Autoría de 12:37 pm #Destacada, Amílcar Salazar - Filo rojo • One Comment

¡Llegó Paca! Cunde por todo México la ropa “USA-da”


REPORTAJE Y EDICIÓN FOTOGRÁFICA: AMÍLCAR SALAZAR ANAYA/LA LUPA.MX

Karla, mujer queretana de 42 años, ha llegado al supuesto paraíso de la ropa “USA-da”. Sus ojos brillan con emoción mientras su cuerpo se pierde entre montañas de prendas y anaqueles repletos de bolsas plásticas cerradas con fleje. Cada “paca” dice contener 240 piezas, teniendo un costo de entre 49 y 99 dólares, con variantes basadas en edad, sexo y tipo de uso.

Extendidos sobre el piso de cemento gris, los amontonamientos de ropa están disponibles para “excavar” a mano y parecen prometer muchos tesoros escondidos. La adrenalina del momento le ayuda a estar de pie durante tres o cuatro horas, inmersa en su afanosa búsqueda de prendas en buen estado. Sin distinción, cada “libra del montón” (453 gramos) cuesta 45 centavos.

El almacén tiene las dimensiones de una cancha de basquetbol, se llama D´Gala y es uno de los casi 30 de ropa ―usada, defectuosa o de saldo industrial y comercial― que están situados a sólo tres millas de la frontera mexicana, dentro de la diminuta ciudad de Hidalgo, Texas, la cual limita con Reynosa, Tamaulipas.

Un mundo de ropa usada dentro de la tienda D´Gala, una de los 30 almacenes de su tipo situados en Hidalgo, Texas.

Ubicado a las afueras de la popular ciudad comercial de McAllen, Hidalgo es un pueblito como de cowboys, pero cuya economía parece depender de la venta de ropa barata a compradores mexicanos.

Los nombres de algunos de estos almacenes son Annabel´s, Jaqueline´s, Paquita, Magaly, Emma´s, Leo´s, Regios o America´s Best Chothing; los que en su mayoría adosan a sus rótulos la categoría “ropa usada” con grandes letras en castellano.

EN POS DE LAS PACAS

Cada seis meses, Karla y su marido conducen su camioneta SUV desde San Juan del Río, Querétaro, hasta la ciudad fronteriza de Reynosa, donde para descansar del viaje suelen pasar la noche en un motel.

Al día siguiente, la pareja de comerciantes deja su vehículo en México y cruza caminando por la garita estadounidense hasta pisar “el otro lado”, donde un camioncito turístico les cobra ocho dólares por llevarlos, junto con otros compradores, hasta las puertas del paradisiaco “outlet”.

Sin prisa, pero sin pausa, Karla y su esposo van seleccionando prendas con ojo experto: nueve jeans de la marca Oggi por aquí, seis playeras con logos de universidades por allá, tres negligés de seda perdidos entre un nudo de batas con membretes del Texas Medical Center. Sus manos se deslizan entre tejidos arrugados y olorosos a almacén, buscando marcas conocidas y estado de conservación entre la maraña de opciones.

Cada libra de ropa usada tiene un valor de 45 centavos de dólar en el enorme almacén de America´s Best Clothing.

La ropa íntima para dama o caballero, las chamarras de leñador de Oregon o los abrigos “de oso” alaskeño también alcanzan espacio en los carritos metálicos con los que los clientes, tarde o temprano, cruzan ante las cajas registradoras. Karla y su pareja no dejan la tienda sino hasta que han agotado su presupuesto para compras, el cual ronda los dos mil dólares.

ROPA DE PACA EN AUGE

Las pacas con las que Karla regresa de sus viajes a Texas están destinadas a ser vendidas de manera individual en un local que lleva su nombre (Karla´s) situado en la concurrida avenida Moctezuma de San Juan del Río, Querétaro, pero el cual es apenas uno de los casi cien negocios de ropa de paca que en los últimos meses se han instalado en el municipio sanjuanense.

