TEXTO: XIMENA BOBADILLA, CENTRO UNIVERSITARIO DE PERIODISMO DE INVESTIGACIÓN (CUPI)
FOTOS: ALISON GUTIÉRREZ
INFOGRAFÍAS: MARIO ORTEGA
“Viví el 68 de principio a fin, en todos los aspectos que lo hicieron único e inolvidable”, expresó José René Rivas Ontiveros, exdelegado del Consejo Nacional de Huelga (CNH) y estudiante de la Prepa 3 de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en 1968, al encabezar, junto con Susana Torres, la presentación de tres libros del Seminario Nacional de Movimientos Estudiantiles (Semanest).
Durante un evento realizado el jueves 26 de septiembre, fecha simbólica para los movimientos estudiantiles de México en el siglo XXI, René Rivas recordó que dentro del parlamento estudiantil existía diversidad de grupos ideológicos y políticos partícipes.
“Coincidían todas las corrientes políticas habidas y por haber: los compañeros de la juventud comunista, los espartacos de la liga común, los trotskos que pertenecían al Partido Obrero. También había integrantes de la democracia cristiana, […] guevaristas, castristas, yugoslavos y otra corriente que se hacía llamar la corriente marxista-leninista… pero también había priistas, y tuvimos que respetar el nombramiento de esos compañeros”, mencionó con alegría.
René Rivas expresó que el movimiento del 68 no fue sólo el 2 de octubre, sino que llevó detrás toda una movilización de estudiantes que se mantuvo durante 134 días. Asimismo, al evocar su trayectoria como estudiante, dijo: “fui alumno de la Preparatoria 3 de la UNAM, la que sufrió el bazucazo”.
Destacan importancia del “68 mexicano” y testimonios del Halconazo
La Facultad de Filosofía de la UAQ fue el punto de reunión para la presentación de los libros 68 Mexicano (En el centro y la periferia), El Halconazo: Testimonios, 1968-1971 y El Halconazo: antes, durante y después del Jueves de Corpus, por parte de dos integrantes del Senamest: Susana Torres Ortiz y José René Rivas Ontiveros.
La presentación abrió con Jaime Piedras y parte de su historia dentro del movimiento estudiantil. Detalló que a los 17 años se le invitó a formar parte del Comité de Lucha cuando pertenecía a la Vocacional 7 del IPN.
“Íbamos a los mercados, fábricas y vecindarios a compartir volantes. Nos veían con recelo, pero con nuestra persistencia se fue abriendo ese contacto para hacer manifestaciones de medio millón de personas, como la marcha del silencio”, destacó.
Por su parte, Felipe de Jesús Galván señaló: “El libro que nos ocupa es resultado del señalamiento de una verdad parcial sintetizada en la repetida frase ‘2 de octubre no se olvida’; certera, contundente, pero […] parcial. La acción de esta fecha fue la de mayor salvajismo, por calidad de genocidio, realizada por la dictadura priista”, consideró.
Susana Torres Ortiz añadió como después del movimiento surgieron “memorias silenciadas” que, ahora con estos libros, pueden ser revisadas, pues recuperan testimonios de participantes.
Compartió una de sus reflexiones acerca de este tipo de hechos: “Quien quiera que participe en un movimiento estudiantil desarrolla un pensamiento crítico y una conciencia social que vas más allá de la colectividad”.
Kevyn Simón Delgado, doctor en historia y catedrático de la UAQ, destacó su interés en este tipo de temáticas. “La historia está viva y en el presente”, refirió. Manifestó que es importante conocer el contenido de los tres libros impulsados y publicados por el Senamest.