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“Dos Corazones” y “Nänä”, dos refugios para momentos difíciles

HISTORIA: BRAULIO CABRERA/LALUPA.MX

FOTOS: RICARDO ARELLANO Y BRAULIO CABRERA/LALUPA.MX

En la punta de un cerro de la comunidad de la Piní (Amealco) Doña Juana se encontraba en su casa preparando los tamales porque le había salido el niño en la rosca y era Día de la Candelaria. Mientras amasaba, su nieta platicaba con ella, contándole detalles de su día.

“Mi nieta hablaba y hablaba, que si esto y lo otro y, la verdad, no le prestaba mucha atención porque estaba cocinando. Pero recuerdo que me dijo que tenía unos moretones en los brazos, me acuerdo perfecto porque me dijo que se parecían a los que me salen a mí, que soy hipertensa y tomo medicamentos. Debí de haberme fijado en ese momento”, cuenta Juana.

Unos días más tarde, se encuentra en la ciudad de Querétaro, cuidando a su nieto José Ángel; ambos esperan noticias de los médicos, pues la niña fue diagnosticada con leucemia y se encuentra internada en el Hospital del Niño y la Mujer.

“Tuvimos que salir a las carreras el viernes, apenas con un cambio de ropa. El viaje a Querétaro, de poco menos de dos horas, les costó mil 600 pesos porque ningún transporte llega a su comunidad, así que hubo que pedirle el favor a un vecino que tiene coche. Soy la única familia que tiene mi hija, así que poder llegar a este albergue, tan cerca de ellas y tener los servicios de comida, las habitaciones, los baños… ¡hasta los lavaderos de ropa porque namás traigo un cambio! Es una verdadera ayuda”

Así como Juana y su nieta, todos los días cientos de personas se trasladan a la ciudad de Querétaro —reconocida como una de las capitales médicas regionales— para atenderse en sus hospitales. Muchas veces, la emergencia no da tiempo de prepararse, otras ocasiones, las enfermedades se extienden tanto que deslavan los recursos y la energía de las personas que acompañan a los pacientes. Por eso es tan importante la labor que se realiza en los albergues Nänä y Dos Corazones, del sistema estatal DIF.

“En las instalaciones de ambos albergues ofrecemos el servicio de hospedaje, baños, alimentos, lavaderos de ropa, estacionamiento y transporte; de lunes a domingo, los 365 días del año, sin horario de ingreso. La idea es que aquí siempre tendrás donde llegar, si vienes de un municipio alejado, o simplemente te agarra la emergencia, puedes llegar al albergue para pasar el resto de la noche. Lo único que se pide es que se desocupen los cuartos a las 6:30 am para que se haga la limpieza”, son las palabras de Francisco Reséndiz, director de Asistencia Social y Rehabilitación y titular de la Dirección de Albergues del DIF.

“Las cuotas de recuperación se establecen de acuerdo a un estudio socioeconómico que se realiza a todos los huéspedes, y van desde los 7 hasta los 22 pesos”.

Durante un recorrido especial para LaLupa.mx, Reséndiz presentó metro a metro, cada función y servicio de este proyecto: “tenemos dos albergues aquí, se encuentran dentro del mismo edificio, pero no están conectados. El Dos Corazones —con capacidad de 25 personas— destinado exclusivamente a mujeres embarazadas, y el Nänä —de hasta 85 usuarios— que da servicio a familiares y pacientes (no internados) de cualquier hospital, aunque con el que más trabajamos es con el Hospital del Niño y la Mujer”

Obviando las normas de conducta esperadas para mantener un ambiente seguro, de descanso y relajación para personas que atraviesan situaciones delicadas, la única otra condición para ser usuario de este albergue es tener una ficha de hospitalización/tratamiento personal o de un familiar. Con esas mismas condiciones, los servicios de comedor, baño y lavadero de ropa están disponibles durante el día, sólo pagando tu cuota de recuperación, pero sin necesidad de hospedarte.

