Autoría de 1:17 am #Opinión, Víctor Roura - Oficio bonito

Día de la Niña y del Niño – Víctor Roura

Vocablos acróbatas

La mamá le dijo a su hija:

      ―A ver, muñequita, vamos a practicar con nuestra lengua unos vocablos acróbatas: este era un gorila, orila, orila, que se engoriló por hilar gorilas, orilas, orilas, gruñendo grafías groseras gorileanas…

      La niña se le quedó mirando muy seria.

      ―Pero eso que dijiste no significa nada ―dijo―, tienes que decir algo que yo pueda entender.

      Su mamá le dijo que de eso se trataba el cuento: de inventar algo que no existe a partir de una palabra.

      ―Y como a ti te gustan los gorilas quise jugar con ellos ―dijo la mamá.

      La niña, haciendo un mohín chistoso, gritó de repente:

      ―¡El gorila hizo un goooool con Gloria…!

      Y se quedó pensativa. Luego preguntó:

      ―¿Gloria tiene las mismas letras que gorila, mamá?

      Su madre asintió.

      ―A eso se le llama, hija, anagrama ―aclaró, y expuso―: Gloria, gorila; Paco, copa; saco, cosa, caos; nuca, cuna; callo, local; espanto, patones; luna, nula; solar, rolas; lámina, animal, la mina (estas palabras sólo se escriben al revés y tienen otro significado, y se les llama bifronte, como también está “zorra”, que al revés dice “arroz”, aunque hay palabras, hija, que se leen igual al derecho y al revés, y se les llama palíndromos, como ala, Ana, arenera, somos, seres). Y sigo con los anagramas: mago, goma; Roma, ramo, amor; león, Noel; fresa, frase; solapa…

      Y la niña agregó:

      ―¡La sopa!

      La mamá aplaudió el ingenio de su hija.

      ―O sola que es una losa ―advirtió la mamá.

      ―Este juego está muy difícil ―dijo la niña.

      ―Pero tú descubriste Gloria y gorila, que es harto complicado concebirlo ―precisó su madre, y le dio un beso para felicitarla.

      ―Si me hubieras dado un verso yo te lo devolvía en un sobre ―dijo la niña, riendo, pero la mamá la detuvo:

      ―No, hija, porque verso se escribe con v labiodental, no con b labial… Y un anagrama tiene que conformarse con las mismas letras, no así con los palíndromos…

      Y la niña gritó con fuerza:

      ―¡Ay batas, ya basta! ―frase que dejó estupefacta a su madre dejándola completamente muda.

¿Hoy no voy a dormir?

Luego de que la mamá saliera de la recámara apagando la luz, de inmediato un pequeño monstruo, del tamaño de un gato, brincó de la cómoda al cobertor provocándole a Intemperie, que así se llamaba el niño, un fenomenal susto.

      ―¡No te voy a dejar dormir! ―dijo el monstruo.

      Intemperie lo veía, molesto. Le preguntó la razón.

      ―Porque anoche tú no me dejaste dormir a mí ―respondió el monstruo, cruzando los brazos.

      Estaba mal el monstruo, según Intemperie, ya que durante la noche anterior, es cierto, los dos jugaron hasta el amanecer pero por mutuo consentimiento, no por una decisión unilateral, es decir de uno de los dos. Jugaron los dos porque ambos estuvieron de acuerdo.

      ―¿Y ahora vienes a quitarme el sueño a mí porque se te ha ocurrido así nomás? ―preguntó el niño.

      El monstruo afirmó con la cabeza.

      Entonces Intemperie se levantó despacio de la cama, lo tomó con delicadeza de la camisa trasera a la altura de la nuca, lo encerró en el ropero, le puso llave, regresó a la cama, se cubrió con el cobertor y se quedó profundamente dormido.

Las uñas

Conozco a una mujer que tiene uñas grandes, tan grandes que parecen una escultura de sal. Yo le digo que quiero pintar en ellas un gran mural. Quisiera pintar un corazón que fuera a la vez un bosque donde vivieran gatos y peces para que los gatos se los comieran. Sus uñas luego las tiene de colores. Una vez creí que estaba viendo un arcoiris, pero estaba errado: eran las uñas de mi amiga.

      Las usa, sus uñas, como escudo cuando pelea contra las iras y las escobas. A veces también son sus máscaras para las fiestas de disfraces. En una noche de brujas sus uñas espantaron a los niños pequeños que salieron corriendo a la calle en busca de sus padres, que demandaron a mi amiga por uñaslargas. La policía, con fortuna, no hizo caso de la denuncia porque creyó de verdad que sus uñas eran postizas.

      La mujer sueña con tener las uñas más largas del mundo. Dice que quiere que lleguen a las nubes, al cielo, a la Luna.

      Creo que exagera.

      Yo sólo quiero pintar en ellas un gran mural donde un corazón sea un bosque donde vivan gatos y peces.

      No sé cómo puede dormir teniendo las uñas tan grandes.

      Yo no podría, porque sencillamente no cabríamos en la cama. O duermen mis uñas o duermo yo.

      En las uñas de mi amiga puede pasar un tren y no llegar a su destino. Pueden vivir dos albatros con sus retoños, una parvada de gaviotas o una jauría de perros. Yo no he visto unas uñas, además, tan bien cuidadas. Son sus uñas unas uñas especiales. Los niños juegan con ellas (cuando están de buen humor) como si fueran un tobogán.

      A veces pienso que yo también debo dejarme crecer las uñas.

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Last modified: 30 abril, 2024
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