HISTORIA: PATRICIA LÓPEZ NÚÑEZ/LALUPA.MX
Cuando Brandon tenía cinco años y empezó a entrenar taekwondo no entendía mucho de esta disciplina, ni se imaginaba que en su carrera ganaría tres medallas en el Campeonato Panamericano, dos en los Juegos Panamericanos y dos en el Campeonato Mundial, que lo llevaron a recibir el Premio Estatal del Deporte el año pasado. Tampoco sabía que enfrentaría caídas, periodos de cansancio y depresión, que siempre superó con el apoyo de su familia, terapia y su amor por el deporte.
Con una larga carrera dentro del taekwondo, Brandon Plaza Hernández reconoce la fortaleza de los deportistas queretanos, pero les pide estar conscientes de que este es un camino donde siempre hay “más bajas que altas”; saber eso, evita crear expectativas falsas, mantener la disciplina y el cariño para esta actividad, así como quedarse cerca de las personas que pueden apoyar al deportista, porque poco se habla de la salud emocional ante las derrotas.
“A veces no te va bien, quieres tirar todo, pero hay que continuar, como buen mexicano continuar y continuar hasta que llegue tu momento. Yo sí he tenido varias caídas, nunca lo he dicho, pero he tenido depresión, como todo atleta. Es importante platicar con tu psicólogo y con quien te escuche, saber que te puede ir mal y continuar tu proceso”. dice a LaLupa.mx
Originario de Comonfort, Guanajuato, Brandon vive en Querétaro desde los 12 años y representa al estado en cada competencia con la idea de ser siempre el mejor. Dos veces perdió los clasificatorios para los Olímpicos, la primera para Tokio 2020 y la segunda para París en este año. Sin embargo, tiene interés en prepararse para el siguiente ciclo olímpico y aportar lo que pueda para el país porque eso lo hace feliz.
Batallas por el TKD
“Todo se lo debo a mis padres, ellos me impulsaron a los cinco años en el taekwondo, a esa edad no sabes lo que es el deporte y al inicio batallé mucho”, recuerda Brandon. Cuando obtuvo la cinta negra, a los 12 años, cambió su expectativa sobre la posibilidad de hacer carrera en esta disciplina.
A los 15 años lo convocaron a la selección juvenil y desde entonces se mantiene en la selección nacional. “Empecé en la olimpiada nacional, en la junior, empecé a ganar, no me lo esperaba, pregunté cómo era eso de la selección porque no tenía buena noción de qué era y hemos dado buenos resultados para México”.
Antes de tomar en serio al taekwondo, también practicaba futbol, pero un día entendió que el balompié depende del esfuerzo de todo un equipo, mientras que acá el empeño era personal. “Empecé a entrenar todos los días, me dediqué y me empezó a ir mejor porque es un deporte individual. Me fue agarrando y di el doble”.
Cuando era más pequeño siempre apostaba con sus papás, por ejemplo, si tenía una competencia, sus padres lo desafiaban. “¿Apuestas? Y yo, arre. ¿Qué quieres? Me preguntaban, “pues que me dejes ir a este viaje con mis amigos. ¿Cuándo? Tal fecha después del torneo y eso me motivaba. Me preguntaban qué quería y yo pedía una bici. Decían, si ganas el torneo sí y eso me impulsaba a dar lo mejor de mí porque debía hacerlo por mi bici, por mi viaje, siempre andábamos apostando”.
Brandon ya no apuesta porque no es necesario. “Ahora practico y me esfuerzo porque me gusta, porque esto es un trabajo, una carrera”. También es más consciente que antes sobre lo que implica ganar y perder. “La medalla es un metal, nada más es un título, pero lo importante siempre es tener apoyos”.
Un atleta de alto rendimiento, explica, se dedica todos los días y todas las horas a entrenar, a hacer dieta y a las terapias, no tienen tiempo para trabajar en otra cosa ni buscar ganar un poquito más, porque los apoyos gubernamentales sirven para solventar gastos, aunque “siempre falta algo que uno ocupe”.
También agradece el apoyo de sus padres a la distancia, porque están orgullosos de él, de sus hermanos que también practicaron taekwondo. Siempre le mandan un mensaje para recordarle que están con él, “eso me da tranquilidad y me enfoco en lo mío, porque si me dicen: queremos ir a una competencia importante, me meto más presión si los veo ahí, me acostumbré tanto a ir solo con mis amigos que cuando van, me siento más nervioso”.
Disciplina, corazón y mucho entusiasmo
Con su experiencia deportiva, asegura que el taekwondo de Querétaro tiene mucha demanda y sigue creciendo, sobre todo porque cada escuela exige mucho para sacar a buenos atletas, así que hay calidad. Su única recomendación es que la gente elija aquellas que están federadas para que les den oportunidad para ir a competencias nacionales y mundiales.
“Conozco a todos los entrenadores de Querétaro y tienen una buena visión de ir formando a los niños. Cuando ven a alguien de alto rendimiento es muy diferente el trato porque a una persona de alto rendimiento le van a exigir más, que te concentres, que entrenes, porque estás en el alto rendimiento y los entrenadores lo entienden bien porque he hablado y lo que yo puedo aportar hablando pues soy feliz”.
Le gusta recibir los mensajes de la gente que lo apoya, no solamente de su familia, porque “cuando tienes un mal día en una competencia, eso te ayuda a salir adelante, cambiar la cara y dar lo mejor de ti”. Dice que eso es importante porque la carrera deportiva no está llena de éxitos, también hay muchas derrotas que tiran al deportista y de eso se habla poco.
Por ello, recomienda a los más jóvenes hacer deporte con amor, porque en el deporte siempre hay más bajas que altas, “pero no tiren la toalla, siempre podemos encontrar un camino donde nos va a ir bien, hay que seguir con disciplina, corazón y mucho entusiasmo, porque cuando te va mal en una competencia dices: ya no quiero y voy a tirar todo a la basura, pero no, hay que continuar, como buen mexicano, continuar y continuar hasta que llegue tu momento, solamente Dios sabrá cuando es y hay que aprovecharlo”.
Él es un buen ejemplo de esas bajas. “Dos veces he perdido mis clasificatorios para Tokio y para París. En esas rachas he dicho ‘quiero tirar todo a la basura, por qué continúo aquí, por qué me merezco que me regañen’, pero luego le doy la vuelta a la página porque esto es lo que le puedo hacer y puedo continuar y voy con los psicólogos, me ayudan a salir porque entras en depresión. Yo sí he tenido varias caídas y nunca lo he dicho a nadie, pero sí he tenido depresión, como todo atleta la tenemos, pero no la damos a conocer”.
Al tratarse de atletas de alto rendimiento, admite que la gente no suele imaginar que un deportista se deprima, pero sí pasan por esos periodos, en los que se alejan del deporte y de todos, porque no quieren continuar. Ante eso, recomienda platicar con “tu psicólogo, con alguien que te escuche, salir adelante, pensar que si llegaste hasta aquí es por algo y que puedes dar más”.
Otro reto es no pensar que a veces hay grupos que ven a los atletas como objetos, “que te pueden quitar de la noche a la mañana, eso duele, porque es pensar que cuando no das un resultado eres reemplazable y nadie ve lo que daña mentalmente a la persona”.
“He pasado tantos procesos, muchos duelen, pero quiero continuar con mi proceso, ahora para el siguiente ciclo olímpico y empezar a ganar de vuelta, como siempre lo he dicho y demostrando que todavía hay Brandon para un buen rato”.
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