El albergue Nänä, por ejemplo, tiene dos modalidades de estancia. Por un lado, en habitaciones compartidas pero separadas por género. En cada piso hay 16 camas, cada una con su buró. Además, a todos los usuarios se les otorga un juego de blancos  y una pijama. A la entrada de cada dormitorio hay un guardia que resguarda las 24 horas, para mantener la tranquilidad de las y los usuarios. Ellos también cuidan la bodega de equipaje. Al lado de los dormitorios se encuentra el espacio de regaderas y sanitarios —que es muy amplio— en el que el albergue, también, provee jabón y champú.

La otra modalidad de hospedaje en binomios, habitaciones con una cama canguro y un baño contiguo, especialmente útiles cuando los usuarios vienen acompañados de menores. Como en el caso de Doña Juana y José Ángel, a quienes justamente les tocó una de estas habitaciones.

“Nos estamos quedando en una habitación doble porque vengo con el niño y, no te miento, ha sido excelente. Estamos pagando sólo 7 pesos: 42 pesos entre los dos, al día, por tener camas, baño y tres buenas comidas. No hay comparación”, reconoce Juana

“Yo me duermo en la cama de arriba, mi abuela en la de abajo, jeje. Eso es lo que más me gusta, porque la cama está muy cómoda. Lo que sí es que casi no he visto otros niños para jugar”, agrega José Ángel.

El servicio de comidas es igualmente destacable, pues su comedor tiene una capacidad de 160 personas y se sirven alimentos tres veces al día en horarios extendidos: desayuno de 7:30 a 12:00, comida de 14:00 a 16:00 y cena de 18:00 a 21:00 hrs.

“La idea de tener estos horarios es intentar cubrir las necesidades de los usuarios, que sepan que —casi— a cualquier hora que salga del hospital, puede venir a comer aquí, en un espacio seguro”, explica Francisco Reséndiz.

“El menú que se ofrece intentamos que sean alimentos balanceados. Contamos con el asesoramiento de la dirección de alimentación quienes nos aconsejan respecto a los ingredientes y platillos que ofrecemos a los huéspedes. Intentamos variarlo lo más posible, mantenerlo sencillo pero siempre nutritivo”

Por ejemplo, Janette e Hilaria —mamá de Janette— y Samantha se han beneficiado mucho de este servicio de alimentos. Tanto Janette como Samantha dieron a luz a mediados de diciembre pero los bebés fueron prematuros y se encuentran en tratamiento en el Hospital del Niño y la Mujer. Se conocieron entonces, y se siguieron viendo con frecuencia, hasta que se hicieron amigas.

Samantha vive en Ezequiel Montes y Janette y su mamá viajan desde Hidalgo varias veces a la semana. Por eso, el albergue ha resultado una excelente opción para ellas.

“Mi experiencia en el albergue ha sido muy buena, creo que ayuda a muchas personas. Ya no es necesario rentar un cuarto en Querétaro, teniendo esta opción, verdaderamente beneficia el no tener que pagar transporte o comida; de hecho, pienso que la comida de aquí está rica, y no hay forma de compararlo con los precios de afuera. Aquí nos han atendido muy bien, estamos encantadas”, comparte Janette mientras Samantha asiente.

Curiosamente, ellas no son las únicas amigas que se conocieron fortuitamente en un hospital y que, hoy, son usuarias del albergue Nänä: María Guadalupe y su tocaya, María Guadalupe comparten una historia similar.

“Tengo años de conocer a Guadalupe, nos conocimos cuando dializaron a nuestros niños, nos tocó estar juntas y nos vemos con frecuencia por acá. Ahorita nos volvió tocar venir al mismo tiempo y qué bueno, porque así tengo su apoyo también. Es como tener otra familia, que además entiende por lo que estoy pasando”, confiesa María.

María (la nombraremos así para distinguirlas) vive en la D, una comunidad de Ezequiel Montes. Ella es mamá soltera y aprecia mucho el poder estar tan cerca de su niño, que se encuentra en recuperación de una operación de transplante. Previamente, su situación económica no le permitía comer más de una vez al día cuando tenía que estar en el hospital, debido a todos los gastos que tenía. Además, debía prever que, a veces, se piden medicamentos que hay que comprar por fuera.