El fenómeno de la ropa usada gringa no es nuevo en México, sobre todo en los tianguis, aunque recientemente se ha vendió extendiendo al comercio establecido, tanto de SJR como de Santiago de Querétaro y Tequisquiapan, entre otras ciudades queretanas.

De hecho, la llamada “ropa de paca” experimenta un evidente auge en la mayoría de las entidades del país. Un auge que ahora está a la vista del transeúnte en las principales avenidas comerciales. Un fenómeno económico que, según José Pablo Maauad Pontón, ex presidente de la Cámara Nacional de la Industria del Vestido, tiene dos orígenes: “el contrabando y el comercio electrónico a través de las redes sociales.”

“Actualmente, más de la mitad del mercado mexicano de prendas de vestir es ilegal. Una situación muy triste en tiempos en los que, más que nunca, deberíamos proteger la planta productiva y los empleos”, afirmó el dirigente empresarial al inaugurar en marzo pasado el Séptimo Encuentro Nacional de la Cadena Fibra-textil-vestido-calzado.

Durante ese mismo foro, el presidente de la Cámara Nacional de la Industria Textil (Canaintex), Rafael Zaga Saba, dijo que le parecía “alarmante” que la otrora gran industria mexicana del vestido haya descendido (entre 2021 y 2023) de un 3.8 por ciento del PIB manufacturero al 1.8 por ciento, ello a consecuencia del contrabando de ropa, así como a la importación “hormiga” de prendas extranjeras por medio de aplicaciones digitales.

“La industria textil se enfrenta con una competencia desleal y con una ilegalidad creciente, lo cual está devastando a las empresas y en consecuencia a las familias que dependen del millón 200 mil empleos que representa el sector”, añade el empresario.

En la mayor parte de estos almacenes fronterizos, las pacas de ropa usada (con 240 prendas) se venden por entre 49 y 99 dólares.

Aunque no habló específicamente de la venta de ropa de paca en comercios queretanos, Eduardo Chávez Hidalgo, presidente de la Cámara Nacional de Comercio en Pequeño (Canacope), pidió a las autoridades locales y federales poner orden a la “competencia desleal” que propician tanto la piratería como el contrabando.

“La mala competencia de productos que resultan bastante más baratos gracias a triangulaciones de origen o a subvaluación de valores para evadir impuestos, entre otras prácticas, llevan al cierre de negocios familiares y empresas establecidas; obviamente, a la pérdida de empleos y a una afectación de la economía queretana”, afirmó el líder de la Canacope durante una conferencia de medios realizada el pasado mes de julio.

“También debemos tocar el tema de la propiedad industrial e intelectual y buscar los mecanismos que reduzcan el delito del contrabando, reforzando entonces los controles de inspección en las aduanas y con ello frenar el ingreso y distribución de productos ilegales”, agregó Chávez Hidalgo.

DONATIVOS “VESTIRÍAN AL MUNDO”

La presencia de ropa usada en México va de la mano con la no poco impresionante cantidad de prendas de vestir que los estadounidenses donan cada año, siguiendo tradiciones religiosas, de solidaridad con poblaciones vulnerables del país y del extranjero, así como de apoyo a víctimas de las guerras en las que ha participado el país del norte.

La cifra coloca a EU en el primer lugar mundial en materia de donación de ropa, con un estimado anual de… dos mil millones de kilos, según cifras del Ejército de Salvación (Save Army), uno de los principales organismos receptores y distribuidores de estos donativos.

Si bien tal cifra indicaría que cada estadounidense dona alrededor de 40 kilos de ropa al año, los grupos humanitarios apenas logran canalizar a la población vulnerable unos ocho kilos (el 20 por ciento), de modo que el 80 por ciento restante se vende a comerciantes, mismos que la distribuyen para su exportación o reciclaje en todo el mundo.

