pides una ubicación y no te va a decir que no saben, te van a decir indicaciones y ya te pierdes, pero la gente es muy agradable y aquí en Querétaro, con su manera de recibir a la gente extranjera, realmente te sientes en casa”.
Calidez, familias y valores de Querétaro son similares a los de la India
Hace 22 años que Kaizad Dalal llegó a México donde consiguió empleo en una empresa de logística y desde hace 12 vive en Querétaro. Viajó al país para conocerlo, solamente por algún tiempo, pero encontró “muchas similitudes con la India”, su país natal, sobre todo en Querétaro.
“La gente, su calidez, cómo hacen las cosas, todo muy familiar, sus valores y de ahí veo muy similar, veo a México e India e igualito hacen las cosas, lo bueno y lo malo, igualito”.
Originario de Bombay, que compara con la Ciudad de México, “muy caótico”, encontró en Querétaro una ciudad muy tranquila, a donde lo mandaron por parte de su empresa, aunque no pensaba vivir aquí, pero “dije: bueno, vamos a probar, ya tenía a mi niño y la calidad de vida y cómo es Querétaro, ya no me vuelvo a ir a Ciudad de México a vivir”.
Al principio le frustraba no entender bien el idioma, “todos hablaban español y yo no entendía, pero siempre he estado con mexicanos, hablando y hablando aprendí el idioma. La comida no me costó mucho trabajo, aquí usan más chiles, allá más condimentos de especies, el picante es el pesado”, pero hoy disfruta las milanesas, las gorditas, las quesadillas, la birria, el pozole, la barbacoa.
“India tiene diversas religiones, mi religión zoroastrian es muy pequeña, una minoría en India y no hay mucha restricción (en la comida) estamos muy similar a los católicos, no me costó porque comemos todo tipo de carne, hay hindúes que no comen ningún tipo de carne, pero yo no, no me costó adaptarme, aparte la ropa, no somos de ponernos algo tradicional”.
Agradecido con Querétaro, Kaizad siempre recomienda conocer las ciudades de India, donde hay grandes contrastes como sucede en México, “es muy fuerte, tiene de todo, depende de cómo lo quieres ver, lo puedes ver desde un aspecto muy lujoso y real con sus palacios y hay otro lado muy pobre”.
“Cuando le decía a mi esposa que India es muy pobre, ella me decía que México también, pero no es lo mismo, en México sí hay pobreza, pero no muere nadie de hambre aquí, te pones en la calle y te dan algo, pero en India la pobreza es muy fuerte, en un semáforo parado puedes ver un elefante, una vaca, un niño jugando desnudo en basura, un coche normal, una persona jalando un carrito y un Ferrari al lado, es una diversidad muy fuerte”.
México es una aventura diaria
Con 25 años en Querétaro, Miguel Ángel Sieira Sampedro, originario de Bilbao, Vizcaya, en España, decidió vivir aquí por la cultura, porque “México me encanta, me encanta la gente, me encanta la cultura, hay muchas similitudes entre la española y la mexicana, tenemos, muchas en común y lo que más me gusta de México es que te levantas todos los días sin saber lo que te va a pasar, allá en España es todo más cuadrado, te levantas, trabajas, ¿más seguridad? Sí, ¿más programas sociales? Puede ser, pero lo bonito de levantarse cada día es no saber qué va a pasar”.
Por eso, para él México es una aventura diaria, donde tuvo que entender la impuntualidad, “porque llegas a las bodas dos horas antes de lo que la gente llega, pero porque te dijeron a esa hora” y todavía encuentra que hay mucho qué descubrir, “no paras de descubrir cosas, gastronómicamente hablando, socialmente hablando, es parte del hecho que estemos aquí”.
Al principio, a Miguel Ángel le costó acostumbrarse al picante, porque “le ponen picante a todo”, así que cuando llegó al país “cualquier cosa que comía me enchilaba y no encontraba el sabor de la comida”, pero ahora le resulta extraño cuando los alimentos no pican.
“Ahora necesito que vaya poquito picoso. Hay que descubrir la gastronomía que tienen aquí que es brutal, yo no termino todavía de descubrir platillos, al principio me costaba un poquito, me gustaba mucho el pozole y otras que no me gustaban, pero ahora no puedo vivir sin ellas, pero aquí todavía hay una gastronomía que si apoyaran un poquito a nivel nacional podría, tranquilamente, triunfar a nivel del mundo, igual que la española, la italiana y la francesa, pero más compleja y más bonito”.
A veces extraña a la familia en España y el frío, porque en Querétaro el clima es más cálido, pero a lo largo de más de dos décadas ya hizo buenas amistades y tiene aquí a sus hijos, así que “no hay mucho más que me haga falta, siempre pienso que si esto me falla no me regresaría a España, optaría por otra cultura tan grande como esta, como la china, antes de que me muera para descubrir algo más”.
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