CRÓNICA: JESÚS ARRIAGA/LALUPA.MX
FOTOS: RICARDO ARELLANO/LALUPA.MX
Es la hora de la salida de la secundaria técnica 30, en la comunidad de Bravo, municipio de Corregidora. Los jóvenes estudiantes se reúnen en la entrada, donde las unidades de transporte escolar de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesoq) del gobierno del estado de Querétaro trasladarán a sus comunidades a quienes viven en lugares más alejados.
Entre los alumnos que serán trasladados de Bravo a Jaral está Evangeline Guadalupe Jiménez Jiménez, estudiante de tercer grado en la Secundaria Técnica 30, quien desde hace dos años utiliza el transporte escolar.
Dice que para ellos, los estudiantes, el transporte escolar “les brinda una gran ayuda, porque más que nada es gratuito y es un apoyo muy grande. A veces no teníamos en qué irnos o en qué regresarnos. La verdad sí nos saca de muchos problemas”.
Comenta que antes de usar el transporte escolar su padre la llevaba a la escuela, pero a veces se complicaban las cosas, pues él no podía. Ahora con este sistema mis papás tienen plena confianza de que siempre llegaré a la escuela.
Cada viaje en la camioneta Van escolar es de máximo 15 minutos. Lo que considera es un buen tiempo, pues en la mañana no se tiene que levantar tan temprano para llegar puntual a clases. A veces depende del tráfico, pues entre las comunidades, la carretera es transitada por camiones que transportan el material pétreo de las minas cercanas.
La carretera es estrecha, de un carril para cada sentido. No hay semáforos, ni atascos viales. En cambio, mucho campo abierto, vegetación y cielo azul. Los chicos viajan en silencio. “No siempre es así”, dice Evangeline mientras sonríe.
Recuerda que el proceso para inscribirse al servicio no fue tan engorroso y complicado. Evangeline comenta también que el operador, Juan Valentín Hernández Pérez, es bueno con ellos, paciente, aunque a veces, cuando van “inquietos”, les llama la atención y les dice que se sienten en sus lugares.
La adolescente considera que este tipo de servicios es muy importante y recomienda a la gente que esté al pendiente de las convocatorias en redes sociales, para que lo puedan usar, porque se quiera o no ayuda cuando hay problemas, pues algunas personas no pueden a veces llevar a sus hijos todos los días a la escuela. “Hay que estar muy pendientes y saber qué días debes meter tus papeles”.
Evangeline tiene sus metas bien claras: Quiere estudiar Química. Le gusta la ciencia. Su siguiente paso es el Cbtis 118, luego la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ). Su vida académica marcha sobre ruedas.
Un servicio que ha beneficiado a más de 10 mil menores
En 2024, el transporte escolar gratuito brindó servicio a más de 10 mil niñas, niños y adolescentes en 811 comunidades y 238 planteles escolares. para lo cual utiliza 140 unidades.
Una decena de adolescentes viajan en la camioneta Van que brinda el servicio de transporte escolar. Son alumnos de la misma secundaria, aunque el transporte también es para estudiantes de bachillerato que acuden al Cobaq 19, en la misma comunidad.
Antes de partir hacia Jaral, Juan Valentín, operador del transporte escolar de Sedesoq desde hace un año, dice a LaLupa.mx que anteriormente fue taxista y después conductor de Uber.
“Tengo apenas un año trabajando para Sedesoq, pero mi anterior trabajo siempre fue de chofer, siempre fui taxista y luego Uber, y ahora aquí con los alumnos”, dice.
Comenta que los más pesado de su trabajo es “la levantada” a las 4:50 de la mañana, pero arrancando la unidad lo más fácil es llegar con los niños, hacer el ingreso a las unidades, pasar lista y llevarlos a la secundaria.
“A los jóvenes hay que explicarles que se sienten, que no saquen la mano, que no saquen la cabeza, porque es muy peligroso. Un día normal es decirles: Vamos a iniciar un buen día y todos tranquilos. Creo que en la mañana no es tanto. El regreso es cuando todos vienen con la cuerda, todos vienen bien pilas, en el relajo, pero les ponemos un poquito de música y todos vienen bien”, señala.
Recuerda que una de las reglas de la unidad es no consumir alimentos a bordo. Regla que un joven no cumplió, tirando una cáscara de naranja y un chico “patinó”, pero no pasó a mayores.
Comenta que en el caso de los jóvenes de bachillerato son más tranquilos, pero con los de la secundaria batalló más.
“En el transcurso del ciclo escolar ya nos conocimos todos, sabemos nuestros nombres, nos hablamos con respeto. Me llamó Juan Valentín y todos me dicen señor Valentín, todos me ubican”, enfatiza.
Valentín hace cuatro viajes en la mañana y cuatro en la tarde, tanto en bachillerato como en secundaria. También brinda servicio a la Universidad Tecnológica de Corregidora (UTC), donde “bajan” a un alumno al puente de Santa Bárbara por la tarde.
Valentín dice que se siente feliz con su trabajo. “Me levanto siempre con una sonrisa, con ánimo, siempre con la actitud. Siempre me ha gustado manejar. Desde los 17 años manejo y esto es lo que me fascina y lo hago con mucho gusto.
Nunca vengo con caras tristes. Es la actitud. Las mismas mamás me dicen: Señor Valentín dos minutitos espere. Les dijo, sí, ahorita nos vamos, pero con entusiasmo, nada de tristeza, nada de corajes. Todos con actitud”, comenta.
Por su parte, René Jiménez Torres, taxista de oficio y padre de Evangeline, asegura que contar con este transporte escolar es una gran ventaja porque su hija quería estudiar en la secundaria de Bravo. La de Jaral también era una opción. Pero con el transporte escolar se facilita que su hija siga con sus estudios en donde quería hacerlo.
“Nos ayuda bastante porque económicamente uno se ahorra el pasaje, además de que el traslado es más seguro y más rápido. Hace unos 15 minutos como máximo desde la casa”, subraya.
Señala que su hija le comenta que el chofer conduce de buena manera, siempre con cuidado, además de que la carretera está aún libre. Asimismo, dice que la confianza en el servicio nace desde que ofrecen el mismo.
“La otra es que se conoce a los choferes desde antes de saber del transporte. Ellos se presentaron cuando dieron a conocer el servicio de transporte escolar. Son muy amables”, destaca.
La forma en la se enteraron del servicio fue a través de redes sociales y la página del gobierno del estado y del municipio de Corregidora. Además, la forma de inscribirse es muy sencilla. A Evangeline no le costó mucho trabajo acceder al servicio, pues su hermano mayor, al pasar a bachillerato, dejó un espacio libre que fue para su hermana menor.