El ingreso por dicha exportación (alrededor de 500 millones de dólares) sirve para financiar la operación de las propias ONG´s, algunas de las cuales poseen además tiendas en las que expenden parte de los donativos, los cuales pueden también abarcar otros rubros, tales como muebles, equipos electrónicos y antigüedades.

“La ropa que donan los estadounidenses probablemente alcanzaría para vestir a la población de todo el mundo”, dijo alguna vez CR Lindsey, cofundador de Goodwill Industries, empresa que comercializa donativos en hasta 155 plazas locales e internacionales.

La ropa que donan los estadounidenses probablemente alcanzaría para vestir a la población de todo el mundo”: CR Lindsey

“TE RECOMENDAMOS A UN PASADOR”

Pero el ingreso de ropa usada a México no tiene una ruta tan sencilla como pudiera parecer, en contraste con las facilidades de compra que brindan las tiendas texanas a los compradores mexicanos.

Dado que las leyes nacionales prohíben el ingreso de ropa usada ―aduciendo razones de salud pública reguladas por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) y la Secretaría de Economía (SE)―, a los compradores como Karla no les queda más remedio que recurrir al contrabando, ya sea que se arriesguen a internarla de manera directa, o bien mediante la contratación de personas que asuman por su cuenta el reto de cruzarla, evidentemente a cambio del pago de una tarifa.

Y es aquí donde aparece la figura del “pasador”, alguien que si bien en EU cuenta con permiso para trabajar como fletero-exportador, en México sería considerado un contrabandista profesional.

Por algo ha de ser que algunos de estos “pasadores” se jactan de tener influencia ante elementos de la Agencia Nacional de Aduanas de México (ANAM), un organismo desconcentrado de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) que en este caso tiene como base laboral el transitado Puente Internacional McAllen/Hidalgo-Reynosa.

Cabe señalar que desde hace tres años, con base en un decreto presidencial, la aduana de Ciudad Reynosa cuenta con al menos 120 elementos militares adscritos a la Guardia Nacional, entre personal de revisión, verificación, área legal, operativa y de sistemas informáticos, entre otras áreas.

“No se arriesgue. Nosotros te garantizamos pasar de volada (trámite de 15 minutos en México) tu mercancía. Búscanos por WhatsApp”, puede leerse en una papeleta pegada en las afueras de la tienda D´Gala.

Considerados “exportadores” en EU y “contrabandistas” en México, los llamados “pasadores” operan el tráfico de ropa usada.

Los pasadores son tan populares que hasta en el sitio de referencia de Google Maps la tienda D+Gala ofrece apoyar a su clientela para poder contactarlos:

“Nosotros no enviamos mercancía directamente a México, pero hay fleteros que vienen diariamente a levantar pedidos, les podemos contactar con ellos”. “Normalmente los clientes ya tienen a su pasador. ¿A qué parte quiere mandar su mercancía? Para saber qué pasador recomendarle y usted se pone de acuerdo en él.”

En tiendas intermediarias, tales como Pacas El Chulo, son igualmente solícitos para recomendar a los especialistas en cruces ilegales por la aduana nacional: “Si tienes pasador, puedes mandarlo por tu mercancía. Si no tienes, nosotros te recomendamos uno”.

La tarifa promedio de un “pasador” es de 40 dólares por cada paca de 240 prendas. El importe suele pagarse en dos partes: 50 por ciento en Texas y la cantidad restante al bajar la mercancía en territorio nacional. Dos sitios usuales para entregar al cliente las pacas “importadas” son el estacionamiento del Centro Comercial Las Américas, así como la avenida Benito Juárez, justo frente a la Catedral de Ciudad Reynosa (“Nuestra Señora de Guadalupe”).

La oferta de ropa usada tiene un importante canal de venta a través de la “venta-hormiga” por medio de las redes sociales

“CONTRABANDISTAS” EN MÉXICO, “EMPRESARIOS” EN EU

Si bien en México los “pasadores” son considerados “coyotes” o contrabandistas, en EU algunos de ellos dicen estar hasta “certificados” por organismos comerciales estadounidenses.