Por su parte, Guadalupe viene desde Chichimequillas para acompañar a su hija que fue internada. Esta es la primera vez que se hospeda en el albergue y no deja de pensar en la ocasión que su esposo tuvo que quedarse en el hospital:

“Mi esposo ha tenido muy malas experiencias, sin poder dormir por el frío. No le he escrito en este rato, así que no sabe todavía que me voy a quedar aquí en el albergue, pero esperen a que le cuente y que le toque a él quedarse aquí para que vea: ya no hay que batallarle ni sufrirle más”, cuenta.

“De ningún modo podríamos comer así de bien afuera, para nada. No sólo por el dinero, luego una se compraba una torta en la calle y tú no sabes si llevan todo el día asoleadas, o si están limpias y luego acabas enferma de la panza, en un momento que necesitas estar bien. Por eso el albergue es tan bueno, porque la comida aquí está rica, limpia, es del día y nos alcanza el dinero. Hay que felicitarlos por tener un lugar así”, comentan ambas.

Esa tarde, mientras caía el sol, una de las mayores preocupaciones de ambas era el transportarse al hospital en cuanto terminaran de comer. No es un camino sencillo a píe, toma unos 20 minutos a buen paso y hay tramos obscuros y sin banqueta. Afortunadamente, el albergue ofrece transporte en camionetas en diferentes horarios e, incluso, por la noche en caso de una emergencia.

Además de los servicios de hospedaje, baños, alimentos, lavaderos de ropa, estacionamiento y transporte, las instalaciones cuentan con un consultorio de primeros auxilios psicológicos y una capilla ecuménica, que Doña Juana visita con frecuencia.

Diana es licenciada en Psicología y es titular del servicio de primeros auxilios y contención psicológica del albergue, uno de los servicios más solicitados por sus usuarios.

“Ha habido buena recepción de este servicio. El consultorio está algo escondido… y no, porque está al lado de la capilla ecuménica. Sin embargo, también platico con la gente en el comedor o si las compañeras de trabajo social identifican algún caso, lo canalizan conmigo”, cuenta la psicóloga.

“La población con la que más trabajo es con mamás y papás primerizos, que están pasando por mucho estrés y ansiedad, tanto por ser su primera experiencia como por las situaciones delicadas de cada caso, por el que el bebé tuvo que quedarse internado en vez de poder ir a casa. Igualmente, me ha tocado acompañar y contener muchos casos oncológicos, frecuentemente hay que apoyar en los momentos en que se entregan los diagnósticos o las actualizaciones de los tratamientos. Incluso, con mujeres embarazadas —que vienen a citas ordinarias— frecuentemente las acompaño con temas de psicoeducación respecto al proceso que están viviendo, y la etapa que están por iniciar”

Cruzando el vestíbulo y subiendo las escaleras se encuentra el albergue “Dos Corazones”, un recinto exclusivo para que las mujeres embarazadas —que asisten a consultas o tratamientos de rutina, o que están por dar a luz— puedan estar seguras y tranquilas.

“Las 25 habitaciones que tenemos tienen una cama y un reposet, para que durante el día un familiar pueda acompañarlas. Diariamente tenemos cerca de 10 habitaciones ocupadas en esta sección. Hasta el momento no hemos llegado al tope de la capacidad, y se pensó de ese modo, estar holgados para no llegar al punto de negar servicios por falta de cupo”, explica Reséndiz.

Los espacios de este proyecto se diseñaron amplios y largos, a propósito, para que las mujeres embarazadas pudieran caminar tanto como necesiten, sin tener que bajar escaleras o salir del albergue. Además, es ideal para poder ingresar una camilla en caso de ser necesaria, y se cuenta con un elevador apropiado y una ambulancia de traslado.

“Adicionalmente, esta área del albergue cuenta con servicios de enfermería y médico general, para cualquier eventualidad que se presente. Y un consultorio de fisioterapia, exclusivo para las embarazadas. Sin embargo, en caso de requerirse, los servicios de enfermería y medicina están disponibles para los usuarios del albergue Nänä”, agrega el director durante la visita.

