ENTREVISTA: PATRICIA LÓPEZ NÚÑEZ/LALUPA.MX
Melissa Roura creció entre letras y arte, así que poco a poco se hizo un camino propio y se convirtió en fotógrafa, videasta, editora de noticias, dibujante, reportera cultural y escritora. Ganadora del Premio Nacional de Periodismo 2022 y autora de Mirada silente, ahora lanza su libro de poesía Soy mar, soy palabra.
Como gestora cultural, tuvo que “habitar la cultura”, porque le gusta la literatura, la música, la pintura y, “de manera inevitable”, escribe. “Me fortaleció el ambiente en el que crecí, un ambiente de puro arte y cultura, fue lo que conocí y fueron los medios que empecé a utilizar para comunicar, son temas o inquietudes que he querido decir y cada cosa se puede exponer con diferentes artes, no puedo decir lo mismo con la pintura que con la escritura o la fotografía”.
Descanso.
Me siento para descansar la tristeza.
Afirma que ya traía la palabra con ella, por la influencia de su padre, el periodista Víctor Roura. Aunque ella encontró lo visual como una forma de expresarse, las letras siempre la acompañan. “Escribo porque tengo que escribir, porque tengo que sacar mis cosas al mundo y pinto porque tengo que sacarlo también”.
Soy mar, soy palabra es una compilación de sus poemas de una década y ahí muestra diferentes experiencias de vida. Aunque no se trata de un libro de filosofía, sí es un espacio para reflexionar y cuestionar el tiempo, el cine, “el fenómeno extraño que llamamos amor” y la tristeza.
“Fue una publicación genuina, con una línea de las emociones, de varias cosas que han pasado por mi vida. Esta es una invitación a una mirada a las cuestiones de la vida y la tristeza, el pasar del tiempo, cómo es como yo lo puedo interpretar, es compartir eso con las demás personas”.
Arte.
Nos cansamos de respirar y, junto a eso, de perder la inspiración a seguir
haciéndolo. El espacio, vacío no es, es vasto y ruidoso; su silencio no es callado,
sólo se queda pausado bajo las sombras.
Mezzosoprano y admiradora del arte en todas sus versiones, Melissa también cuenta con la publicación Mirada silente, una compilación de fotografías que publicó en diferentes medios a lo largo de varios años. El prólogo del libro estuvo a cargo del novelista Armando Ramírez donde destacaba la sensibilidad de la artista para mostrar la belleza en la realidad.
Su poesía mantiene esa misma sensibilidad. Su poema “No quiero”, sentencia con firmeza: “El tiempo nos borra”. La frase forma parte de las reflexiones sobre el transcurrir del tiempo y sus consecuencias. Así, el pasado cobra especial importancia en Soy mar, soy palabra, que también se vuelve un ejercicio de introspección artística casi colectiva por su emotividad.
Ilusión.
Es curioso cómo todo se esfuma, hasta lo plasmado.
Un lector atraviesa a la palabra escrita y en su cabeza la transforma en un
significado, ese significado desaparece al signo en un mar de olvido.
Las palabras son en su expresión, pero en realidad existen como puente.
Es la ilusión de la existencia.
