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“Con olor a tinta”, rebeldía frente a deformaciones, corruptelas y frivolidades mediáticas

NOTA: PATRICIA LÓPEZ NÚÑEZ/LALUPA.MX

FOTOS: RICARDO ARELLANO/LALUPA.MX

Historias que “explican la realidad con arte”, anécdotas y vivencias del periodista José Antonio Gurrea cobran vida en su quinto libro Con olor a tinta, donde las experiencias en la búsqueda de la nota superan el aprendizaje en las aulas y recuerdan a los “artesanos de la noticia, armados con el poder del lenguaje y una pasión inquebrantable por su oficio”, en palabras del cronista, reportero de investigación y editor, Amílcar Salazar.

Durante la presentación de Con olor a tinta en la Feria Internacional del Libro y Medios Audiovisuales de Querétaro (FILMAQ) 2024, Gurrea y Salazar recordaron experiencias, historias, lecturas y trayectorias que los llevaron a construir su propia vida dentro del periodismo, la misma actividad que les permitió conocerse en un sólido ejercicio profesional.

Amigos desde hace años, no escatimaron en el reconocimiento mutuo a sus trayectorias: José Antonio Gurrea, periodista y narrador desde hace cuatro décadas, director del portal lalupa.mx, ganador del primer lugar del Premio Alemán de Periodismo Walter Reuter 2008, del Premio Nacional de Periodismo del Club de Periodistas en 2009 y 2017, así como merecedor del Premio Nacional de Comunicación José Pagés Llergo en la categoría de columna cultural en ese mismo año.

Amílcar Salazar Anaya debutó como cronista urbano y reportero de investigaciones en el diario unomásuno, bajo la dirección de su fundador Manuel Becerra Acosta, para luego colaborar con sus crónicas en distintos medios impresos, hasta ser reportero fundador de Diario 24 horas y del portal Eje Central entre 2012 y 2015. Con más de 40 años de trayectoria, Amílcar Salazar colabora en lalupa.mx con historias de violencia e inseguridad en su espacio “Filo Rojo”.

Radicados en Querétaro, ambos promueven el periodismo de largo aliento y son inspiración mutua: “Amílcar es un periodista todoterreno, con una amplia experiencia en numerosos medios de comunicación. Les voy a contar que sin saberlo él, pues no nos conocíamos, fue una de las personas que me motivó a escribir crónica allá en los lejanos 80 del siglo pasado. A veces, junto con su cómplice Humberto Ríos Navarrete, quien desde hace años escribe en Milenio, escribía unas crónicas y unos reportajes que me hacían exclamar: ‘Cuando sea grande, quiero escribir como ellos’”, dijo Gurrea.

Ambos entienden la importancia del periodismo por encima de las frivolidades y corruptelas de las redacciones del país, más allá de la “grilla laboral” y del anhelo de acercarse a los poderes políticos o económicos. Por eso, Con olor a tinta rescata al periodismo narrativo, a las historias que se imponen frente a medios “que a menudo actúan como si fueran fábricas de objetos sintéticos”.

Para Amílcar el libro muestra la experiencia de alguien que sabe “explicar la realidad con arte. José Antonio Gurrea (es) un periodista sui géneris, que lo mismo fue corrector de pruebas con afilado lápiz que estricto jefe de corresponsales; más adelante, editor en jefe de reportajes escritos y fotográficos, reportero cultural y político por su cuenta, investigador persistente y meticuloso, pulcrísimo cronista de viajes y férreo diseñador de medios impresos y digitales, entre otros oficios al que debe sumarse uno en especial: leer mucho, pero mucho”.

“Calificado por su propia familia como ‘rebelde’ desde que era un chamaco, el periodista Gurrea hoy nos confirma en su quinto libro, Con olor a tinta, cuán rebelde sigue siendo frente a las deformaciones, corruptelas y frivolidades que a lo largo de 40 años de carrera ha podido ver dentro de las redacciones del país, ámbitos que desde luego también deben ser criticados por quien aspire a ejercer un periodismo de calidad; reto que comienza por sacudir, sin miedo a levantar polvaredas, los muebles de casa”, agregó Salazar.

El título del libro también hace referencia a una musa importante de los periodistas: el olor a tinta, “que inspiró a grandes escritores a trascender los límites del periodismo. Muchos de aquellos hombres y mujeres que respiraron el olor a tinta de los talleres encontraron pronto la chispa que encendió su creatividad literaria, llevándoles a explorar nuevos horizontes en el mundo de los libros, sin por ello distanciarse de los periódicos”.

Salazar Anaya puntualizó que “el olor a tinta se impregnó tanto en la piel como en la ropa y en los maletines de muchos diaristas y se convirtió en un símbolo eterno de inspiración, un legado aromático que marcó el inicio de muchas historias trascendentales. José Antonio Gurrea olfateó los primeros vahos de tinta negra para offset marca Sánchez (la más vendida en aquél tiempo) cuando se publicaban las crónicas de Carlos Monsiváis en las revistas Siempre! o Proceso, al igual que los reportajes policiales de Ramón Márquez, las crónicas culturales de José Joaquín Blanco o las urbanas de Humberto Ríos Navarrete en el diario unomásuno”.

En relación con este diario, Gurrea recordó que se trataba de un súper acorazado “donde se encontraban los mejores reporteros, los más rigurosos editores, los más creativos fotógrafos, los más analíticos articulistas”.

Por su parte, Amílcar advirtió que “para varias generaciones de periodistas, alejados de la era digital, el olor a la tinta de imprenta fresca se mantiene en la memoria” y sigue como “musa invisible, inspirando a no pocos periodistas a tejer con palabras el tapiz de la realidad cotidiana” y las historias cobran vida, “impregnadas en papel por la tinta que para muchos era, ni más ni menos, la sangre de la información.

El activista Josué Quino

La presentación de Con olor a tinta se realizó en el Centro de las Artes de Querétaro (CEART), donde se lleva a cabo la FILMA Q 2024 y el libro puede adquirirse en El Desvelo, Librería del Centro, Mercado Libre, Amazon, así como en el stand 37 de la feria.

El periodista Luis RodMun
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Last modified: 20 junio, 2024
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