La Dra. Mariana ha trabajado como titular del consultorio médico desde que abrió el albergue y, a propósito de su experiencia, cuenta: “Creo que el caso más común que atiendo es el de mujeres puérperas, es decir, que acaban de dar a luz. Cuando llegan, realizamos chequeos en busca de factores de riesgo y canalizar en caso de alguna necesidad específica. El objetivo es salvaguardar la integridad de la paciente”

Por su parte, la licenciada en Fisioterapia Ana Paula también es titular del área de preparación física desde que comenzó la operación del albergue, aunque anteriormente ya estaba trabajando en el CRIQ.

“La intención del servicio de fisioterapia es acompañar y aconsejar a las futuras madres en los momentos previos y posteriores al parto. Algo que siempre buscamos es apoyar en que el parto se consiga de manera natural: por eso es tan importante este servicio. Mayormente trabajamos ejercicios de fuerza, desinflamatorios —para las piernas y los pies, por ejemplo— o toda la técnica de posturología para malestares como la lumbalgia. Estos ejercicios también ayudan después del parto, pues si se realizan constantemente, pueden acelerar la recuperación una vez que se dio a luz”, comenta la fisioterapeuta.

Por último, en la entrada del albergue Dos Corazones, se encuentran las oficinas de trabajo social. Desde ahí, un equipo de trabajadoras sociales desempeña su labor diaria tanto para las mujeres embarazadas, como con los demás usuarios del albergue Nänä.

El escritorio de Ana Berta, licenciada en trabajo social, te recibe en esta sección y ella, con una sonrisa, nos cuenta: “Mi parte favorita de trabajar aquí es el acompañamiento que se le brinda a los usuarios.  Frecuentemente las personas llegan muy tristes con nosotras, sus bebés y sus niños se quedan hospitalizados  y es donde empezamos a trabajar: brindando apoyo, escucha y canalización a los diferentes servicios que tenemos”

“Mi experiencia hasta ahora ha sido muy bonita, especialmente con las usuarias. Desde que llegan hasta que se van, veo que quedan satisfechas. Por lo general vienen de municipios alejados, de situaciones delicadas. Dejando de lado Santiago de Querétaro, Corregidora, Humilpan y el Marqués, acá llega mucha gente de Jalpan y San Juan del Río. Por eso me gusta la idea de que lleguen aquí, a un lugar seguro y acogedor”

“Querétaro se distingue por ser una de las ciudades con los mejores hospitales en la región, por lo que es común que las personas que se hospedan en el albergue no sólo sean de municipios queretanos, sino de Guanajuato, de Hidalgo, del Estado de México, aunque debe decirse que la mayoría son queretanos”, añade Reséndiz.

Durante toda la visita Francsico Reséndiz enfatizó que el diseño del proyecto de ambos albergues, había respondido a los aprendizajes que se han tenido con los otros albergues. Es así que este cuenta con servicios que no brinda ningún otro en el estado. Por ello, en sus palabras, “no sólo es el mejor albergue del DIF, me atrevería a decir que es el mejor del país: hemos colaborado con sistemas DIF de otros estados y la conclusión ha sido que el albergue Dos Corazones y Nänä son proyectos de primera”

Dicho lo anterior, no es de extrañar que, en alrededor de 2 meses de operaciones, ambos albergues han dado servicio a casi 4 mil personas y han servido más de 7 mil 300 desayunos. Igualmente remarcable, que entre los dos proyectos se emplee una plantilla de personal de 84 empleados, para cubrir los tres turnos, fines de semana y días festivos.

Del mismo modo que es imperativo señalar y proponer soluciones a los problemas que enfrenta Querétaro, hay que reconocer lo que se logra en beneficio de los demás. Para que se refine, se mantenga y se replique. Porque hoy son Doña Juana, José Ángel, Janette, Doña Hilaria, Samantha, las Marías Guadalupes y cuatro mil personas más. Mañana, con algo de suerte, nadie tenga que volver a gastar de más,  arriesgarse innecesariamente, pasar frío, hambre o dormir en el piso para poder cuidar de sí, o de otros.

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Last modified: 4 marzo, 2025
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