El mes de octubre ha resultado inusualmente violento en Querétaro. En diez días, se suscitaron cinco ejecuciones en la comunidad de Jesús María, en el Marqués, se sumaron cuatro más en la comunidad de Buenavista en Santa Rosa Jáuregui y ocurrió el homicidio de un hombre en una barbería en Cumbres del Lago Juriquilla.
Que hayan sido ultimadas tantas personas en tan corto tiempo es algo muy inusual para el estado de Querétaro. Al parecer las investigaciones de los tres casos apuntan a que están relacionados con el uso y tráfico de drogas y con grupos que operan en otras entidades como Guanajuato, pues los ejecutados tenían antecedentes penales y según se reporta habían huido de otro atentado en esa entidad.
Estos hechos causaron justificada alarma entre la sociedad queretana y no es para menos, quienes aquí habitamos no estamos acostumbrados, afortunadamente, a enterarnos de que sucesos tan lamentables ocurran y menos en tan corto tiempo. Hay que admitir que la violencia generalizada en todo el país ha ido en aumento y no solamente en cantidad, también las formas de ejercer esa violencia principalmente por los grupos criminales se han hecho cada vez más cruentas y salvajes. Basta recordar las espantosas imágenes de la decapitación del alcalde de Chilpancingo, la capital del estado de Guerrero el pasado 6 de octubre en un acto terrorista que evidentemente tuvo la intención de crear pánico y zozobra en la población y de mandar un mensaje muy claro sobre quiénes son los que mandan. De poco o nada sirvieron las declaraciones de la nueva presidenta Claudia Sheinbaum para tranquilizarnos, cuando afirmó que la estrategia de seguridad del sexenio de López Obrador que dejó más de 200 mil homicidios dolosos, la mayor cantidad en la historia, no cambiaría y que su gobierno se enfocaría en “atacar las causas”, lo que sea que por eso se entienda.
Así que podemos asumir que los sistemas de seguridad seguirán cada vez bajo mayor presión en todos los estados de la República y que la reticencia para combatir los delitos de alto impacto que son responsabilidad del fuero federal no hace más que acumular a dicha presión que ejercen los grupos criminales buscando apoderarse cada vez de más territorio que a decir del titular del comando norte de Estados Unidos controla ya más de una tercera parte del país, esto a pesar del gran crecimiento del número de elementos de las fuerzas de seguridad nacionales que entre la Guardia Nacional y el Ejército suman actualmente más de 317 mil.
Pero en materia de violencia e inseguridad entre los estados que conforman el territorio mexicano se viven realidades muy diferentes.
Primero, arranquemos con los estados donde parece que la violencia se desayuna, almuerza y cena: Colima, Baja California, Zacatecas, Chihuahua y Morelos. Aquí, la cosa está que arde, y no es porque alguien olvidó apagar el brasero. La gente está hasta el cuello de miedo, y la pregunta en el aire es: ¿qué rayos está pasando? Algunos apuntan a que estos estados están bajo la gobernanza de Morena, y con el “abrazos, no balazos” de AMLO, parece que los abrazos son más para los criminales que para los ciudadanos. Es como si la estrategia fuera: “No te preocupes, el crimen organizado se acabará por sí solo”.
Ahora, si nos vamos al otro extremo, Querétaro, Yucatán y Campeche siguen siendo los favoritos cuando hablamos de seguridad. Querétaro, por ejemplo, tiene una tasa de homicidios de 5.0 por cada 100,000 habitantes, mientras que Colima, uno de los estados más violentos, ¡supera los 80.0 homicidios por cada 100,000! La diferencia es abismal y nos hace preguntarnos, ¿qué están haciendo bien unos y qué está fallando en los otros?
La gran diferencia es cómo se maneja la seguridad. En los estados más seguros, parece que hay un pacto social, donde el gobierno y la gente están en la misma página. En cambio, en los más violentos, es como si estuviéramos viendo un partido donde el árbitro se ha olvidado de las reglas. La economía también juega un papel. Donde hay más trabajo, estudio y menos pobreza, la violencia tiende a bajar.
Aquí enlisto algunas de las razones detrás de esta gran brecha:
1. Inversión en Seguridad: Querétaro ha hecho un esfuerzo significativo en su inversión en materia de seguridad. Este año, se ha destinado un presupuesto considerable para fortalecer a sus cuerpos de seguridad, lo que incluye capacitación continua, mejora de infraestructura policial y tecnología avanzada. Este compromiso se traduce en una policía que no solo es más efectiva, sino también más confiable.
2. Policía Profesionalizada: La policía de Querétaro es reconocida como la más profesional del país y cumple al 100% con el Certificado Único Policial. Esta certificación no es un simple trofeo, sino una garantía de que los oficiales están bien entrenados y preparados para manejar situaciones complejas, lo que aumenta la confianza pública, Querétaro es uno de los pocos estados en donde los ciudadanos no tenemos miedo de encontrarnos con la policía y sabemos que podemos recurrir a ellos cuando necesitamos auxilio.
3. Avances en la Seguridad Cibernética: En un mundo donde el crimen digital se ha vuelto crítico, la Policía Cibernética de Querétaro está entre las mejores del país, reflejando un enfoque moderno y efectivo en la lucha contra el crimen.
4. Crecimiento Económico: Con más de 6,400 millones de dólares en inversión extranjera en 2024, Querétaro se ha convertido en el principal destino de inversión en México. Este auge se debe en gran parte a su ambiente seguro y estable, que atrae a empresas nacionales e internacionales, contribuyendo así a la generación de empleo y al fortalecimiento de la economía local.
5. Correlación entre Seguridad y Desarrollo Social: La relación entre seguridad y crecimiento económico es clara: cuando la gente se siente segura, las empresas se sienten atraídas a invertir. Esto a su vez crea empleos y oportunidades, lo que mejora la calidad de vida de los ciudadanos. Por ejemplo, los proyectos en sectores como la industria automotriz y aeroespacial no solo generan empleos bien remunerados, sino que también estimulan la economía local y mejoran la infraestructura urbana.
6. Percepción de Seguridad: Las opiniones en redes sociales destacan a Querétaro como uno de los mejores lugares para vivir en México, gracias a su seguridad. Esta percepción es vital, ya que no solo atrae a más residentes, sino que también estimula el turismo y otras áreas de la economía.
Desgraciadamente en los años más recientes esta percepción ha tratado de ser manipulada por grupos políticos que manejan redes de golpeadores, “periodistas” militantes y troles (cuentas anónimas de muy pocos seguidores con un comportamiento soez y agresivo) que de manera orquestada lanzan desinformación y ataques sobre las instituciones y sus titulares a fin de menoscabar el clima de paz social y generar crisis de reputación pretendiendo jalar agua para su molino.
Por ello es muy importante que los habitantes de Querétaro tengamos conocimiento y perspectiva al analizar el tema de seguridad en nuestro estado. Al mirar los números y las políticas en Querétaro, es evidente que la inversión en seguridad y el desarrollo social están intrínsecamente ligados. No es solo una cuestión de tener menos crímenes, sino de construir una comunidad en la que la gente quiera vivir, trabajar e invertir. En un país donde la violencia puede ser un problema diario, Querétaro muestra que con la estrategia correcta y fortaleciendo la alianza entre los ciudadanos, el gobierno, la iniciativa privada, las instituciones educativas y la sociedad civil, es posible crear un entorno seguro y próspero que sea resiliente ante los grandes retos y las graves adversidades que enfrenta México en la actualidad.