Su trabajo: cruzar mercancías que si bien son lícitas en el país del norte, son ilegales en el sur, para lo cual realizan un doble trámite: el primero de estos ante la aduana de la U.S. Customs and Border Protection (CBP) y el segundo en la aduana mexicana de la ANAM.

Justamente, en el caso de EU, por no contar con una licencia como exportador, el ciudadano estadounidense Norberto De la Fuente Rodríguez fue detenido el pasado 19 de junio por personal de CBP al intentar cruzar en dirección a México con 63 pacas de ropa usada.

Las pacas de EU inundan el país, almacenándose tanto en pequeños talleres y locales como en domicilios.

De la Fuente cometió el error en el que podría incurrir cualquier persona que intentara salir de Texas con pacas de ropa sin tener permiso como exportador: el hombre se detuvo y después dio reversa a su camión ya estando en la vialidad que conduce al área de inspección de salida. Quizá actuó así al notar que los oficiales de la CBP realizaban inspecciones de manera muy activa.

Su comportamiento sospechoso fue detectado por cámaras de seguridad del área, aunque los inspectores esperaron a que el chofer se animara a retomar el paso por la aduana, algo que efectivamente hizo en momento en el que tal vez pensó que los aduaneros habían “bajado la guardia”.

De la Fuente no pudo acreditar su oficio legal y fue entonces que lo detuvieron, acusándolo de intento de contrabando, motivo por el que ahora se encuentra detenido y sin derecho a fianza, en espera de comparecer ante un juez texano.

ROPA USADA, “PARA HACER EL BIEN”

En charla con LaLupa.mx, Karla dice que gracias a sus compras directas en EU ha podido desarrollar un “ojo de lince” para captar buenas prendas dentro de los montones de ropa que se tiran al suelo en las tiendas del “otro lado”.

“Inclusive, sin tocarla, yo agarro lo que vale la pena, lo que tiene reventa en México, y dejo lo que por acá no gusta o bien que está roto, manchado o se siente muy usado. Todo eso se los dejo por allá.”

La comerciante explica que otro método para surtirse de mercancía podría ser el de solicitarla a través de las muchas páginas de Facebook y grupos de WhatsApp, donde se promueven cientos de distribuidores que entregan estas pacas a domicilio, inclusive pueden pedirse por Mercado Libre.

En los últimos años, la aduana de Reynosa es la principal puerta de ingreso de la ropa usada, según afirman empresarios del ramo textil

Sin embargo, aunque Karla acepta haber recurrido a medios electrónicos para obtener su mercancía, ella prefiere ir directamente a Texas; no solamente porque dice que le resulta hasta 200 por ciento más barata, al no recurrir a intermediarios, sino para “verla con mis propios ojos, sentirla con estas manos… además de que nos sirve de paseo a mí y a mi marido. Cada viaje es una aventura, jijiji.”

“Gracias a Dios, mi ropa es buena y se vende bien. Yo creo que le hacemos un favor a mucha gente, porque la verdad la ropa está bien cara si la compras en Liverpool o en el Soriana. No sé si esto pase de moda o un día me pidan el local, pero mientras Dios nos preste vida, aquí andaremos.

“¿Qué se va a llevar? ¿Ya vio estas playeras?”, reta Karla, una mujer afable que asegura que jamás pierde la “paciencia y buena vibra” que, según dice, se necesita para ejercer el oficio de vender.

X: @amilcarsalazara


AQUÍ PUEDES LEER TODAS LAS ENTREGAS DE “FILO ROJO”, LA SECCIÓN DE AMÍLCAR SALAZAR PARA LALUPA.MX

https://lalupa.mx/category/las-plumas-de-la-lupa/amilcar-salazar-filo-rojo

(Visited 498 times, 102 visits today)
Last modified: 15 enero, 2025
Cerrar